PRÓLOGO
“Mi intención jamás ha sido hacer una guía de teléfonos...”
HORACIO FERRER
en su Historia del tango
“Se equivoca, de todos modos, quien pretende:
-conocer mi ciudad con una guía de calles,
-interpretarla de manera erudita, con reflexiones asentadas en el conocimiento mediato o inmediato de otras ciudades,
-valorar a sus hombres por el cómputo proporcionado por los textos de historia.
Porque
-ni las calles nacen y mueren donde las guías lo indican,
-ni Buenos Aires tiene cosa que ver con otras ciudades, como no sea casualmente,
-ni los hombres de ahora tienen mayor punto de contacto con los hombres de antes, no pareciéndose en casi nada.
Todo,
-sin dejar de advertir que en mi ciudad los hombres visibles o evidentes, en su gran mayoría, no son porteños y no entienden a Buenos Aires.”
BERNARDO GONZÁLEZ ARRILLI
¿Cómo se imagina la gente que es la ciudad de Buenos Aires? No hay una forma básica y simple de definirla.
A veces se la confunde con otra o genéricamente se la denomina con el nombre de Sudamérica, cosa que irrita, secretamente, a los porteños.
Puede haber una visión de Buenos Aires caótica y gris. Pero puede haber otra visión tomada en el mismo momento de otro segmento de la ciudad ordenado y bello.
Podemos imaginar Buenos Aires desde la óptica que le dio el director Charles Vidor en la película Gilda, o también se puede imaginar una visión casi grotesca de la ciudad como aparece en la película Down Argentina Way.
Para muchos es la ciudad de Carlos Gardel, de Eva Perón, de Fangio o de Maradona. Los éxitos del viejo cine argentino de los años ’40 se advierten hoy en la denominada “dirigencia de los países hispanoamericanos”, que de niños leían la revista infantil Billiken, que se hacía en la Argentina, y de jóvenes veían el cine argentino y que hoy, gente madura, recuerda esos míticos nombres, sean Luis Sandrini o la Rubia Mireya.
La realidad nos habla de una Buenos Aires de 200 kilómetros cuadrados que integran 20.000 manzanas y que está dividida en 47 barrios.
Existe una profunda pertenencia a cada uno de esos barrios cuya vinculación se hace desde lo religioso y lo deportivo. Casi todos tienen sus iglesias y sus clubes de fútbol.
Los códigos secretos de esos clubes y de esos barrios se advierten en los graffiti que inundan la ciudad.
Uno de los puntos en los cuales todos los temas coinciden es la inmigración. Hay un chiste que dice que los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos.
A principios del siglo XX América toda era una utopía y para los europeos hubo dos puertos mayoritarios para buscar mejores horizontes: Nueva York y Buenos Aires.
Por razones como ésta la ciudad ha registrado algunos inmigrantes célebres. La historia de uno de ellos nos lleva al barrio de La Boca: se trataba de un chico griego que con los años el mundo conocería como el “griego de oro”: Aristóteles Onassis.
El barrio de La Boca y el vecino de Barracas fueron transitados por un norteamericano universal, quien aseguró que en aquellos años no hubo banco de plaza en la ciudad de Buenos Aires en el que él no hubiera dormido. Esto lo dijo el premio Nobel de Literatura Eugene O’Neill, cuyas obras de ambiente portuario están inspiradas en Buenos Aires.
La mezcla de razas hace que esta ciudad sea la segunda ciudad judía de América después de Nueva York y, por la mezcla o por lo que fuere, es uno de los lugares en los que el actor norteamericano Woody Allen es más admirado.
Estas preferencias y cierta obsesión de los habitantes de la ciudad, los porteños, por el psicoanálisis han hecho que una zona del barrio de Palermo fuera conocida como Villa Freud.
A fin del siglo XIX en una terrible guerra llamada de la Triple Alianza, Brasil, Uruguay y la Argentina lucharon contra Paraguay. A su finalización y con el comienzo masivo del ingreso de inmigrantes se dio lugar al más importante fenómeno cultural producido por la ciudad de Buenos Aires: el tango.
Quien quiera seguir la evolución de la ciudad tiene dos caminos: la historia académica y la historia del tango.
La forma más metódica de ver a la ciudad es a través de sus barrios.
La mayor parte de los que llegan a Buenos Aires residen en hoteles que están en la zona céntrica. Cuando decimos esto hablamos de los barrios de Retiro, San Nicolás y Monserrat. Estos visitantes recorren barrios como San Telmo, Recoleta y La Boca, que son sólo una parte del iceberg.
El descenso al subterráneo no sólo nos lleva a la más antigua línea del sistema en Hispanoamérica, sino que cada una de las líneas del subte abarca apasionantes temáticas donde en coloridas cerámicas se aprecian antiguas tradiciones indígenas de la Argentina (estación Bulnes) o imágenes de la Sagrada Familia de Barcelona del artista Antonio Gaudí (estación Moreno).
De lunes a viernes la ciudad de Buenos Aires suma, a sus estables tres millones de vecinos, otros diez millones que se nuclean para trabajar, estudiar, curarse y divertirse. Provienen por lo general de los alrededores de la ciudad, zona denominada Gran Buenos Aires o Área Metropolitana.
Muchos todavía llaman Municipalidad a la administración de la ciudad, pero desde 1996 el nombre correcto es Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de la institución que brinda más servicios a los vecinos: educación, salud pública, promoción social, cultura y otros tantos.
Desde aquel nacimiento de la ciudad en 1996 se generó un hecho histórico: los vecinos pudieron elegir democráticamente, sobre la base de una Constitución, al que hasta entonces era intendente y actualmente es jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
¿Cómo definir una Buenos Aires de aspectos tan variados, con una economía que está en boca de todos, sepan o no del tema? Un importante sector de la zona céntrica —“la city”— alberga bancos y los edificios de la Bolsa de Comercio. Este sector de la ciudad es un mundo paralelo con identidad propia como el de Jorge Luis Borges o el Abasto de Carlos Gardel.
Un par de recomendaciones le pueden ser útiles:
- El barrio Norte no existe, es un lugar común. Una parte es Palermo, otra Recoleta y la otra Retiro.
- Muchos locales usan en su correspondencia la abreviatura de Cap. Fed. que corresponde a Capital Federal, nombre administrativo de la ciudad de Buenos Aires.
Junto con la periodista Araceli Bellotta advierta estas circunstancias: “Buenos Aires, como todas las ciudades, tiene su código que suele desorientar al ajeno. Si no, que lo diga ese turista que se cansó de caminar, ida y vuelta varias veces, para encontrar la esquina donde Charcas se junta con Callao. Y eso que, para que no se perdiera, le aclararon que Charcas nace en Canning. ¡Pobre tipo! Cómo explicarle que Charcas después de Pueyrredón se llama Marcelo T. de Alvear, que Canning hace años cambió de nombre por Scalabrini Ortiz, y que insistimos en bautizarlas como se nos antoja, a pesar del ex presidente y del escritor que con su avenida está solo y espera.
”La siguiente odisea fue cuando lo mandaron a Corrientes y el Bajo con la referencia de que ‘más allá está el río’. Miraba su mapa y leía: Leandro N. Alem, Madero, pero del Bajo ni noticias...”
Ni hablar de la calle Perón, a la que se persiste en llamar Presidente Perón cuando en realidad se denomina Teniente General Juan D. Perón y su nombre anterior era Cangallo. La resistencia de algunos a los cambios también genera confusiones ya que insisten en llamarla Cangallo.
No sería realista entender que la crisis económica y política ocurrida en la Argentina a fines de diciembre de 2001 sorprendió al mundo que la miraba como uno de los países más ricos. En este contexto dramático pero siempre esperanzado la ciudad de Buenos Aires se convierte por la fuerza de su comercio y por su potencia cultural en una sorpresa para ese mismo mundo que se asombra por la creatividad de la ciudad, algo que ocurre a lo largo y a lo ancho de este país cautivante que es la Argentina.
www.buenosairessecreta.com.ar
FICHA TÉCNICA
Nombre oficial: Buenos Aires.
Denominación original: En 1536 don Pedro de Mendoza, su primer fundador, la llamó Puerto de Santa María del Buen Ayre. En 1580, don Juan de Garay, su segundo fundador, la denominó Ciudad de Trinidad, Puerto de Santa María de los Buenos Aires.
Nominación administrativa: Capital Federal de la República Argentina.
Apodo: La Reina del Plata.
Gentilicio de sus habitantes: Porteños. Alude a la condición de ciudad-puerto de Buenos Aires.
Idioma: Castellano. Como en todas las ciudades del mundo, en Buenos Aires también se habla con giros verbales propios y locuciones típicas que conforman el llamado lunfardo (equivale al argot, al furbesco, a la giria y al slang, entre otros).
Dónde encontrarla en el mapa: Latitud: 34º 36’ 30” Sur. Longitud: 58º 22’ 19” Oeste.
Superficie: 200 km2 (equivale a 20.000 ha aproximadamente).
Extensión: 19,4 km de norte a sur y 17,9 km de este a oeste.
Perímetro: 60,5 km.
Límites: Norte: partido de Vicente López. Sur: partido de Lomas de Zamora y Lanús. Este: partido de Avellaneda. Oeste: partido de Tres de Febrero. Limita además al NO con el partido de General San Martín; al NE con el río de la Plata; al SO con el partido de La Matanza y al SE con el partido de Avellaneda y Este: el río de la Plata.
Todos los partidos que limitan con la ciudad de Buenos Aires pertenecen al área llamada Gran Buenos Aires, que ocupa 3.680 km2, y forman parte del conurbano, que junto con la ciudad componen el Área Metropolitana de 3.879 km2.
Los partidos son: Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, General San Martín, Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, La Matanza, Lanús, Lomas de Zamora, Malvinas Argentinas, Merlo, Moreno, Morón, Quilmes, San Fernando, San Isidro, San Miguel, Tigre, Tres de Febrero y Vicente López.
Conformación física
La ciudad de Buenos Aires forma parte de la pampa ondulada cuya barranca del Parque Lezama —Santa Lucía— es la terminación de la que se inicia en Rosario y que la bordea en un largo trecho. Es la misma barranca en la que don Pedro de Mendoza fundó por primera vez la ciudad de Buenos Aires. Consideramos su relieve actual como la consecuencia de una serie de procesos endógenos y exógenos. Actuando directamente en la zona, o como repercusión de otros más lejanos, cabe mencionar la fracturación del Escudo de Brasilia, el consiguiente hundimiento de bloques, los ciclos orogénicos del Paleozoico y Terciario; sobre estos últimos recae la mayor responsabilidad de las formas observadas en combinación con la acción erosiva pluvial y fluvial, acelerada en los períodos de levantamiento y con la acción biótica.
Resultado de la erosión activa en el principio del Cuaternario es el valle de Holmberg, así llamado por el Dr. Nágera, en la zona donde actualmente se levanta el Jardín Zoológico elaborado en el Pampeano y que fue rellenado posteriormente por sedimentos del Pospampeano.
Aspectos meteorológicos
Clima: Templado y húmedo.
Temperatura: Media anual 17º.
Curiosidad: En Buenos Aires nevó, por única vez en el siglo XX, en el invierno de 1918.
Vientos: Predominan los siguientes: Norte: Caluroso y húmedo, es presagio de tormenta. Pampero: Fresco, contrarresta los efectos del viento Norte. El Pampero se presenta húmedo con nubarrones negros y tormenta; seco, diáfano y frío; sucio, si levanta grandes polvaredas.
Sudestada: Fuertes ráfagas de viento frío y húmedo, acompañadas de lluvias persistentes durante varios días. Ocurre entre los meses de junio y octubre y suele ocasionar trastornos en la ciudad como inundaciones en algunos barrios, inconvenientes en el suministro eléctrico y circulación del tránsito.
Lluvias: Promedio: 1.432 mm al año. Récord del siglo: 31 de mayo de 1985 con 295,4 mm.
Estaciones del año:
Verano: Desde el 21 de diciembre hasta el 20 de marzo. Temperatura media: 23º C. Enero es el mes más caluroso.
Otoño: Desde el 21 de marzo hasta el 20 de junio. Temperatura media: 14º C. Los primeros meses suelen ser lluviosos (120 mm).
Invierno: Desde el 21 de junio al 20 de septiembre. Temperatura media: 10º C. Mes más frío: julio. Curiosidad: Sobre la semana del Día de San Juan (24 de junio) ocurre el fenómeno de un clima templado y hasta caluroso. Se lo conoce como “el veranito de San Juan”. Al final del invierno, cerca de la festividad de Santa Rosa (30 de agosto) suele producirse una gran tormenta conocida precisamente como “la tormenta de Santa Rosa”.
Primavera: Transcurre desde el 21 de septiembre al 20 de diciembre. Es la época más lluviosa. Temperatura media: 18º C.
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Cuántos somos, cómo somos
Población: 3.040.292 habitantes.
Densidad: 15.047,9 habitantes por km2.
Hombres: 1.387.645.
Mujeres: 1.652.647.
Relación: 84 hombres por cada 100 mujeres.
Composición por edad: El 25% corresponde a la franja entre 0 y 19 años. El 30% al segmento entre 20 y 39 años. Un 33% al grupo que abarca de 40 a 69 años. El resto se completa con un 12% que va desde 70 años en adelante.
Tasa de natalidad: 73.238 nacimientos en 1998.
Tasa de mortalidad: 46.679 defunciones en 1998.
Tasa de nupcialidad: 16.395 casamientos en 1998.
La población de la ciudad experimentó muy pocas variaciones en los últimos cuarenta y cinco años. Incluso en 1947 tenía más habitantes que en años posteriores.
No es que Buenos Aires se estancó, sino que comenzó a extenderse más allá de su propio límite territorial, formando una región densamente poblada, la llamada Área Metropolitana o Gran Buenos Aires.
Si se consideran la ciudad y el Gran Buenos Aires como una sola unidad urbana, conforman la octava ciudad del mundo en cantidad de habitantes, con aproximadamente trece millones de personas, según informes de las Naciones Unidas.
Dentro de la ciudad, los barrios en los que se produjo un mayor aumento de habitantes fueron Barracas, Constitución, Nueva Pompeya, Parque Patricios, Mataderos, Villa Lugano y Villa Soldati, que, respecto del censo de 1980, en 1991 registran una suba del 51,8%. Otro sector de la ciudad de fuerte crecimiento es el comprendido por los barrios de Belgrano, Núñez y Saavedra, que aumentaron 7,8% desde 1980.
Barrios como Recoleta y Retiro sufrieron una reducción importante de habitantes. En 1980, estos dos barrios tenían una población de 296.850 personas. En la actualidad son 226.613, arrojando un crecimiento negativo de -23,7%.
En total, la ciudad registró un índice de crecimiento de 1,3% en el período comprendido entre 1980-1991, lo que da una tasa anual de 0,11%.
Las expectativas de vida, tanto a nivel municipal como nacional, alcanzan a 76,5 años en las mujeres y 69 en los hombres. El PAMI (Plan de Asistencia Médica Integral brindado por el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados) se ha convertido por el uso idiomático en sinónimo de persona de edad. Según cifras elaboradas por esa institución el envejecimiento poblacional muestra una clara tendencia: en 1980, el 11,8% de la población estaba conformada por habitantes mayores de 60 años. En 1985 la cifra aumentó a un 12,8%. Según el último censo (1991), la población mayor de 60 años asciende al 13,2%. La proyección arrojaría un 20% para el año 2000.
Cómo y dónde vivimos
Desde 1946 la ciudad de Buenos Aires mantiene un déficit habitacional que, con ciertas oscilaciones, se mantiene en niveles críticos.
Propietarios: 75,2%.
Inquilinos: 24,8%.
150.000 personas aproximadamente se albergan en las llamadas villas de emergencia y más de 100.000 se registran como carentes de núcleo habitacional en el Fondo Nacional de la Vivienda de la Capital Federal, de acuerdo con datos de la Secretaría de Promoción Social del Gobierno de la Ciudad mencionados por el diario La Nación del 17-1-99.
Según el censo de 1997, existen en Buenos Aires 1.258.856 unidades habitacionales. Cifras del mismo año arrojan un total de 123.886.000 m2 aproximadamente, edificados con un promedio de 41,5 m2 por habitante y de 98 m2 por vivienda.
Habitantes de la ciudad que molestan a la salud
Buenos Aires tiene una legislación sobre la tenencia de animales domésticos. Algunos reglamentos de copropiedad determinan reglas para los usuarios de los departamentos. Es común que las calles, plazas y veredas se vean permanentemente con excrementos de perros y gatos, a pesar de la ordenanza 41.381 sancionada en 1987, que obliga a dueños y paseadores a usar escobilla, palita y bolsa de residuos para juntar lo que dejan sus animalitos.
Pero los habitantes más molestos para la salud son los mosquitos (Aedes albifasciatus), que aparecen especialmente en verano o durante períodos cálidos y húmedos.
En el mundo existen 3.500 especies de cucarachas, de las cuales sólo tres se encuentran en Buenos Aires: la cucaracha rubia (Blattela germánica), que habita en casas y departamentos, especialmente entre hortalizas y verduras; la cucaracha negra (Blattela orientalis), que vive en los desagües cloacales, y la cucaracha marrón oscura o americana (Blattela americana), que se establece cerca de las viviendas y se alimenta de azúcar, miel y chocolate.
Uno de los mayores problemas de la ciudad es el alto número de roedores. Las variedades más comunes son la rata marrón (Rattus norvegicus), la rata negra (Rattus) y la laucha (mus musculus).
Los roedores porteños destruyen unas 4.000 toneladas de alimentos diarios. En la zona portuaria se estima que hay una rata cada dos metros cuadrados; promedio similar al del barrio de San Telmo y las zonas de Congreso y Abasto, en el barrio de Balvanera, al igual que a lo largo de las redes ferroviarias. En el resto de la ciudad la población es más heterogénea, hay un promedio de siete ratas por habitante. Es transmisora de más de cincuenta enfermedades, entre las que se cuentan: cólera, tifus murina y peste bubónica. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cuenta con la Dirección de Higiene, organismo que recibe las denuncias de existencia de ratas, Ortiz de Ocampo 2517.
Educación
Niveles
Primario: Obligatorio de 1º a 7º grado (de los 6 a los 12 años aproximadamente).
Medio o secundario: Optativo.
Terciario y Universitario.
Escuelas primarias: 932, de las cuales 461 dependen del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y 471 son privadas. Número de alumnos: 280.000 aproximadamente. Número de docentes: 24.000 estimativamente.
Escuelas medias: 505 establecimientos, de los cuales 134 dependen del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y 371 son privados. Número de alumnos: 208.000 estimativamente. Número de docentes: 27.300 aproximadamente.
Terciarios —no universitarios—: 154 establecimientos, de los cuales 46 son públicos.
Universitarios: 18 universidades, de las cuales 2 son estatales y 16 privadas. Número de alumnos: 300.000 aproximadamente. Número de docentes: 19.500 estimativamente.
El 9% de los alumnos inscriptos en escuelas municipales registra domicilio en la provincia de Buenos Aires.
Religión
La Constitución de la Nación Argentina declara en su artículo 2º: “El Gobierno Federal sostiene el culto católico apostólico romano”. La Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (1996), en cambio, sostiene el derecho de inviolabilidad de la libertad religiosa (artículo 12, apartado 14).
Predomina el credo católico, al cual pertenece el 84,8% de la población. El judaísmo es profesado por un 6,6% de ella y el resto se distribuye en otras religiones cristianas y otros cultos.
En los últimos años han surgido numerosas sectas religiosas que carecen de reconocimiento oficial. En la Argentina existe una legislación sobre cultos.
Economía
La Argentina es un país atípico, que no presenta en muchos aspectos las características de las naciones en vías de desarrollo.
De acuerdo con el último censo económico de 1985, la participación de la ciudad de Buenos Aires en el producto bruto interno nacional es de aproximadamente el 22%. Si tomamos en cuenta su participación en el valor de la producción industrial de la Nación nos encontramos con un 14%.
Los establecimientos industriales radicados en la ciudad ascienden a 16.099, y dan trabajo a 228.854 personas, que en su mayoría no habitan en la Capital.
Se registran 111.029 establecimientos comerciales que dan empleo a 523.828 personas.
Buenos Aires ha visto desaparecer gran parte de sus industrias tradicionales, decaer la actividad portuaria y crecer la actividad terciaria e informal con una hipertrofia de su sistema financiero que no compensa el retroceso global de su economía.
Este proceso impactó en el mercado de trabajo aumentando la desocupación, la subocupación, la informalización y el cuentapropismo, así como la proliferación de mecanismos que hicieron precaria la relación laboral.
Estos cambios en el mercado de trabajo y en los niveles de ingreso acentuaron las diferencias sociales entre los porteños, modificando sus formas de organización, sus pautas de consumo y sus hábitos.
Hoy proliferan por la ciudad quiosqueros y taxistas, es decir “cuentapropistas”, que intentan hallar una salida laboral ante la falta de oportunidades.
Ocho de cada diez personas que tienen más de una ocupación pertenecen a la clase media. El multiempleo parece ser más común en mujeres que en hombres.
La Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay (y más tarde Chile) se comprometieron a coordinar políticas macroeconómicas, firmando para ello el tratado para el Mercosur. Éste entró en plena vigencia el 1º de enero de 1995. A partir de allí hablamos de una población de alrededor de 190 millones de habitantes y un intercambio comercial de 5.500 millones de dólares. Es una comunidad económica de América del Sur que brinda soluciones globales a problemas compartidos.
Moneda: En 1822 se emitió el primer papel moneda que se conoció en el país. Luego de diversas alternativas, el 29 de setiembre de 1875 fue creada la Casa de Moneda de Buenos Aires, que en la actualidad funciona en el barrio de Retiro. Allí está montada la fábrica de billetes de banco y la acuñación de moneda con las técnicas más avanzadas. Su tecnicismo y minuciosidad son abrumadores. A partir del 1º de enero de 1992 el austral desapareció como moneda, volviéndose a poner en vigencia el peso. En forma simultánea se dictó una ley que igualó su valor al dólar estadounidense, la que fue derogada en diciembre de 2001. Así como en 1992 Buenos Aires era más cara que París y Nueva York hoy sus precios bajos atraen a los viajeros internacionales.
PBI: La variación porcentual del producto bruto interno (PBI) y del número de establecimientos y personal ocupado por rama de actividad industrial fue negativa para todas ellas, según los censos económicos de 1974 y 1985; la única actividad dinámica que evolucionó positivamente fue la industria química, comparada con las ramas de alimentación, textil, madera, papel, metalúrgica, minerales no metálicos y maquinarias. En términos de producto se verificó una tendencia declinante entre 1975 y 1985; el producto bruto global de la ciudad cayó un 12,1%, mientras que a nivel nacional se estancó.
Entre 1980 y 1989 la desocupación aumentó un 141%, ascendiendo al 5,2% de la población económicamente activa (PEA), es decir, 1.300.000 personas. En 1989 los subocupados ascendían a un 7% de la PEA. En octubre de 1998 la población sin trabajo en todo el país era del 12,4% (1.700.000 personas) mientras que en la ciudad de Buenos Aires era del 8,6% (261.000 individuos). En el 2003 los índices de desocupación y pobreza alcanzan marcas impensables para un país como la Argentina. No obstante, los cambios producidos entre el año anterior y éste sorprenden favorablemente a los teóricos internacionales de la economía.
Energía eléctrica
El suministro de corriente eléctrica es de 220 voltios. SEGBA (Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires) se privatizó y se dividió en dos empresas, EDENOR y EDESUR.
La energía eléctrica consumida en 1997 por la ciudad alcanzó a 8.247.473 millones de kW, con un promedio de 2.712 por habitante.
El Gobierno de la Ciudad
La ciudad está a cargo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, compuesto por tres poderes:
Ejecutivo, a cuyo frente está el jefe de Gobierno.
Legislativo, constituido por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con 60 diputados elegidos por voto directo de los vecinos.
Justicia. Si bien el Poder Judicial de la ciudad de Buenos Aires, conforme la ley 7, está integrado por los distintos jueces que componen la actual justicia nacional ordinaria de la Capital Federal, en virtud de lo dispuesto por el artículo 8 de la ley 24.588, la justicia local ha quedado acotada a los fueros Contencioso Administrativo y Tributario y Contravencional y de Faltas y Vecinal, no obstante los reclamos que viene efectuando el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a efectos de que se produzca el respectivo traspaso de aquella justicia.
En virtud de ello, el Poder Judicial vigente hoy en la ciudad se integra por: 1) el Tribunal Superior de Justicia, 2) el Consejo de la Magistratura, 3) el Jury de Enjuiciamiento, y 4) el Ministerio Público.
Centros de Gestión y Participación. Son la base del Programa de Descentralización y Modernización, que tiene por objeto mejorar los servicios que brinda el Gobierno de la Ciudad. En cada uno de los dieciséis CGP los vecinos pueden resolver sus trámites referentes al Registro Civil, a Rentas o infracciones, contando además con el Servicio Social Zonal y servicios de información general y atención a otros temas.
La Controladuría Comunal (ombudsman) es el lugar que tienen los vecinos para canalizar inquietudes, realizar protestas y denuncias. Sus oficinas están en Venezuela 842 (C1095AAR), Buenos Aires. E-mail: defensoría_ciudad@buenosaires.gov.ar
El Gobierno recibe denuncias y reclamos y ofrece informes en el teléfono de línea gratuita 0800-88832466 y cuenta con una página en Internet: www.buenosaires.gov.ar
La hora
La hora oficial. Se la numera de 0 a 24 (es decir que las 13 equivalen a la 1 pm o las 18 a las 6 pm).
Servicio de la hora oficial. Puede obtenerse la hora oficial discando telefónicamente el 113, durante todo el día.
Horario comercial. En general se extiende de 9 a 20 horas de lunes a viernes, y los sábados de 9 a 13 horas. También hay comercios que funcionan los sábados por la tarde y los domingos, como galerías comerciales, shoppings, ciertos negocios barriales y otros.
Horario bancario. De 10 a 15, de lunes a viernes.
Fecha. Se utiliza la nomenclatura que indica el día delante del mes y finalmente el año. Ejemplo: 15/3/2000, es decir, 15 de marzo de 2000.
Hora Greenwich, hora Buenos Aires. De acuerdo con el sistema internacional que toma el meridiano de Greenwich como determinante, a la Argentina le corresponde el huso horario +4 al oeste de dicho meridiano.
En 1930 se adoptó por primera vez el horario de verano pasando al huso horario +3 (manteniendo en invierno el +4).
En 1946 se dispuso pasar al huso horario +3 para todo el transcurso del año.
En 1963 se volvió al huso horario original (+4). Posteriormente se retomaron los horarios de verano.
El 23 de enero de 1974, estando en vigencia el horario de verano (+3), se adelanta por primera vez 1 hora y se pasa a utilizar el huso horario +2. En abril de ese mismo año se atrasó 1 hora; por ello, desde ese momento en invierno se utiliza el huso horario +3.
Ciudades hermanas
La ciudad de Buenos Aires está unida a otras ciudades del mundo por lazos culturales, intercambio comercial, profesional, estudiantil y por vínculos de amistad. Existió una institución, la Fundación Ciudades Hermanas de Buenos Aires, que fue encargada de promover los acercamientos a partir de su programa de intercambio.
Algunas ciudades hermanas de Buenos Aires
Madrid |
España |
Bogotá |
Colombia |
Oviedo |
España |
Brasilia |
Brasil |
Sevilla |
España |
Montevideo |
Uruguay |
Cádiz |
España |
Génova |
Italia |
Guadix |
España |
Nápoles |
Italia |
Bilbao |
España |
Calabria |
Italia |
Tel Aviv |
Israel |
Santo Domingo |
Rep. Dominicana |
Damasco |
Siria |
Osaka |
Japón |
Miami |
EE.UU. |
Moscú |
Rusia |
Quito |
Ecuador |
Rotterdam |
Países Bajos |
Lima |
Perú |
Santiago |
Chile |
Atenas |
Grecia |
Tegucigalpa |
Honduras |
Asunción |
Paraguay |
Belgrado |
ex Yugoslavia |
Caracas |
Venezuela |
Pekín |
China |
Guatemala |
Guatemala |
Berlín |
Alemania |
La Paz |
Bolivia |
Praga |
República Checa |
Managua |
Nicaragüa |
Seúl |
Corea del Sur |
Río de Janeiro |
Brasil |
El Cairo |
Egipto |
San José |
Costa Rica |
San Salvador |
El Salvador |
A partir de los ’80 existen, también, convenios de cooperación mutua celebrados con distintas ciudades y regiones.
ALGUNOS CIUDADANOS ILUSTRES
Ernesto Baffa: Músico, compositor y bandoneonista. (1992)
Miguel Najdorf: Ajedrecista. (1990)
Joaquín Pérez Fernández: Bailarín y coreógrafo. (1987)
Luisa Vehil: Actriz. (1990)
Roberto Goyeneche: Cantor de tangos. (1990)
Tita Merello: Cantante de tangos y actriz. (1990)
Horacio Salgán: Músico, compositor y pianista.(1990)
Astor Piazzolla: Músico, compositor y bandoneonista. (1985)
Atahualpa Yupanqui: Músico. (1992)
Susana Rinaldi: Cantante de tangos y actriz. (1990)
Alberto Castillo: Cantor de tangos. (1990)
Mariano Mores: Músico, compositor y pianista. (1990)
Antonio Carrizo: Locutor y animador. (1990)
Héctor Larrea: Locutor y animador. (1990)
Alberto Mosquera Montaña: Poeta. (1989)
Tania: Cantante de tangos. (1990)
Libertad Lamarque: Cantante de tangos. (1990)
José María Rosa: Historiador. (1986)
Ezequiel Navarra: Maestro de billar. (1990)
Alicia Moreau de Justo: Médica y dirigente política. (1985)
Edmundo Guibourg: Periodista y escritor. (1985)
Ernesto Sabato: Escritor. (1985)
Osvaldo Pugliese: Músico, director y pianista. (1986)
Hugo del Carril: Cantor de tangos. (1986)
Silvina Ocampo: Escritora. (1988)
Florencio Escardó: Médico, pediatra y escritor. (1990)
Enrique Cadícamo: Autor, compositor y poeta de tango. (1987)
Teresa María Molina: Pionera de la enfermería. (1990)
Juan Manuel Fangio: Piloto de autos de carrera. (1973)
Jorge Luis Borges: Escritor. (1973)
Luis Federico Leloir: Investigador y premio Nobel. (1973)
Irineo Leguisamo: Jockey. (1984)
Benito Quinquela Martín: Pintor. (1974)
Cátulo Castillo: Músico, compositor y pianista. (1974)
María Elena Walsh: Escritora. (1985)
Raúl Soldi: Pintor. (1985)
Diego Armando Maradona: Futbolista. (1986)
Adolfo Bioy Casares: Escritor. (1986)
Julio César Strassera: Jurista. (1989)
Niní Marshall: Actriz. (1990)
Mercedes Sosa: Cantante. (1992)
Luis Saslavsky: Director de cine. (1992)
Eladia Blázquez: Compositora y cantante. (1992)
Iris Marga: Actriz. (1992)
Horacio Ferrer: Historiador y poeta. (1992)
Sebastián Piana: Músico. (1992)
Berta Singerman: Actriz. (1992)
Tato Bores: Actor. (1993)
Isidoro Caplán: Científico. (1991)
César Jaroslavsky: Político. (1993)
Leopoldo Díaz Vélez: Poeta de tango. (1990)
Félix Luna: Historiador. (1996)
Pompeyo Camps: Músico. (1992)
Martiniano Arce: Fileteador. (1996)
Alejandra Boero: Actriz y directora teatral. (1996)
Roberto Tálice: Escritor. (1990)
Ángel D’Agostino: Músico, compositor y pianista. (1989)
Carlos Gianantonio: Médico. (1986)
Eduardo de Robertis: Científico. (1986)
Mauricio Rosenbaum: Científico. (1986)
Osvaldo Piro: Músico, compositor y bandoneonista. (1996)
Osvaldo Miranda: Actor. (1996)
Eugenia Sacerdote de Lustig: Científica. (1996)
Norberto “Tucho” Méndez: Futbolista. (1990)
Oscar Alfredo Gálvez: Piloto de autos de carrera. (1989)
León Arslanian: Abogado. (1989)
Hermenegildo Sábat: Artista plástico. (1996)
Adolfo Pérez Esquivel: Arquitecto, docente, premio Nobel de la Paz 1980. (1996)
Marta Argerich: Pianista. (1999)
Cecilio Madanes: Director teatral. (1996)
Manolo Juárez: Músico. (1996)
Atilio Castelpoggi: Poeta y escritor. (1996)
Natalio Francisco Salvatori: Empresario. (1996)
Ángel Mazzei: Escritor. (1992)
Norma Aleandro: Actriz. (1996)
Ben Molar: Productor artístico. (1996)
Nelly Omar: Cantante. (1996)
Esmeralda Agoglia: Bailarina del teatro Colón. (2002)
VISITANTES ILUSTRES
Daisaku Ikeda: Líder budista.
Joan Manuel Serrat: Cantante y compositor catalán.
Anthony Quinn: Actor.
Sophia Loren: Actriz italiana.
Umberto Eco: Semiólogo italiano.
Paul McCartney: Músico inglés.
David Lee: Premio Nobel de Física 1996, estadounidense.
Lech Walesa: Ex presidente de Polonia y fundador del Partido Solidaridad.
Julián Marías: Filósofo español.
Cuauthemoc Cárdenas: Jefe de gobierno México D. F.
Dalai Lama: Líder religioso budista.
Plácido Domingo: Tenor español.
Leopold Sedar Senghor: Ex presidente de Senegal.
Chaim Herzog: Presidente del Estado de Israel.
Silvio Rodríguez: Músico y cantante cubano.
Jordi Pujol: Presidente de Cataluña (España).
Lamberto Dini: Ministro de Relaciones Exteriores de Italia.
Jean Chrétien: Primer ministro de Canadá.
José Antonio Ardanza Garro: Presidente del País Vasco (España).
Roberto Curl: Premio Nobel de Química 1996, estadounidense.
Mario Benedetti: Escritor uruguayo.
Mario Vargas Llosa: Escritor peruano.
Chavela Vargas: Cantante mexicana.

Jorge Luis Borges fue un habitual caminante de la ciudad.
1
HISTORIA

“Buenos Aires es la creación sobre la nada absoluta. No tuvo antecedentes americanos como México o Cuzco, que se levantaron sobre cimientos de viejas civilizaciones autóctonas. Nada había en el suelo ni en el subsuelo. Buenos Aires surgió de la nada absoluta y creció como un prodigio brotado en la soledad, sin tesoros y sin fantasmas. Funda su propia historia sin prehistoria, sin leyendas. No hereda una cultura indígena y tampoco un idioma. (...) Un trasplante europeo en la teluricidad americana. Síntesis y recreación de la cultura europea, y proyección de la civilización de Occidente. Nacida en soledad de tierra y agua, un milagro sobre la nada.”
JOAQUÍN NEYRA
periodista argentino
Buenos Aires tuvo dos fundaciones. La primera, en 1536, por el adelantado don Pedro de Mendoza, a quien el rey Carlos I de España, emperador de Alemania y último príncipe de la línea masculina de los Habsburgo (1500-1580, reinó entre 1516 y 1556. Fue hijo del archiduque Felipe y de doña Juana la Loca), envió para dominar y poblar estas tierras. La segunda, en 1580, por don Juan de Garay, un hidalgo de España, también a las órdenes reales.
La primera ciudad, de apenas una manzana de extensión, fue sitiada por el hambre y en 1541 destruida por los indios del lugar.
Los primitivos habitantes de la zona que hoy es Buenos Aires, antes de la llegada de los españoles a dicha comarca, fueron tribus de indios llaneros, probablemente taluhet, grupos de guaraníes de las islas y otros grupos menores y nómadas de querandíes.
A decir del historiador Héctor Cordero, “los guaraníes, de carácter apacible, fueron los más explotados. De ellos, de sus mujeres, nacieron criollos, mestizos, gauchos, que tendrían en su ser las virtudes y defectos del español y portugués y de los naturales de la tierra”.
Recién el 8 de mayo de 1776 —es decir 196 años después de la fundación definitiva— el rey Carlos III designa al primer virrey: don Pedro de Cevallos. Con ello Buenos Aires pasó a ser la capital del Virreinato del Río de la Plata.
Esta situación se mantuvo hasta el 25 de mayo de 1810 cuando, tras los sucesos que se venían gestando en esos días, el virrey es desplazado de su cargo por el grupo de hombres que había dado forma al movimiento de emancipación de la Corona, constituyéndose así la Primera Junta de Gobierno Nacional. Estos hechos revolucionarios en el Río de la Plata, que luego se extenderían hacia otros territorios, encuentran su culminación en la Declaración de la Independencia Argentina el 9 de julio de 1816, en Congreso General reunido para ese fin en la ciudad de San Miguel de Tucumán (provincia de Tucumán).
Unos años antes —en 1806 y 1807— la ciudad había sufrido dos invasiones de la flota inglesa, que buscaba conquistar estos territorios. En ambas ocasiones el pueblo de Buenos Aires repelió la agresión, derrotando definitivamente a los ingleses que capitularon en la actual zona de Retiro (en las inmediaciones de la actual Avenida Leandro N. Alem y San Martín). Las banderas y los estandartes de la capitulación se exhiben al público en la iglesia de Santo Domingo, en la actual Avenida Belgrano esquina Defensa.
El 3 de abril de 1856 se crea la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo primer censo arroja una población de 70.000 habitantes. Y el 21 de setiembre de 1880, el presidente de la República, Dr. Nicolás Avellaneda, promulga la ley que convierte a Buenos Aires en capital de la República Argentina.
Durante los años siguientes la ciudad sufre el ingreso masivo de inmigrantes, calculándose que arribaron al país 500.000 personas entre 1880 y 1886, y comienzan así las importantes transformaciones urbanas trazadas por el primer intendente municipal, Dr. Torcuato de Alvear.
Para la Segunda Guerra Mundial —1939-1945— Buenos Aires recibe la inmigración del interior del país, duplicando su cantidad de habitantes.
A partir de 1996 la ciudad vivió una transformación histórica. Hasta ese entonces el intendente era elegido por el presidente de la República, pero desde el 6 de agosto de 1996 la situación jurídica de la Capital Federal cambió. El cargo de intendente fue desplazado por el de jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como lo marca la Constitución establecida por los constituyentes elegidos por voto popular, en las primeras elecciones realizadas en esta ciudad. Dentro de ese nuevo marco resultó elegido como primer jefe de Gobierno el Dr. Fernando de la Rúa.
Origen del nombre de Buenos Aires
La expedición de Pedro de Mendoza, el primer fundador, estaba integrada —entre otros— por dos sacerdotes mercedarios en cuyo convento de la ciudad de Sevilla (España) se veneraba a la Virgine di Bonaria (La Virgen del Buen Aire), culto originario de la ciudad de Cagliari, Italia.
Se cuenta que uno de estos sacerdotes, fray Justo de Zalazar, tuvo gran ascendiente espiritual sobre Mendoza, y ésa sería la razón por la cual la ciudad recibió el nombre de la virgen.
Origen del nombre “Argentina”
El nombre Argentina deriva del latín argentum (plata). Quien por primera vez utiliza esta palabra para referirse a estas tierras es el poeta Martín del Barco Centenera en su obra La Argentina y conquista del Río de la Plata con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y Estados del Brasil.
A partir de la leyenda que refiere a los primeros colonizadores la existencia de fabulosos tesoros de platería (argentum), comenzaron estas tierras a recibir tal calificativo, que terminó por convertirse en sustantivo y dar su nombre al país.
Martín del Barco Centenera (1535-1602) nació en Extremadura (España). Participó activamente en la colonización de los territorios de América del Sur.
HISTORIAS REALES EN BUENOS AIRES
¿Estuvo Carlos de Austria en Buenos Aires?
En 1605 llegó a la ciudad un tal Bernardo Sánchez, quien se hacía llamar “el hermano pecador” y decía traer consigo la experiencia de haber participado de heroicas luchas como Cleves y Westfalia. Al año siguiente adquiere un gran solar en pleno centro y construye una lujosa mansión. Hace esporádicos viajes a España, donde mantiene contactos con el rey, y en 1609, de regreso a Europa, muere en alta mar y es enterrado en Lima con gran pompa. De este misterioso Sánchez se dice alternativamente que era un judío converso y contrabandista; que era Carlos de Austria, el hijo de Felipe II y María de Portugal, el hijo despreciado por el padre porque su esposa murió en el parto. Para algunos, el cuerpo de Carlos de Austria descansa en El Escorial; para otros, su tumba está en Lima y en vida permaneció muchos años en Buenos Aires. Una historia, por ahora, abierta.
¿Era don Francisco de Paula Sanz hijo natural de Carlos III?
Otro de los hombres importantes que vinieron a estas tierras fue don Francisco de Paula Sanz, director general de la Renta de Tabacos del Virreinato del Río de la Plata. Se dijo que era hijo natural de Carlos III con una princesa napolitana. Durante los sucesos de mayo de 1810 y los pronunciamientos criollos posteriores, se manifestó en favor de la causa española. Juan José Castelli, fogoso miembro de la Primera Junta de Gobierno, lo arrestó y ordenó su fusilamiento.
¿Era Miguel Hines hijo del Príncipe de Gales (Jorge IV)?
Miguel Hines era irlandés y fue criado hasta los 18 años por María Hines. En realidad era el hijo de quien se coronaría como Jorge IV. Se alistó en las fuerzas del general Beresford, que tenía como misión invadir Buenos Aires. Fue herido en la lucha por la reconquista de Buenos Aires y socorrido por una familia criolla: los Terrada. En Buenos Aires, durante su convalecencia se encontró con otro irlandés al que se asoció para hacer negocios, y que era nada menos que el almirante Guillermo Brown, padre de la fuerza naval argentina.
¿Era Pierre Benoit el legítimo Luis XVII?
En 1789, el hijo de Luis XVI y María Antonieta pasó a ser el heredero del trono de Francia al morir su hermano. Pero en 1792 fue encerrado en prisión por los revolucionarios franceses. Al año siguiente se proclama rey su tío, el conde Provenza, con el nombre de Luis XVIII, ya que se afirmaba que el delfín había fallecido en la cárcel. Un primo de éste reclamó que se probara su muerte. Tal misión se confió al ministro Decaze. Así se supo de la existencia de un documento que revelaba que el delfín no había sido encarcelado, sino que mediante una maniobra el general Barrás lo había raptado llevándolo a Buenos Aires. Se dijo por aquel entonces —1840— que Luis XVII no era otro que Pierre Benoit, caballero francés de arraigo en la sociedad porteña. Un descendiente suyo, el doctor Federico Zapiola Benoit, escribió una obra donde sostiene tal tesis basándose no sólo en la tradición familiar oral, sino en algunos indicios tales como la caligrafía de Benoit, muy similar a la del delfín niño, y en una trenza de cabello rubio —el color de María Antonieta— que ella sólo les entregaba a sus íntimos. Pierre Benoit murió en 1852 en Buenos Aires, en circunstancias muy curiosas.
FRESCURA Y FANTASÍA
Tales cualidades poseen los textos de Ulrico Schmidl, editados en Alemania en 1567 y publicados con el título Derrotero y viaje a España y a las Indias. El manuscrito original se halla en la Biblioteca Real de Stuttgart y fue traducido al latín en 1597 así como al inglés, francés y holandés. Para la edición castellana debieron pasar 134 años. La versión, aunque reducida, no pierde su atractivo. Ulrico Schmidl, notablemente, creó un sistema fonético para expresar en alemán voces y nombres castellanos e indios. El título en nuestro idioma es Viaje al Río de la Plata. Lo escribió bajo el seudónimo de Johannes Mondschein Utz. El viajero y escritor descendía de una distinguida familia de Straubing, aunque no se conocen datos sobre su fecha de nacimiento ni el porqué de su participación en la expedición de don Pedro de Mendoza.

El arquitecto Vicente Nadal Mora documentó la arquitectura tradicional de Buenos Aires.
HAY UNA HISTORIA VIVA DE LA CIUDAD
Es sutil. Pocos nos acordamos de Garay o Mendoza. Pero tanto el monumento a Mendoza en Parque Lezama, casi frente a la Catedral Ortodoxa Rusa, como el de Juan de Garay, realizado por un escultor alemán, a metros de la Casa Rosada y junto a un retoño del Árbol de Guernica, le dan un sentido vivo a la historia. Un periodista español que vivió en la Argentina, Braulio Díaz Sal, publicó en 1975, en Madrid, una Guía de los españoles en la Argentina. Es interesante destacar su óptica ya que dedica fotos y textos para enfatizar las calles que honran a los precursores españoles y llega incluso a mencionar su longitud. Así figuran —entre otras— la calle Isabel la Católica (2.400 metros) y la Avenida Juan de Garay (4.400 metros).
* * *
También es notable el cuadro que se encuentra en el Salón Blanco del Gobierno de Buenos Aires —Bolívar 1— realizado por José Moreno Carbonero, un español nacido en Málaga (1860). Fue donado por el rey Alfonso XIII en 1910 con motivo de los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo.
Moreno Carbonero fue autor de otro cuadro, La conversión del duque de Gandía, pintado en 1884 y que se exhibe en el Museo de Arte Moderno de Madrid, obra que recibió premios en Munich (Alemania) y Viena (Austria) y cuyo boceto perteneció al papa León XIII.
Fue también el pintor de la Casa de los Borbones: Alfonso XII, María Cristina, Victoria Eugenia y, en tres ocasiones, Alfonso XIII. Este último, dada la admiración que sentía por Juan de Garay, hace colgar frente a su cama el boceto de su rostro con su reluciente yelmo. Así puede verse en el Palacio de Oriente, en los apartamentos reales que correspondieron al dormitorio del monarca.
Apremiado por el tiempo, cometió algunos errores que le fueron criticados, entre otros, por el historiador argentino Martiniano Leguizamón (1858-1935). Éste objetó que el paisaje no correspondía al Río de la Plata, que el único nativo presente llevaba las boleadoras de modo inusual, que Garay parecía mucho más viejo, y que un sauce que aparecía en el cuadro estaba demasiado verde para el pleno mes de junio en que la fundación tuvo lugar. Lejos de ofenderse, Carbonero envió una segunda “Fundación” acompañada por un manuscrito donde se apuntaban todas las correcciones. Con la primera de las obras, el pintor había enviado al intendente Güiraldes una carta en la que agradecía al municipio que “me hizo el honor de encargar el cuadro que representa la fundación de la ciudad por Juan de Garay, como recuerdo y homenaje a aquel puñado de hombres que nunca soñaron que a los tres siglos y medio iba a resultar una de las más espléndidas del mundo”.
EL SANTO PATRONO
Una de las reuniones iniciales del Cabildo fue destinada a la elección del patrono de la ciudad. Para esto, se extrajo a la suerte de un sombrero un nombre de entre varios santos. Cuenta la tradición que el agraciado fue San Martín de Tours (obispo de esa ciudad de La Turena, nacido en Pannonia, actual Hungría, y cuya vida se desarrolló en Francia). Al no tratarse de un santo español, fue resistido por los ediles, por lo que se volvió a extraer un nombre al azar por segunda y por tercera vez, saliendo siempre San Martín de Tours favorecido. El santo, cuya fiesta se celebra el día 11 de noviembre, es venerado con un altar en la Catedral Metropolitana y con la iglesia San Martín de Tours, ubicada en la calle del mismo nombre. Existe en Buenos Aires la Orden de San Martín de Tours, conformada por un grupo de ciudadanos que entregan una distinción: el diploma Águila de Honor.
En noviembre de cada año se celebra la semana de Buenos Aires, que culmina en el día de su Santo Patrono. Idéntico festejo se renueva año a año, pero con distintos aspectos, en Suecia. Según una publicación del Instituto Sueco: “Es tradición comer el Día de San Martín (‘Mårten Gås’) una sopa especial llamada ‘svartsoppa’ o ‘sopa negra’, preparada a base de trozos de ganso asado y de su sangre y menudos. Como quizá se sabrá, el Día de San Martín se celebra el 11 de noviembre, pero la fiesta gastronómica tiene lugar tradicionalmente en su víspera. Comer ganso el Día de San Martín era una costumbre muy bien guardada y conservada desde hacía varios siglos por la alta burguesía sueca, pero, debido a que los agricultores de Escania (sur de Suecia) solían celebrar sus asambleas en esta fecha, en la actualidad se considera esta costumbre como típicamente escanesa. De todas maneras, es indudable que, al menos durante el transcurso de los últimos 150 años, la costumbre de comer ganso en este día ha sido más común en esta región que en ninguna de las demás. Y hasta ha ocurrido que las escuelas han dado fiesta a sus alumnos para que puedan celebrar mejor el Día de San Martín.
”La mayoría de los suecos que saborean su ganso con tranquilidad y deleite desconocen la relación que, según ciertas leyendas, existe entre San Martín, obispo de Tours, en Francia, en el siglo IV, y los gansos en cuestión. El hecho es que San Martín es considerado como el patrono del arte culinario y quizá de aquí —aunque no lo afirmemos con certeza— brotó esta tradición sueca.”
Patrona de Buenos Aires, junto a San Martín de Tours, es Nuestra Señora de las Nieves. Su festividad, menos popular que la anterior, se realiza el 5 de agosto de cada año. Son patrones secundarios de la ciudad San Sabino y San Bonifacio. Patrona menor es Santa Clara de Asís.
BUENOS AIRES CAPITAL
A los 107 años de que la ciudad de Buenos Aires fuese declarada Capital Federal de la República Argentina —1987— el Congreso de la Nación aprobaba un proyecto, impulsado por el entonces presidente Raúl Alfonsín, por el que la Capital debía trasladarse a la ciudad de Viedma, provincia de Río Negro, al sur del país. La vertiginosidad política que tomó la historia argentina terminó con el proyecto. Pasados ya algunos años desde que la ley fue sancionada, el tema parece haber sido sepultado por el tiempo.
JOSÉ DE SAN MARTÍN (1778-1850)
General y patriota argentino. Nació en Yapeyú, hoy provincia de Corrientes. Adquirió en España su formación militar. Fue el Libertador de Argentina, Chile y Perú. Su proeza militar del cruce de la cordillera de los Andes con su ejército lo inscribe, junto a Aníbal, Alejandro y Napoleón, en las páginas de la historia universal.
Falleció en Boulogne-sur-Mer (Francia). Sus restos fueron repatriados el 28 de mayo de 1880.
JUAN MANUEL DE ROSAS (1793-1877)
Perteneciente a una familia de estancieros. De joven se destacó por su relación con los gauchos de la campaña bonaerense. En 1829 accedió al gobierno de Buenos Aires y más tarde al de la Confederación Argentina, que ejerció durante dos décadas. Líder del Partido Federal, Rosas gobernó en uno de los momentos más conflictivos de la historia argentina, y su figura despertó polémicas aún hoy vigentes. Fue derrotado y desplazado de su cargo por Justo José de Urquiza en 1852, luego de la batalla de Caseros. Rosas murió en Inglaterra durante su exilio. Sus restos fueron repatriados en setiembre de 1989.
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Laiño, Félix M. De Yrigoyen a Alfonsín. Buenos Aires, Ed. Plus Ultra, 1985.
Diarios: Clarín, La Opinión, La Razón: años varios.
Revistas: Autoclub: junio de 1980; Clarín: 29 de abril de 1962; What’s on in Buenos Aires: 1978; Todo es Historia: setiembre de 1974 y noviembre de 1970; Siete Días: 15 de mayo de 1975; Noticias de Buenos Aires, Nº 12 (MCBA): 1º de marzo de 1985; Lyra: diciembre de 1968; Suplemento La Opinión Cultural: 29 de enero de 1978.

La Virgen de los Buenos Aires, que da nombre a la ciudad, se destaca en la Catedral.
2
CADA CUAL
ATIENDE SU JUEGO

ARQUITECTURA
“Lo que Buenos Aires ofrece —y a nadie tratamos de convencer de lo contrario— no es ‘lo mejor del mundo’. Es, simplemente, lo que tenemos.”
LEÓN TENENBAUM
periodista y escritor argentino
Hacia 1900 Buenos Aires era una de las doce capitales del mundo con mejor arquitectura. También era la tercera ciudad —en cuanto a crecimiento— detrás de Hamburgo, Alemania, y Chicago, en Estados Unidos.
Si bien no hubo una norma sistemática, los arquitectos ni visitaban Buenos Aires. Sólo enviaban sus proyectos que se originaban en los deseos de sus propietarios argentinos.
El concepto de esa arquitectura era simbolizar prestigio y grandeza para el país.
Palacios particulares o públicos competían en grandeza y calidad, ya se tratara del Palacio Paz —hoy Círculo Militar— o del Correo Central, ideado por el mismo arquitecto francés que construyó el de Nueva York.
Algunos fueron copias de palacios europeos pero superados. Según expertos, estos edificios de Buenos Aires tienen características especiales, transgreden normas que en Europa eran más rígidas y también más austeras. Están más enjoyados que sus similares europeos y también tienen el deseo de los arquitectos de hacer cosas distintas de las que ellos mismos hacían en Europa. La utopía americana se proyectó desde Europa en dos puertos de América, que fueron escenarios centrales de ese momento histórico: Nueva York y Buenos Aires.
La Avenida de Mayo, las diagonales Norte y Sur y muchos de los monumentos que hoy tiene la ciudad se integran en este pasado cultural que aún perdura.
La arquitectura del 1900 es de un gran valor patrimonial. Lo construido entre 1880 y 1930 transformó a Buenos Aires y la dotó de una suerte de gigantesca y única reserva arquitectónica que tuvo la osadía de ser una avanzada en su momento de creación y un caso único a nivel mundial de reproducción o creación de estilos que, provenientes de Europa toda, se hicieron en esta parte de América. Estos edificios son documentos que se constituyen en un recurso cultural, excepcional, único, cuyos valores acreditan su integración en la Lista de Patrimonio Mundial. Hablamos así de más de doscientos edificios, monumentos escultóricos y áreas de interés público.
Años después el art nouveau y luego el descubrimiento de la tumba de Tutankamón, allá por los años ’20, dio lugar al art déco. Los rectángulos y las pirámides, los marcos dobles o triples y los motivos incaicos, egipcios u orientales se hacen presentes especialmente en las zonas de Flores, Caballito y Balvanera.
Paralelamente, y con el objeto de imponer modos culturales argentinos, surgió un movimiento nacionalista. Sin lograr demasiado éxito, dejó sus huellas.

Toda la Avenida de Mayo es un reservorio arquitectónico único en su tipo.
La fusión de estilos y la simplificación compositiva llegaron en 1915 de la mano del primer rascacielos: la Galería Güemes. Para 1936, la ciudad poseía varios de ellos.
El ritmo de los años 40 y las migraciones internas modificaron el destino social de la arquitectura. En zonas como Saavedra, Chacabuco y Lugano, aparecieron los barrios obreros, las unidades económicas y los monobloques de aspecto idéntico y espacios verdes comunes. Se sumaron así a los barrios anteriores, como los Caferatta.
La década del 60 incorporó el “organicismo”. Este movimiento se propuso jugar con el cuerpo interno de las viviendas y mostrar sus materiales de construcción. Los ladrillos, las vigas, el cemento y los pilotes quedan a la vista. Agregó además el “funcionalismo” en un intento de dejar al descubierto la estructura edilicia y de comunicar el espacio exterior con el interior. El acero, el cristal, el espejo y el hormigón tuvieron su auge, por entonces, en las construcciones bancarias y en las hoteleras.
La historia continúa.
CASAS CHORIZO Y CONVENTILLOS
La inmigración masiva y el refinamiento de los gustos burgueses dieron lugar a dos nuevas formas de vida: la casa chorizo y el conventillo. La primera estaba compuesta por tres patios. A diferencia de las romanas, las habitaciones se hallaban en hilera a un costado de ellos, mientras que el comedor atravesaba y encerraba el delantero. Poseían escaleras a la vista, balaustres, marcos y frontis triangulares o curvos, rejas de hierro adornadas y motivos florales.
Variante pobre de la casa chorizo, la llamada casa adventiza trata de imitarla sin poder completarla. Sin sala ni zaguán, poseía unas piezas, un baño y un jardín con sendero de entrada. El resto se iba agregando cuando los recursos sobraban.
El conventillo sirvió de alojamiento a quienes venían a “hacer la América”. En él se relacionaban (y hacinaban) polacos, españoles, cristianos, judíos, costumbres de diversas comunidades y algo de xenofobia. Convivían entre música y peleas en lugares precarios y sin comodidades o en las residencias de los barrios de San Telmo y Barracas abandonadas por sus dueños en 1871, al desatarse una epidemia de fiebre amarilla.

Lo moderno se contrapone con lo antiguo en este tramo de la Avenida de Mayo.
VIVIENDA
“Por el laberinto de tus corredores marca la intriga su kilometraje; y en el cuarto vacío del subsuelo se cambia la sábana el fantasma que se bebe las botellas de leche, afloja las lamparillas eléctricas y viola la correspondencia en portería.”
JOAQUÍN GÓMEZ BAS
(1907-1984, poeta, novelista y pintor español
radicado en Buenos Aires)
Los edificios de planta única y tejas que reconocían ascendencia española comienzan a ser sustituidos por otros estilos europeos. En 1887 aparecen las primeras casas de tres pisos.
En años sucesivos, creciendo hacia arriba, hubo edificios, ubicados en el casco céntrico, que alcanzaron los siete pisos. En la primera década del siglo XX comenzó una etapa de construcción de casas baratas. Contribuyó la entonces Municipalidad de Buenos Aires, y otros fondos provinieron de impuestos a las carreras de caballos y de aportes de la Comisión Nacional de Casas Económicas. El auge de la construcción se tendió a los edificios públicos, y de la misma época datan la Escuela de Medicina, el Palacio de Justicia, el Instituto de Agronomía y Veterinaria, el Congreso Nacional, el Ministerio de Obras Públicas y la Escuela Industrial de la Nación, entre otros.
En nuestros días, disimulados en un registro de hotel, los inquilinatos precarios de la ciudad albergan, no siempre transitoriamente, a cerca de 200.000 personas que no pueden acceder a una vivienda propia ni a un contrato de locación.
Las nuevas estrategias de supervivencia ante la pauperización se completan con las “casas tomadas”, que mantienen un permanente riesgo de desalojo.
Lo que en España se denomina “chabola” en la Argentina es villa de emergencia. Hechas de material, cartón, latas, nacen como asentamiento “provisorio” de población trabajadora y oriunda del interior y de países limítrofes. No siempre son marginales sino marginados. Ocupan un total de 280,5 ha y una población de alrededor de 150.000 personas (1999).
Desde su desafortunado nacimiento en Buenos Aires en los años 30 hasta la actualidad se vivieron distintas situaciones con relación al tema de las villas, desde procurar incorporarlas a la ciudad hasta intentar eliminarlas de forma definitiva.
El concepto de integración y la apertura de calles en su interior son parte de diversos trabajos que encara desde 1997 el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a través de distintas áreas de trabajo.
PORTEROS Y PORTERÍAS
En los edificios, un protagonista de importancia singular es el “portero”, personaje que prefiere que se lo llame “encargado”, y que en la mayor parte de los casos reina sobre los empleadores, es decir, los propios dueños del edificio. Los propietarios a su vez saludan y entregan propinas, sabedores de que el portero o su versión femenina son los amos de las reputaciones y del pequeño mundo que se moviliza en torno del edificio, incluyendo a quienes destapan cañerías, tienden cables o reparan los revoques en los espacios comunes de la construcción. En los barrios de clase alta, es frecuente que quienes ejercen las porterías terminen logrando una posición económica desahogada, ya que tienen techo y servicios gratuitos y todos sus ingresos, tanto los legales como los “negros”, suelen ser íntegramente acumulados.
Los porteros están agrupados en el Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal —SUTERH—. La más reciente conquista gremial fue la inauguración de un centro cultural y deportivo. Para esto, fue adquirida la antigua usina y taller del matutino La Prensa, en Venezuela 330. El edificio fue reciclado, aunque respetando el estilo francés que databa de su edificación en 1914.
REUNIONES DE CONSORCIO
Son un reflejo de lo que pasa en la política argentina. Ésa es la opinión de sociólogos y psicólogos sobre la falta de participación de los copropietarios en el gobierno de su propiedad.
Abusos, injusticias, desaires, ciertas actitudes forman parte de la vida cotidiana de los porteños afortunados que pudieron adquirir una propiedad.
La Ley de Propiedad Horizontal Nº 13.512 regula la vida de los departamentos, y el reglamento de copropiedad tiene el valor de la Constitución Nacional para la vida, derechos y obligaciones de los copropietarios.
La convivencia, los intereses cruzados, generan difíciles situaciones que se complican por la escasa participación de los mismos propietarios. Son pocos los que asisten a las reuniones de consorcio que, por otra parte, desencadenan tensiones propias de una cumbre de Naciones Unidas. Hubo una revista dedicada al tema en la que colaboraban psicólogos especializados. También hay programas de radio dedicados al tema. En una época un programa de televisión se ocupaba de la temática de los consorcios.
USOS Y COSTUMBRES:
LOS OBSESIVOS CERRAMIENTOS
Una suerte de inconsciente colectivo —todo para adentro— hace pensar en un poeta porteño: Baldomero Fernández Moreno, que dedicó una inspirada creación a un edificio que tenía “setenta balcones y ninguna flor”. Se preguntaba el poeta si sus habitantes odiaban la alegría y el color.
Los balcones “secos” son cada vez más numerosos, no sólo faltan plantas, también falta el sol, por un hábito relativamente reciente de cerrar e incluso techar los balcones. Es difícil comprender que quienes eligen como hábitat un departamento clausuren su único contacto con el exterior y con la posibilidad de tener vida verde en sus balcones. Techados con aluminio y defendidos por acrílicos en el frente, estos miradores gradualmente se convierten en otro pequeño ambiente del departamento. La obsesión: ganar espacio.
YO DECIDO A QUIÉN VENDO
Un subterfugio de los intermediarios en la compra-venta o alquiler de viviendas es la publicación de avisos de demanda enmascarada; ya casi toda la población advirtió este recurso comercialmente válido, dado que todos le escapan a la intermediación, pero que éticamente es bastardo. Recuadritos en los diarios que expresan: “Diplomático urgente compra”, “Empresa japonesa necesita para sus técnicos departamentos”, “Petrolera en EE.UU. adquiere para su personal”, “Familia recién llegada de La Rioja compra” o “Señora que recién vendió su casa necesita otra con urgencia”, suelen ser las apelaciones con que tratan de captar su mercadería los rematadores o martilleros.
LOS BARRIOS CAFERATTA
En diversas zonas de la ciudad se han emplazado barrios de casitas económicas, destinados a empleados y obreros de modestos recursos. En Liniers, Villa del Parque, Flores Sur, Caballito, Floresta, Parque Chacabuco y tantos otros sitios, se han edificado bloques de casas de agradable apariencia.
Dentro del folclore de Buenos Aires se los conoce, por extensión, como “barrios Caferatta”, en homenaje al diputado Juan F. Caferatta, que propició la creación del barrio ubicado entre las calles Asamblea, José María Moreno, Estrada y Riglos, en el actual barrio de Parque Chacabuco.
El barrio original comprendía 160 casas de tres y cuatro habitaciones, baño, cocina, patio, terraza y jardín. Fue concluido en 1921. Fue inmortalizado en la letra del tango Ventanita de arrabal de Pascual Contursi, la cual pertenece al sainete Caferatta (1927), estrenado en el Teatro Cómico (hoy Lola Membrives) en la Avenida Corrientes 1280.
Además, la denominación “Caferatta” puede ser confundida con la acepción lunfarda que nada tiene que ver con el ilustre precursor del barrio.
El estudioso José Gobello, en su Diccionario del lunfardo, remite el término “caferatta” a la palabra “canfinflero”, según el autor: “Rufián que sólo explota a una mujer” (“El canfinflero es peligroso si bien no tanto como el caften”. Gálvez, La trata de blancas, Buenos Aires, 1905, pág. 44). Procede del ya perdido cafifero y éste de la expresión tirar el cafife, que parece corresponder al tirar il calesse: hacer el rufián. Circulan las variantes canfinfle, canfle, canfli y otras. Por interferencia del véneto fiolo y la forma vésrica fioca. Por juego paronomástico con el genovés stocchefisce: pez palo, produjo cafisho: rufián. Por alusión al acicalamiento de los proxenetas, cafiolo y cafisho asumieron valor de adjetivo con el significado elegante”. Cafishear: explotar a una mujer; medrar con el trabajo ajeno. Tirar la cafisha: cobrar el barato en una casa de juego. Por juego paronomástico con el apellido Caferatta dio caferata: rufián.
Es a este sentido —de rufián— que se refiere otro tango de Pascual Contursi: “Caferata”, grabado por Carlos Gardel en 1926.
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ARROYOS
En el río de la Plata, frente a la calle Humberto Primero, quizás un poco más al norte, existía la boca del Riachuelo, que se alargaba por correr entre la costa de tosca existente frente a esa parte de la meseta fundacional y una isla, De Marchi, que en realidad era un banco de barro cubierto de juncales y sauzales, y se prolongaba formando el delta del Riachuelo, existiendo otras islas en su cauce que se cubrían totalmente durante las crecientes.
El Riachuelo-Matanza recibió diferentes nombres: río Pequeño, río de Buenos Aires, río de la Trinidad y riachuelo de los Navíos. En el conocido mapa Latzina aparece por error como “río Achuelo”.
Nace en la zona de Cañuelas (provincia de Buenos Aires) de numerosos riachos y arroyos que desaguan en él; su curso, meandroso, ha sido casi totalmente rectificado en los últimos cien años. Una de las primeras rectificaciones fue el dragado del lóbulo que formaba el meandro de la Vuelta de Rocha (barrio de La Boca) que originó el actual fondeadero.
El Río Matanza-Riachuelo tiene una cuenca de 2.240 km2, con una forma irregular, más bien alargada, y un ancho de 40 km y un largo de 79 km. Su régimen es regular, alimentado por las precipitaciones pluviales que, de acuerdo con su intensidad, provocan serias inundaciones. Se consideran también el aporte de las aguas subterráneas, los desagües industriales y las originadas del uso de aguas corrientes.
Este sistema hídrico tiene sus nacientes formadas por los arroyos Cañuelas, Morales y Rodríguez. La estación de aforo Autopista arroja un caudal para este río de 5,3 m3 por segundo a la vez que controla el escurrimiento originando el 85% de la cuenca; aguas abajo de esta estación el caudal se incrementa con el aporte del 15% restante, el cual es mayor considerando el número de industrias que vuelcan sus líquidos al río. Dada la escasa pendiente de la cuenca, el drenaje es insuficiente e incompleto, por lo que se forman numerosos bañados y zonas anegadas dentro del valle de inundación.
El Riachuelo es considerado en la actualidad una gran cloaca a cielo abierto dado el estado de contaminación de sus aguas.
La Avenida Juan B. Justo, bajo la cual corre entubado el arroyo Maldonado, obra realizada entre 1929 y 1930, cruza los barrios de Liniers, Villa Luro, Vélez Sarsfield, bordea el de Santa Rita y partes de Villa General Mitre, Villa Crespo y Palermo hasta la Avenida Santa Fe. Luego prosigue a través de la Avenida Bullrich bordeando los terraplenes del Ferrocarril General San Martín para desembocar, tras pasar el Aeroparque Jorge Newbery, en el río de la Plata.
La Línea B del subterráneo que une las estaciones Leandro N. Alem con Federico Lacroze (Chacarita) cruza por debajo del arroyo Maldonado, entre las estaciones Dorrego y Malabia. El Maldonado llega al río de la Plata en tubos de 3,85 por 5,70 metros de alto y por cada uno de ellos podría correr un tren. Muchas veces, a causa de las fuertes lluvias, el arroyo se desborda provocando inundaciones.
El arroyo Cildáñez, hoy rectificado, atraviesa el barrio de Mataderos. Por eso se lo llamó el “arroyo de la sangre”. Está entubado a lo largo de cuatro kilómetros. Permanece abierto en los últimos 800 metros. Recoge aguas pluviales y servidas provenientes de más de dos mil establecimientos industriales porteños. Recientemente se rehabilitó el lago Soldati, desagüe regulador del Cildáñez.
Los terrenos que recorre el arroyo son de relleno. La zona es, en general, baja con declive hacia el Riachuelo. El problema son las inundaciones, en ello reside la importancia del lago regulador.
Si se supone que el lago Soldati llega a contener (y no inundar) 320.000 m3 de agua, el alivio de esas barriadas es evidente.
El arroyo Medrano corre entubado, atravesando los barrios de Saavedra y Núñez, y desemboca en el río de la Plata, en el sector costero ubicado entre la Ciudad Universitaria y el campo deportivo del Club Universitario de Buenos Aires. En 1990 se inició su dragado y saneamiento, con el objeto de mejorar la capacidad hídrica del acueducto. El desborde del Medrano causado por las lluvias afecta más de 280 hectáreas de la zona norte de Buenos Aires.
La “Meseta” era surcada por tres arroyos o zanjones a los que se llamó Primero, Segundo y Tercero, y por este último, el mayor de todos, se dio a los otros dos la denominación de Tercero. El Primero, llamado Tercero del Sud, empezaba en lo que conocemos ahora como la Plaza Constitución y en ligera curva casi diagonal, desembocaba en el río de la Plata por el Zanjón de Granados, o del Hospital o de Viera, que seguía el trazado de las primeras cuadras de la ahora transitada calle Chile, allí existía otro brazo de desagüe por la cortada San Lorenzo y todavía hoy se observa el antiguo cauce del Zanjón de Granados al atravesar la calle Chile por las transversales Perú y Bolívar.
El Segundo, llamado Tercero del Medio, se formaba en los alrededores de Plaza Congreso y después de varios zigzags enfilaba por lo que ahora conocemos como calle Viamonte (esquina Suipacha) exactamente el lugar donde hoy se levanta el Monumento al Coronel Dorrego, desembocando finalmente en el río de la Plata, siguiendo el trazado de la cortada Tres Sargentos.

Es habitual escuchar que Buenos Aires vive de espaldas al río de la Plata.
El arroyo Tercero, el Manso, nacía en una laguna que estaba aproximadamente en las calles Venezuela y Saavedra y de otras lagunas situadas más hacia el oeste, unidas todas por un extenso bañado. Este arroyo, después de dar varias vueltas, corría por la actual calle Saavedra y su continuación, la calle Paso; puede aún detectarse netamente su antiguo cauce al cruzar Saavedra por Avenida Belgrano; el Manso desagua en el río de la Plata, a la altura de la calle Austria.
Muchos otros arroyitos y cañadas existían en el territorio de la ciudad de Buenos Aires. Se distingue en la calle Centenera, el cauce de un antiguo arroyo que desembocaba en el Riachuelo, lo mismo que una cañada en la actual calle Río de Janeiro.
LA MALDONADO
En la obra La Argentina, de Ruy Díaz de Guzmán, se narra la historia de una mujer llamada “Maldonado” que acompañó a don Pedro de Mendoza. “La Maldonado” no resistió el asedio indígena, abandonando el caserío de aquel primer asentamiento. En plena llanura ayudó a una puma en el nacimiento de sus cachorros, luego fue tomada prisionera por los indios; un español intentó rescatarla poco tiempo después, pero “la Maldonado” prefirió vivir entre los indios. Quedando la mujer junto a la orilla de un arroyo, la puma que ella había ayudado la supo defender de los peligros que la acechaban. Cuando los soldados volvieron por ella, la encontraron exhausta pero viva y rodeada de la puma y su cría. Desde entonces, hace más de cuatro siglos que el arroyo se conoce con el nombre de Maldonado. Tal el punto donde historia y leyenda se encuentran en uno de los más antiguos relatos de los cronistas del Río de la Plata.
BARRIOS
Barrio es una palabra de origen árabe (proviene de barri, que significa “afueras de la ciudad”), lo que explica de alguna manera que en todas las ciudades del mundo se distinga el “centro” (la city, el down town) y los barrios propiamente dichos que conforman todo el ejido urbano.
Buenos Aires, por supuesto, no escapa a estas características. Tiene un casco céntrico que coincide con el casco histórico de la ciudad y no con el centro geográfico de ésta. El llamado “Centro” de Buenos Aires es la zona donde, en un perímetro de veinte cuadras por lado, se ubican los edificios públicos (Casa de Gobierno, ministerios), las oficinas de las grandes empresas comerciales y financieras, los bancos y las instituciones de cultura (teatros, cines, complejos culturales, entre otros). En otra época se encontraban también los más tradicionales cafés de Buenos Aires donde el tango era parte del ritual porteño.
Si recorremos las letras de los tangos encontraremos la atracción que ejercía el Centro sobre los barrios, porque en los albores del siglo las barriadas coincidían mucho más con su significado etimológico que con la realidad urbana. Pero la ciudad fue creciendo, y el vértigo desplazó las viejas quintas solariegas de la periferia céntrica y comenzó a definir zonas características por la singularidad de sus tipos humanos, de su edificación, de sus actividades comerciales o industriales e incluso por sus formas expresivas.
Así nacieron los barrios de Buenos Aires, con timidez y humildad porque el magnetismo y el brillo de “las luces del Centro” opacaban el tesón, el trabajo y el esfuerzo de las barriadas humildes.
En síntesis, Buenos Aires es la suma de todas esas pequeñas geografías que son los barrios,