¡Gol! 13 - Un campeonato difícil

Luigi Garlando

Fragmento

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UN HURACÁN SE ABATE SOBRE NICO

P¿Recuerdas dónde nos habíamos quedado? Los Cebolletas estaban entrando en el campo para medirse con el Club Huracán en su primer partido de la nueva liga. El primer campeonato entre equipos de once que va a disputar el equipo de Gaston Champignon.

¡El árbitro ya ha pitado el inicio del encuentro! ¿Estás listo? De acuerdo, pues ¡agárrate fuerte, que allá vamos!

El cocinero-entrenador repite la alineación que tan buen resultado dio en el último partido amistoso. Los Cebolletas saltarán al campo con una formación 4-2-3-1: Fidu entre los palos; Sara, Elvira, Dani y João en defensa; los robustos Aquiles y Bruno delante del área grande, para formar una especie de dique de contención; más avanzados, en el centro del campo, el tridente compuesto por Julio, Tomi e Ígor, que deben dar los pases de la muerte. En ataque estará solamente Rafa, llamado el

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¡GOL!

Niño, estupendo delantero centro italiano y gran novedad de los Cebolletas.

Los jugadores del Club Huracán visten una camiseta amarilla con una H estampada a la altura del estómago. Han adoptado la alineación 4-4-2: cuatro defensas, cuatro mediocampistas y dos delanteros.

El partido está muy disputado desde el comienzo, pero no resulta demasiado emocionante porque el balón no sale del centro del campo, atascado como la bolita del pinball cuando se queda enganchada y no baja. Los jugadores no son los únicos que tienen que acostumbrarse al campo grande, sino también los espectadores, pues en los nuevos encuentros los tiros a puerta y los goles son menos frecuentes que en los partidos entre equipos de siete.

Los hinchas de los Cebolletas están al completo: los padres, el esqueleto Socorro, la señora Sofía, los tambores brasileños de Carlos y don Calisto, que, para variar, se ha resfriado... El periodista Tino ya ha anotado en su bloc la primera observación: «Estupendo trabajo de Aquiles y Bruno. Tomi, en cambio, sufre».

En efecto, los dos centrocampistas ya han rechazado y subido al ataque mil balones, mientras que el capitán no logra encontrar el lugar idóneo para hacer

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UN HURACÁN SE ABATE SOBRE NICO gala de su clase. El centrocampista de los Huracanes que lleva el número 4 se le pega como si fuera un sello.

En el banquillo, Gaston Champignon se rasca el bigote por el lado izquierdo con su cucharón, y le dice a Augusto:

—Su número diez nos va a crear problemas... Juega realmente bien. Menos mal que Bruno y Aquiles lo mantienen bajo control. A lo mejor podríamos probar a cambiar de sitio a Ígor y a Tomi. Quizá el capitán encuentre más huecos por la banda, ¿no te parece?

—¿Cómo? Ah, sí, perdona... estaba distraído —responde el chófer del Cebojet.

—Apostaría a que tenías la cabeza en Barcelona... —comenta con ironía el cocinero-entrenador.

—En efecto, así es, no puedo negarlo... —sonríe Augusto.

Como recordarás, el chófer de los Cebolletas se ha casado hace poco con Violette, la hermana de Champignon, que vivía en Francia y se ha trasladado al piso que la pareja ha comprado en Barcelona. Todavía se siente rebosante de felicidad y en la cabeza solo tiene sitio para su hermosa mujer...

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¡GOL!

Por la banda izquierda Tomi dispone de más espacio, como había previsto su entrenador, y, entre otras cosas, puede hablar más con João, con el que siempre se ha entendido de maravilla. Hubo una época en que fueron compañeros en el ataque, uno como delantero centro y el otro como extremo izquierdo. Ahora João juega de lateral, a la manera de Marcelo, y, cuando sube a atacar, se cruza con el capitán, que crea juego en la banda para servir pases de gol al Niño, el delantero centro.

Son precisamente ellos quienes construyen la siguiente jugada. João llega como una exhalación al centro del campo con la pelota pegada al pie, se la pasa a Tomi y sigue corriendo. El capitán le devuelve el pase de primeras con un taconazo preciso. El brasileño centra hacia el área. Rafa, apretujado entre dos defensas, logra dar un cabezazo, pero no dirige el balón hacia la portería.

El antiguo juvenil del Roma ha visto que llegaba Bruno a la carrera y ha prolongado la trayectoria del balón. El antiguo número 10 de los Diablos Rojos deja que la pelota rebote al borde del área y la golpea a contrapié. El balón sale con una velocidad impresionante. El cancerbero se queda petrificado en la línea

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UN HURACÁN SE ABATE SOBRE NICO de meta. Apenas tiene tiempo de girar la cabeza y ver cómo la pelota rebota contra el larguero, contra la línea de gol, de nuevo contra el travesaño y se acaba colando en la portería: ¡1-0!

Los Cebolletas celebran su primer gol en la liga entre equipos de once jugadores.

Superbe! —aúlla Champignon.
Superbe! —repite Augusto, feliz de poder celebrarlo en la lengua de su mujer.

El partido vuelve a convertirse en una batalla en el centro del campo, y el gol que han encajado da nuevos bríos a los chicos que llevan la H estampada en la panza, que encuentran espacios sobre todo por las dos bandas.

En el banquillo, Nico se ha dado cuenta del peligro. —No lograrán superar la barrera de Bruno y Aquiles, pero a Julio, Ígor y Tomi les cuesta cubrir el campo a lo ancho. Solo son tres.

El sabiondo de los Cebolletas ha acertado de lleno. Por las bandas, los extremos y los laterales del Huracán que se lanzan al ataque desatan una auténtica lluvia de pases.

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¡GOL!

Dani lucha como un león en los balones aéreos y rechaza de cabeza un pase tras otro. Elvira, que se ha integrado perfectamente en la defensa de los Cebolletas y se anticipa rápidamente a los contrarios, le echa una mano al antiguo jugador de baloncesto despejando los pases rasos.

Por la banda derecha, Sara se comporta como una tigresa, como de costumbre, mientras que João tiene algunos problemas nuevos, porque siempre ha sido atacante y todavía no ha aprendido a jugar de lateral. De hecho, los Huracanes atacan sobre todo por su banda. Como ahora, por ejemplo...

El número 7 se dirige hacia João, que en una jugada como esta tendría que y tratar de empujar al extremo derecho hacia el banderín, el punto más alejado de la portería de Fidu, pero que en lugar de eso se enfrenta directamente a él. El 7 de los Huracanes lo regatea, echa a correr por el hueco que ha quedado libre y pasa hacia el centro.

Dani el Espárrago logra un nuevo rechace impecable, aunque el número 10 se abalanza sobre su pelota y dispara al vuelo un cañonazo con el empeine. Fidu se tira pero solo consigue rozar el balón, que entra acariciando el palo: 1-1.

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