Con prisas confesas porque llegar tarde a la literatura le fuerza ahora a recuperar el tiempo perdido, Pierre Lemaitre vive inmerso en un febril (y feliz) proceso creativo del que en España acaba de publicarse el penúltimo episodio, «El ancho mundo» (Salamandra), novela histórica de motor folletinesco. Inundado a proyectos que no contemplan la vuelta a la ficción de crímenes, la aparición el año pasado de «La gran serpiente» -su primera novela policíaca- y de «Diccionario apasionado de la novela negra» llenan el vacío.