Luis Miguel. La historia

Javier León Herrera

Fragmento

Título

1


Luis mi rey , el inicio de todo

Siempre fue un gran orgullo. Emprendí el que sería mi primer libro allá por el ya lejano mes de enero del año 1996, como emprendo todo en la vida, a pecho descubierto, con buena voluntad, disciplina, trabajo y el talento que Dios me dio. La historia de Luis Miguel fue por momentos mi propia historia. Me permitió conocer nuevos lugares en el mundo y nuevas personas, algunas de ellas se quedaron para siempre; me ocupó más de un año de mi vida, concretamente 14 meses, solamente la investigación; otros tres largos meses dediqué a la escritura, alguno más a la edición y varios a la promoción. Ha dejado un legado desde el punto de vista profesional imperecedero, una historia rigurosa y vigente. Aquella ardua investigación y aquel trabajo han sido la base para la serie autorizada de televisión sobre la vida del cantante, lo cual para mí es, sin dudar, uno de los mayores motivos de orgullo profesional en mi trayectoria.

Más allá de la imagen pública de muchos artistas se esconde la historia de un ser humano. A veces, como el caso que nos ocupa, es una historia dramática, una historia que tuvo que pasar por medios dantescos para lograr el fin de la riqueza y la fama, incluso sin que el protagonista tuviera poder de decisión sobre los acontecimientos, pues cuando se fraguó el prólogo de esta carrera nuestro personaje apenas era un niño. La oscuridad de algunos episodios provocó una personalidad opaca, inestable emocionalmente, dada a los excesos y las excentricidades, e irremediablemente abocada a sucesos polémicos como los que el artista ha protagonizado en los últimos tiempos. El objetivo es mostrar ese drama humano que enlaza episodios familiares tremendos, transcurriendo de modo paralelo, y la leyenda que se ha forjado en torno al ídolo.

Exactamente 21 años después de aquel arranque, y 20 de la publicación, luego ya de otros 10 libros publicados que sucedieron a mi ópera prima, la historia apasionante de Luis Miguel vuelve a llenar mi papel en blanco para convertirse en mi duodécimo libro. Esta nueva biografía del intérprete de “La Incondicional” era un proyecto pendiente que muchas veces habíamos hablado con mi colega y amigo Juan Manuel Navarro, un periodista de pura raza y mejor persona, al que precisamente conocí a raíz del trabajo de campo de Luis mi rey, punto de partida de una larga amistad que también ha dado frutos profesionales, primero en mis colaboraciones en el grupo Reforma, donde él trabajaba allá por los últimos años del pasado siglo XX, y más recientemente con Adiós eterno, el libro que firmamos juntos sobre los últimos días del Divo de Juárez, publicado por Editorial Aguilar, de Penguin Random House.

Ya en aquel primer libro, publicado en 1997, quise hacer una mención especial para Juan Manuel, hoy día corresponsal de Televisa Espectáculos en Los Ángeles desde hace 17 años, amén de otros desempeños profesionales siempre relacionados con el periodismo de espectáculos allá en California, con un prestigio y credibilidad fuera de toda duda. En esta segunda parte su crédito es mucho más pertinente todavía por su valiosa colaboración, pues suyo es fundamentalmente el seguimiento y la información generada por el artista en las dos últimas décadas.

En nuestras pláticas habíamos apuntado al medio siglo de vida del cantante como posible horizonte de esta nueva entrega. No quedaba, de hecho, muy lejos la cosa, en abril de 2020 cumplirá 50 años, pero el destino hizo que nos adelantáramos un poco. Ese destino empezó a actuar a finales del año 2016, concretamente en el mes de octubre. Estaba en una comida de trabajo en un restaurante de Bogotá cuando recibí una llamada vía messenger de Juan Manuel. Me dijo que había cierto rumor sobre una posible serie o película sobre la vida del intérprete de “No sé tú”. En aquel momento eran sólo rumores pero su instinto le decía que eran mucho más que eso y que sería conveniente repasar la historia y estar preparados por dos cosas, primera, por la posibilidad de que pudieran buscarme como asesor en mi calidad de biógrafo, y segundo, porque de ser así sería el momento de afrontar una especie de remake actualizado de la apasionante historia de Luis Miguel.

El instinto de mi colega no iba nada desencaminado. Gracias al trabajo de investigación que en su día plasmé en mi libro Luis mi rey, a principios de 2017 fui requerido como asesor para la serie producida por Gato Grande/MGM, división de la célebre Metro Goldwing Mayer para contenido en español. Aquel libro volvió a cobrar plena actualidad. El propio protagonista que le da vida en la pequeña pantalla, el actor Diego Boneta, publicó una foto en las redes sociales con un ejemplar.

Como dije al principio, como escritor fue una gran alegría, y esa coyuntura adelantó el remake de aquella obra, con la historia contada de otra manera y contextualizando cuando es necesario, pues no hay que olvidar que han transcurrido dos décadas desde su publicación. Me parece bueno recordar para empezar cómo empezó todo.

***

El título Luis mi rey nació al segundo mes de haber emprendido la investigación, a bordo de un tren Barcelona-Milán, mientras contemplaba el paisaje por una ventanilla camino de Massa-Carrara, Italia, para entrevistarme con la familia italiana de Luis Miguel. Minutos antes estuve repasando alguna de la documentación que había recopilado y que siempre aprovechaba para revisar en los aviones o en este caso en el tren Talgo. Leyendo detenidamente la crónica de un concierto suyo en México, me di cuenta que el periodista recogía los gritos de las fans enardecidas, que al unísono coreaban a su ídolo: “¡Luis mi rey, Luis mi rey, Luis mi rey…!” Como casi siempre que encuentras el título ideal de tu libro, el flechazo fue instantáneo. El grito se repitió en el Luna Park de Buenos Aires, tras la muerte de su padre. Hace poco supe, aunque francamente no sé si tiene algo que ver con la popularidad que el libro adquirió en México, que no mucho después de la publicación de mi libro se originó una palabra casi calcada, el mirrey, para definir a una especie de tribu urbana de élite que se convirtió en todo un fenómeno social y que se extendió en la jerga popular mexicana a principios del siglo XXI, denotando un determinado perfil de individuo del que suelen ser Micky y algunos de sus amigos de infancia, como Roberto Palazuelos, su paradigma. En cualquier caso no dejaría de ser una mera anécdota filológica.

Luis mi rey se gesta en diciembre del año 1995, aunque el golpe del destino se remonta a septiembre del año anterior, cuando hice mi primer viaje a México, un viaje de placer junto a mi querido colega y amigo, el periodista español Juan Luis Galiacho, que nos llevó de Guanajuato a Oaxaca y Puerto Escondido, pasando por Huatulco, partiendo de Ciudad de México y de la excelente hospitalidad de un amigo de la infancia de mi madre y periodista de renombre, Manuel Rodríguez Mora, entonces director de la Agencia Efe en México, a quien ya antes le debía mi paso profesio

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