Aprende jugando

Pepe Pedraz

Fragmento

cap

PRÓLOGO

POR ÓSCAR RECIO COLL

– Adoro el olor a dados por la mañana–

Cuando Pepe me sugirió que escribiera unas líneas para su libro sobre qué supone para alguien como yo jugar, no lo veía muy claro, era tanto que no sabía cómo afrontarlo. Él, con su habitual sabiduría, me dijo: «Óscar, no te compliques. Explica lo que es para ti el juego, qué sientes, qué haces... sin más».

Sin más... ya... claro... pero sin menos. Vamos allá.

Dentro música.

Jugar me abrió las puertas a todas esas aventuras que muchas veces imaginé, pero que nunca he podido vivir. Ahora solo tenéis que abrir la mente, hacedlo como cuando vais al cine o cuando un buen libro os atrapa... así, efectivamente... ahora viajad conmigo... imaginad que...

... he sido un piloto en un rally a lo París-Dakar buscando quién está detrás de un robo millonario, he descubierto documentos secretos con los cuales poder derrocar a gobiernos totalitarios, he viajado en el Orient Express de 1923 en una carrera contra el tiempo, he explorado el templo de las Mil Puertas, me he convertido en un superhéroe con poderes que jamás habría imaginado, he sido una guardabosques y cruzado el bosque de Fangorn, he escuchado el lamento de la campana de Calebais, me he transformado en un hombre-lobo y escuchado el lamento de Gaia, he viajado más allá de nuestro sistema solar, he tenido implantes cibernéticos, he conocido a Sherlock Holmes, he investigado la misteriosa muerte del Woodruff Lawton, he sido un vampiro en la Europa de 1342 y he visto a reinos e imperios caer y alzarse mientras yo no envejecía, he pilotado aviones en la Segunda Guerra Mundial, he conocido a la gran Amelia Earhart, he dirigido en batalla a los Catafractos de Palmira, conquistado la Italia del Renacimiento, he podido luchar contra Artorias y Sif, me he adentrado en Las Mansiones de la Locura con un aguerrido e intrépido grupo de investigadores. He entrado en el castillo del terror, he sido una arqueóloga que no tiene nada que envidiar a Indiana Jones, una doctora camino de Dover sobreponiéndose a duras penas a un terrible accidente ferroviario, he sido parte del grupo de Kastor Aloesius Lieberung, he... he «vivido» mil vidas llenas de emociones...

Todo eso lo he hecho gracias a jugar... abrí la mente a nuevos mundos, a libros, a cine, a música, a nuevas personas con las que aprendí a trabajar en equipo, amplié mis conocimientos lingüísticos y culturales y —por encima de todo— me lo pasé MUY BIEN... con momentos auténticamente memorables que a día de hoy siguen haciéndome sonreír como la primera vez que los viví... y que hacen que cuando nos reencontramos esos «aventureros y aventureras» recordemos nuestras hazañas con auténtico júbilo.

Gracias a los juegos mis conocimientos de cultura general se expandieron hasta límites insospechados en mi etapa del instituto de una manera que no esperaba ni creía posible.

Con los juegos de tablero (que suelen orbitar cerca del mundo de los juegos de rol) aprendí la geografía de Italia al dedillo y dejé a mi profesor de Historia alucinado, con el Flat Top la Segunda Guerra Mundial en la zona del Pacífico dejó de tener secretos y cuando empecé a investigar sobre H. P. Lovecraft en mis clases de literatura comprendí muchísimo más los entresijos de los autores de la época y la profundidad de la literatura.

Aprendí sobre la Inglaterra victoriana, sobre el mundo de la política internacional de la guerra fría, sobre historia medieval y sobre autores y mundos fantásticos que se consideran clásicos de la cultura universal en muchas de sus facetas y aspectos. Jugar, a rol o a juegos de tablero, es una afición sana y culturalmente estimulante, no lo duden, no se engañen y que no les engañen.

Ahora soy profesor de Primaria y uso todas esas estrategias que tanto han contribuido a que yo sea quien soy para poder ofrecer a mi alumnado experiencias en las que jugar sea un vehículo para aprender de una manera diferente, para que sean más conscientes, asertivos, empáticos, creativos, solidarios, reflexivos y con objetivos comunes y claros sin descuidar ni un ápice el proceso de enseñanza y sus elementos estructurales y evaluativos... su misión va más allá de jugar ya que, viviendo y participando de esas aventuras y misiones, están aprendiendo de manera significativa mil cosas que les van a ser de utilidad el día de mañana... creedlo, no es baladí nada de lo que os digo.

Recordad que los grandes avances de la humanidad vienen de la imaginación, de la capacidad tan absolutamente maravillosa del ser humano que es imaginar y crear: el avión, el viaje espacial y tantos otros avances que hace no tanto eran un sueño ahora son realidad... y alguien tuvo que imaginarlos... las empresas usan técnicas y herramientas para «simular» futuros problemas y poder enfrentarlos, y tantos y tantos otros sectores hacen lo mismo: «juegan» para mejorar. No lo dudéis. Es así.

En las páginas que os esperan encontraréis una aventura muy particular, una que debería haceros mirar «más allá de lo evidente» y haceros entender que una de las cosas que nos hace especialmente humanos es, sin dudarlo un instante, jugar.

Dad el paso... la fortuna sonríe a las personas audaces. ¿Lo sois vosotras?

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AGRADECIMIENTOS

Normalmente, este apartado suele ser breve. Intentaré respetarlo, pero me da que no será este el caso.

Cada persona es ella misma y sus consecuencias. Y hoy estoy escribiendo este libro gracias a las personas que han formado parte de mí y me han conducido donde estoy. Así que creo, lo justo, es que tengan su reconocimiento en forma de agradecimiento.

A Olga y a Isabel. Porque la confianza es indispensable para avanzar en la vida. Gracias por confiar en el proyecto.

A Alberto López y a Noemí Ruiz. Porque muchas de las cosas que tengo ahora, son gracias a vosotros. Gracias por hacerme madurar basándome en los valores por encima de otras cosas.

A Cuarto de Juegos en general y a Michael en particular. Esa tienda de juegos amable y dispuesta que siempre me ha ayudado cuando lo he necesitado.

Al Pequeño Rincón de los juegos de Mesa. Porque hacen una labor maravillosa acercando los juegos de mesa a todas las familias. Más personas como vosotros hacen falta.

A mi amiga Noe Blanch. Por aportarme tanto, tantas veces, en tantas ocasiones.

A Imma Marín, por mostrarme un punto de destino. Porque no saber a donde ir es el primer paso para no llegar, gracias por marcarnos el camino a mí y a tantas otras personas.

A Óscar Recio, por escribir unas líneas en este libro. Creéme que me hace a mí más ilusión que a nadie que lo hagas.

A Emiliano, Marc, Pablo y todo Ayudar Jugando, por una labor fantástica.

Al Club de los domingos y a mis grupos de juegos. Irene, Patri, Roberto, Óscar, Beltrán, Sonia, Ana, Clara, Carlos, Miguel, Andrea, Guille, Jose, Carlos, Eneko... Por permitirme seguir jugando... y aprendiendo.

A todas esas pequeñas luces que hacen la vida un poco mejor. A Julia y a Xavi, por darme l

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