El jardín de tu corazón

Walter Dresel

Fragmento

PRÓLOGO

Tienes el libro en tus manos, bienvenido/a. Aunque no seas consciente de ello, has iniciado en este instante un encuentro con lo que ha sido tu vida, tus logros, tu presente y tu futuro. El pasado formará parte de este análisis pero solo para aprender de él.

El jardín de tu corazón está en tus manos y, cual si fuera un jardín verdadero, si lo adoptas como tu compañero de ruta es tu tarea de aquí en adelante cultivarlo, para que florezca a través del hallazgo positivo acerca de tus capacidades y potencialidades.

La vida es como un jardín; en él hay flores bellísimas y también hay malezas que hay que quitar para que nuestros ojos puedan enriquecerse con el espectáculo maravilloso que le brinda la naturaleza.

Los seres humanos, como tú o como yo, tenemos una doble responsabilidad en la existencia: por un lado hacemos el máximo esfuerzo por cumplir con nuestros sueños, a través de metas y objetivos creíbles y sustentables, y por otro lado damos rienda suelta a nuestros sentimientos y pensamientos acerca de que a la vida no solo vale la pena vivirla sino que tenemos que hacerlo del mejor modo posible. ¿Cómo lo logramos?

Si me acompañas en esta nueva aventura, caminaremos juntos, comprendiendo que el jardín de nuestro corazón está a nuestro alcance, si somos capaces de encontrar el punto exacto que cada uno necesita para alcanzar su bienestar.

Es cierto que no resulta sencillo hallar ese punto específico, pero de eso se trata la búsqueda constante a la que nos abocamos en el día a día, con el fin de sentirnos a gusto con lo que la vida nos ofrece.

La presentación está hecha. Solo me falta tu palabra y tu aprobación para iniciar este nuevo y apasionante viaje hacia lo más profundo de nuestro ser, con un único afán: convertirnos en mejores personas a través del diseño del jardín de nuestro corazón, que cada hombre y cada mujer deberemos cuidar como a nuestro tesoro más preciado.

Se trata de una fortuna, que guarda el secreto más fascinante que pueda existir. La vida es como un diamante que, trabajado suave y artesanalmente, puede convertirse en la joya más valiosa: un brillante con múltiples facetas. Así es tu vida, tiene variados aspectos. Depende de ti que estos estén orientados al cumplimiento de lo que piensas y sientes que debe ser tu futuro.

Construye ante todo un hermoso jardín y visítalo todos los días. Cuida de él como si fuera tu propio corazón, y tus sueños comenzarán a cobrar vida y color a medida que cultives tu persona, afirmando tus creencias y tus valores.

Si logré convencerte de que todo o casi todo es posible en la vida si uno se lo propone, te invito a compartir un rico café para ir al encuentro del punto de bienestar. Para algunas personas ese punto es fácil de hallar; pero otras deberán trabajar intensamente hasta lograr ubicarlo, y estimularlo en forma constante para no perder precisamente el equilibrio emocional y por ende el bienestar tras el cual han ido.

Gracias por aceptar este nuevo desafío. Degustemos el café y comencemos a trabajar ya.

INTRODUCCIÓN

Tu vida puede ser un territorio agreste donde tú gastes día tras día toda tu energía, o puede también ser el jardín de tu corazón, lugar mágico para desarrollar tus habilidades personales y darle forma a todo aquello que tus pensamientos y tus sentimientos generan, bajo la forma de emociones positivas.

En primera instancia, seguramente tendrás la inclinación a pensar que la existencia es realmente una lucha constante, donde los obstáculos se encadenan para que no sea factible cumplir con aquello que te propones.

Te asiste la razón, pero solo parcialmente. Es cierto que las dificultades se presentan en forma imprevista muchas veces, generando frustración y desazón para dilatar el cumplimiento de tus sueños. Aun así hay algo que no puedes ni debes perder y eso es la esperanza en que, a pesar de estos factores negativos, vivir dignamente es posible.

¿De qué depende que tú sientas tu vida de un modo u otro? Depende en buena medida de la actitud que asumas frente al cúmulo de conflictos que se van sumando y que por distintos motivos no puedes resolver. Cuando te sientes sin la capacidad para solucionar tus problemas, la visión que adquieres de la vida toma una tonalidad grisácea y por momentos muy oscura.

Lo que debe guiarte es la búsqueda de tu punto de bienestar. Ese punto es como el fiel de una balanza. Es el punto donde ambos platillos encuentran el equilibrio. Ese punto no lo puedes adquirir pagando y nadie te lo puede proporcionar. Debes trabajar con perseverancia para alcanzarlo y es diferente para cada ser humano.

Cultivar un espacio de encuentro contigo mismo te permitirá advertir la importancia de llegar a tu punto de bienestar. Te aproximará a este, dado que es en la mirada profunda a la realidad de tu vida donde encontrarás respuestas a lo que necesitas para lograr tu equilibrio emocional. Solo así podrás avanzar con paso firme en el quehacer cotidiano.

Al mismo tiempo, harás un alto en el camino para jerarquizar el valor de tu cavilación en este proceso de mejora continua, que es el diseñar y construir el jardín de tu corazón.

Encontrarte contigo mismo no solo implica confrontarte con los hechos más destacados de tu historia personal, sino que es un importante paso hacia el establecimiento de los cimientos sobre los cuales has de sembrar un espacio que será tu remanso y donde podrás estar al abrigo en tiempos tormentosos.

Asimismo, el modo en que tú te relacionas con tu entorno tiene capital importancia porque señala el grado de autonomía e independencia que tú ostentas, o simultáneamente, la jerarquía que tú le atribuyes a la opinión de los demás. En este proceso de abstracción que yo te sugiero, deberás descubrir si el jardín de tu corazón ha sido una utopía hasta el presente por tus dificultades personales o porque la influencia del entorno ha jugado un rol preponderante.

No es posible hacer oídos sordos a lo que piensa la mayoría. Sin duda, esas opiniones pesan y condicionan muchas veces tu actitud frente a la vida. Pero sin desechar de plano todas esas ideas, siempre deben ocupar un lugar de privilegio tus propios pensamientos y tus sentimientos.

Recuerda que cada ser humano tiene su jardín personal y en la construcción de los jardines de los demás tú no has sido consultado. No por egoísmo, no por altivez y no por sentirse superior, sino por la sencilla razón de que en cada jardín privado se cultivarán las flores más hermosas, que serán las que brindarán la paz que cada hombre y cada mujer necesita en este ajetreado mundo en el que vivimos.

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