Leonardo da Vinci

Walter Isaacson

Fragmento

cap-1

Personajes principales

CÉSAR BORGIA (c. 1475-1507). Soldado italiano, hijo ilegítimo del papa Alejandro VI, modelo de El príncipe, de Nicolás Maquiavelo, y patrono de Leonardo.

DONATO BRAMANTE (1444-1514). Arquitecto, amigo de Leonardo en Milán, trabajó en las catedrales de esta ciudad y de Pavía, así como en la de San Pedro del Vaticano.

CARLOS II DE AMBOISE (1473-1511). Gobernador francés de Milán de 1503 a 1511, patrono de Leonardo.

CATERINA LIPPI (c. 1436-1493). Joven campesina huérfana de un pueblo cercano a Vinci, madre de Leonardo; casada más adelante con Antonio di Piero del Vaccha, también conocido como Accattabriga.

BEATRIZ DE ESTE (1475-1497). Miembro de una de las familias más ilustres de Italia, se casó con Ludovico Sforza.

ISABEL DE ESTE (1474-1539). Hermana de Beatriz y marquesa de Mantua, intentó que Leonardo la retratase.

FRANCESCO DI GIORGIO (1439-1501). Artista, ingeniero y arquitecto que colaboró con Leonardo en la torre de la catedral de Milán, viajó con él a Pavía, tradujo a Vitruvio y dibujó una versión del hombre de Vitruvio.

FRANCISCO I (1494-1547). Rey de Francia desde 1515, último patrono de Leonardo.

LEÓN X, Juan de Médicis (1475-1521). Hijo de Lorenzo de Médicis, elegido Papa en 1513.

LUIS XII (1462-1515). Rey de Francia desde 1498, conquistó Milán en 1499.

NICOLÁS MAQUIAVELO (1469-1527). Diplomático y escritor florentino, llegó a ser enviado de César Borgia y amigo de Leonardo en 1502.

JULIANO DE MEDICIS (1479-1516). Hijo de Lorenzo, hermano del papa León X, patrono de Leonardo en Roma.

LORENZO DE MEDICIS, EL MAGNÍFICO (1449-1492). Banquero, mecenas y señor de facto de Florencia desde1469 hasta su muerte.

FRANCESCO MELZI (c. 1493-c. 1568). Perteneciente a una familia de la nobleza milanesa, entró al servicio de Leonardo en 1507 y se convirtió en su hijo adoptivo y heredero.

MIGUEL ÁNGEL BUONARROTI (1475-1564). Escultor florentino y rival de Leonardo.

LUCA PACIOLI (1447-1517). Matemático italiano, fraile y amigo de Leonardo.

PIERO DA VINCI (1427-1504). Notario florentino, padre de Leonardo, no se casó con la madre de este y, con posterioridad, tuvo once hijos de cuatro esposas.

ANDREA SALAI, GIAN GIACOMO CAPROTTI DA ORENO (1480-1524). Entró al servicio de Leonardo a los diez años y recibió el apodo de Salai, «diablillo».

LUDOVICO SFORZA (1452-1508). Señor de Milán de facto a partir de 1481, duque de Milán desde 1494 hasta que lo depusieron los franceses en 1499, patrono de Leonardo.

ANDREA DEL VERROCCHIO (c. 1435-1488). Escultor, orfebre y artista florentino en cuyo taller Leonardo fue aprendiz y trabajó desde 1466 hasta 1477.

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Las monedas en la Italia de 1500

El ducado era la moneda de oro de Venecia y el florín, la de Florencia. Ambos tenían 3,5 gramos (0,12 onzas) de oro (unos 113 euros en 2017). Un ducado (o un florín) equivalía a unas 7 liras o 120 sueldos (monedas de plata).

Nota sobre la cubierta

La cubierta muestra un detalle de un óleo de la Galleria degli Uffizi de Florencia tenido por un autorretrato de Leonardo. Según análisis radiográficos recientes, hoy se considera un retrato de Leonardo pintado por un artista desconocido (c. 1600). Se inspira en un retrato similar —o que sirvió como motivo para este— redescubierto en Italia en 2008, llamado Tavola Lucana. Se ha copiado muchas veces. En la colección real británica figura una aguada sobre marfil pintada por Giuseppe Macpherson (c. 1770), que, en 2017, pudo contemplarse en la exposición Portrait of the Artist en la Queen’s Gallery del palacio de Buckingham.

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INTRODUCCIÓN

También puedo pintar

Cuando rondaba esa inquieta y trascendental edad que son los treinta, Leonardo da Vinci escribió una carta al señor de Milán en la que enumeraba las razones por las que este debía proporcionarle un empleo. Había disfrutado de cierto éxito como pintor en Florencia, pero encontró problemas para terminar sus encargos y buscaba nuevos horizontes. En los diez primeros párrafos, Leonardo se jactaba de sus habilidades en ingeniería, sin olvidar su capacidad para proyectar y diseñar puentes, canales, cañones, carros acorazados y edificios públicos. No fue hasta el «undécimo» párrafo, al final, que añadió que, además, era artista: «También puedo esculpir en mármol, bronce y yeso, así como pintar, cualquier cosa tan bien como el mejor, sea quien sea».[1] (Figura 1).

No mentía. Con el tiempo, realizaría dos de las pinturas más célebres de la historia: la Última cena y la Mona Lisa; pero Leonardo se consideraba asimismo, y por igual, ingeniero y científico. Con una pasión lúdica y obsesiva, realizó estudios innovadores de anatomía, de fósiles, de pájaros, del corazón humano, de máquinas voladoras, de óptica, de botánica, de geología, de corrientes de agua y de armamento. Así se convirtió en el arquetipo del hombre del Renacimiento, una inspiración para todos los que creen que «las infinitas obras de la naturaleza», por citar al propio Leonardo, se hallan entretejidas en un todo lleno de maravillosos patrones.[2] Su capacidad para combinar arte y ciencia, simbolizada por su dibujo de un hombre completamente proporcionado con los brazos extendidos dentro de un círculo y un cuadrado, conocido como el Hombre de Vitruvio, lo convirtió en el genio más innovador de la historia.

Sus investigaciones científicas conformaron su arte. Leonardo arrancó la piel de los rostros de los cadáveres, delineó los músculos que mueven los labios, para pintar después la sonrisa más inolvidable del mundo. Estudió cráneos humanos, hizo dibujos en sección de huesos y de dientes para transmitir el sufrimiento de la extrema delgadez de San Jerónimo. Exploró la matemática de la óptica, mostró cómo inciden los rayos de luz en la córnea para conseguir la mágica ilusión del juego de perspectivas de la Última cena.

Mediante la conexión de sus estudios de luz y de óptica con su arte, logró dominar el sombreado y la perspectiva para modelar objetos en una superficie bidimensional de modo que estos aparentaran ser tridimensionales. Esta capacidad de «hacer que una simple superficie plana manifieste un cuerpo relevado [que figure relieve], y como fuera de ella», según Leonardo, era «la intención primaria del pintor».[3] En buena medida gracias a su labor, la dimensionalidad se convirtió en la innovación suprema del arte renacentista.

Al envejecer, Leonardo prosiguió con sus investigaciones científicas, que no había puesto únicamente al servicio de su

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