Índice
Segunda parte. El último galgo
Tercera parte. Canal a ninguna parte
AGRADECIMIENTOS
El autor desea expresar su gratitud a los hombres y mujeres del Servicio de Inmigración y Naturalización, por su generosa aportación de datos y estadísticas sobre inmigración ilegal.
Gracias también al Cuerpo de Ingenieros del Ejército por su colaboración para la descripción de los ríos Misisipí y Atchafalaya.
Y a las muchas personas que ofrecieron ideas y sugerencias sobre los obstáculos que Dirk y Al debían superar.
RÉQUIEM POR UNA PRINCESA
10 de diciembre de 1948
Aguas desconocidas
La violencia de las olas aumentaba con cada ráfaga de viento. El tiempo sereno de la mañana se había transformado de doctor Jekyll en un vehemente señor Hyde al anochecer. Las palomillas que coronaban las crestas de las gigantescas olas arrojaban cortinas de espuma. El agua agitada y las nubes negras se fundían bajo el ataque de una virulenta tormenta de nieve. Resultaba imposible definir dónde terminaba el agua y empezaba el cielo. Mientras el transatlántico Princess Dou Wan se abría camino entre olas que se elevaban como montañas, para luego desplomarse sobre el barco, los hombres que iban a bordo no eran conscientes del inminente desastre que iba a producirse al cabo de escasos minutos.
Las aguas enloquecidas eran azotadas por vientos muy fuertes que impulsaban feroces corrientes que se estrellaban contra el casco del barco.