Invictor y Mayo 2 - En busca de la ciudad perdida

Invictor y Mayo

Fragmento

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Primera edición: octubre de 20242024, Invictor y May Ontiveros© 2024, derechos de edición mundiales en lengua castellana:Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. de C. V.Blvd. Miguel de Cervantes Saavedra núm. 301, 1er piso,Colonia Granada, alcaldía Miguel Hidalgo, C. P. 11520,Ciudad de México© 2024, Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U© Adriana DLT (Akimaro) y Karina Almazán (Karin A.G) por la portada e ilustracionesDiseño y Maquetación: VIBO CREANDOPenguin Random House Grupo Editorial apoya la protección de la propiedad intelectual. La propiedad intelectual estimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar las leyes de propiedad intelectual al no reproducir ni distribuir ninguna parte de esta obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo está respaldando a los autores y permitiendo que PRHGE continúe publicando libros para todos los lectores. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 67.3 del Real Decreto Ley 24/2021, de 2 de noviembre, PRHGE se reserva expresamente los derechos de reproducción y de uso de esta obra y de todos sus elementos mediante medios de lectura mecánica y otros medios adecuados a tal fin. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, http://www.cedro.org) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.ISBN: 978-84-10298-38-5Compuesto en Grafime, S. L.Composición digital: www.acatia.es
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Invictor
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DE LOS COMPADRETES
Invictor
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En Busca de la Ciudad Perdida
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índiceUn día muy SOLEADO... .............................13Una leyenda fascinante........................... 25Una venganza marina.............................. 41La carrera hacia el océano....................... 53Viejos enemigos...................................... 67Un lugar inimaginable............................. 81Amenaza con colmillos............................ 95Un terrible error..................................... 111Conocimiento ancestral.......................... 123Un viaje inolvidable................................. 1371. 2.3.4.5. 6. 7. 8. 9.10. índice
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Capítulo1Capítulo1Un día muyUn día muysoleado...soleado...
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—¡¡¡
B
aaam, baaam, baaam!!!—exclamó Mayo conel corazón acelerado y sudando frío—. ¡Y así vuelhvo a coronarme rey del Rally espacialmásimportante del día!—¡Creo que hiciste trampa! —exclamóPánfilo,quienveía las enormes letras GAME OVERy el puntaje en el que había quedado en último lugar. —Nada de eso, amigo, simplemente he perfeccionado mis técnicas de ataque y defensa en las naves espaciales de este juego —se defendió. —Quizá no podrías hacerlo si se tratara de una carrehra de autos —dijo Florín— o de motos acuáticas. —Pero ya no tenemos ninguno de esos juegos, nopodríamos saberlo —respondió Mayo, buscando entre lasopciones de la consola. —¿Y si vamos a la ciudad a buscar otros juegos para las consolas viejas? —propuso Pánfilo—. O vemos a los Compas, hace mucho tiempo que no nos reunimos y tenehmos varias celebraciones pendientes. —¡Tienes razón! Acaban de abrir una nueva tienda devideojuegos y con muchas atracciones de realidad virtual, ahípodría probar que soy el mejor en el Rally espacial, de autos,14
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de motos acuáticas, ¡de todo! —dijo Mayo emocionado, penhsando en las posibilidades de diversión al ir a la ciudad. —Un momento… Invictor… ¡Invictooor! —exclamóFlorín.Los chicos se asomaron a la cocina y lo vieron muy concentrado cocinando; no había jugado con ellos ese día, ya que se había vuelto aficionado a preparar comida vegana, desde las hamburguesas tradicionales hasta algunos inventosque a veces no le quedaban tan bien. —¡Hey, chicos!, ¿cómo os ha ido con la partida? Lleváistodo el día con lo mismo —dijo, quitándose el sombrero dechef que ahora se ponía cada vez que entraba en la cocina. —Y tú has pasado todo el día cerca del horno, ¿qué comeremos hoy? —preguntó Mayo. —Mi nueva gran especialidad: pizza de brócoli con mermelada de guisantes… ¡Una delicia!Los chicos se miraron entre sí. No sonaba muy apetitohso, pero sabían que Invictor se esmeraba mucho cocinándohles y no querían hacerle sentir mal si no lo probaban; luego podrían llenarse con algunos bollos y palomitas de maíz. Esta nueva afición de Invictor tenía que ver con que después de su última aventura, que casi les cuesta la vida, querían descansar y vivir en total normalidad: Invictor estudiando algunos recetarios y creando nuevos platos, y Mayo corohnándose campeón de videojuegos de competencia. Estaban probando las pizzas, que no sabían tan mal como se imagihnaban, cuando Invictor dijo:—Mientras cocinaba, me he dado cuenta de que hace mucho tiempo que no salimos de casa y quería planear algo divertido para mi cumpleaños —anunció. —Pero es dentro de..., como dentro de un mes —reshpondió Mayo—, ¿quieres hacer una fiesta?—Me encantaría, pero también algo solo para nosohtros.El verano está a punto de empezar. Creo que sería buenaidea pasar unos días en la playa. 15
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—¿Estás seguro? —preguntó Pánfilo—. En verano se llena de familias, hay niños por todas partes, mucho ruido y…—Lo sé —intervino Invictor—, pero mirad esto…Y, de inmediato, sacó un folleto donde se leía: SERES MARINOS A LO LARGO DE LA HISTORIA. VISITA NUES-TRA EXPOSICIÓN. Les explicó que había visto ese anuncio en la tienda de alimentación y le llamó mucho la atención, primero, porque era en el museo marítimo de la costa sur, donhde el siguiente fi n de semana inaugurarían la exposición. —Suena genial, ¡cuenta conmigo! Desde que era niño me interesa el tema, y cuando iba a la escuela siempre leía mucho sobre seres marinos que se extinguieron hace siglos —exclamó Mayo—. Por cierto, ¿queda más pizza?—Claro, está en el horno —respondió Invictor—, ¿y vosotros?—Mmm, no lo sé —dijo Pánfilo—, no me entusiasma mucho el mar. —Sí, tal vez yo también vaya —agregó Florín— si no hay nada mejor que hacer aquí en casa. —Pues bueno, está dicho, ¡el siguiente fin de semana será en la costa sur! —exclamó Mayo. Mayo volvió de la cocina con la pizza completa. Ese inhvento de Invictor era delicioso y les sorprendía que apenas descubriera que tenía talento para algo más que la aventura. Mayo sacó los viejos libros sobre vida marina, ya que la idea de visitar el museo los entusiasmaba, sobre todo a él y a Invictor, que se dieron a la tarea de estudiar un poco y aposhtar a ver qué animales prehistóricos o fantásticos podían ver en la exposición. —Un cachalote, como el que se tragó a Pinocho —dijo Mayo.—Esa fue una ballena azul, no seas tonto, aquí lo dice —indicó Invictor, señalando una ilustración—. Y entre los animales mitológicos está el temible kraken. 16
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—Puaaaj, ni lo menciones, que se me pone la piel de gallina —respondió Mayo, recordando su vieja aventura. A veces no se explicaban cómo era que, teniendotan cerca el mar, bueno, a un par de horas, nunca visitahran la playa, pero es que se habían convertido en personasmuy hogareñas y en casa siempre había algo divertido quehacer con Pánfilo y Florín, por lo que la exposición sería unbuen pretexto para realizar algo diferente. Cuando por finfue sábado, un ruido ensordecedor sonó por toda la casa:¡¡¡Biiib!!!, ¡¡¡biiib!!!, ¡¡¡biiib!!!—¡¿Qué demonios es eso?! ¡Se está quemando la casa! —gritó Invictor, todavía en pijama. —¡¡¡Incendiooo!!!, ¡¡¡incendiooo!!! ¡¡¡Correeed!!!—exclamó Florín, asustado. —¡Tranquilos todos! —intervino Mayo—. No es nada de eso, es la alarma de eventos importantes. —¡Eso no existe, Mayo! —respondió Invictor—, ¡es la alarma de incendios!—Sí, lo es, pero en esta ocasión la programé para que nos despertara muy temprano y saliéramos cuanto antes hacia la costa sur… ¡Vamos a la playa, oh, oh, oooh! Y, en cuanto lo dijo, sacó unos flotadores y salvavidas, además de bermudas de colores para todos, protector solar y gafas de sol. —¡Pero qué demonios! ¡Esta no es una forma d

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