Con «No es un río», de 2020, Selva Almada completó su trilogía de varones, inaugurada con «El viento que arrasa» y seguida inmediatamente por «Ladrilleros». En este cierre magistral vuelven a brillar sus formas del decir y su extraordinaria sensibilidad para lograr que los personajes expresen en el hacer lo que habita en lo profundo de sus almas, en lo lejos de sus propias vidas: durante una salida a pescar de tres varones se revela la complejidad con que se trama la amistad y se devela, como el fluir de un río, la historia de los afectos y la crueldad con la que a veces está hecho el presente. Ahora, en abril de 2024, cuando el libro vuelve a estar en boga por su inclusión en la lista de 13 finalistas al Premio Booker Internacional (el libro fue publicado en origen en español por Random House y editado en inglés por Charco Press bajo el título «Not a River», el cual fue traducido por Annie McDermot), en LENGUA recuperamos un texto breve que publicamos en 2021 y en el que la propia Almada relata de dónde y cómo surgió la idea de narrar la historia de Enero, el Negro y Tilo, el hijo adolescente de Eusebio, el amigo muerto.