Economía descubierta

Tomás Bulat

Fragmento

Prólogo I

Para la economía argentina, el siglo XX terminó en el 2002, cuando el país empezó a crecer y la traumática experiencia que significó la caída del régimen de convertibilidad comenzó a quedar atrás lentamente. En un principio, el diagnóstico más generalizado fue que la economía crecía solo por una especie de efecto rebote, luego de una caída espectacular. Sin embargo, a medida que el tiempo pasó fue quedando cada vez más claro que se trataba de otra cosa: la economía internacional estaba cambiando de manera drástica y estructural, de la mano del crecimiento de China y las economías emergentes. Se estaban abriendo oportunidades únicas para dinamizar el crecimiento. No solo porque el precio de los productos primarios que exportamos aumentó sino, también, porque el shock positivo afectó a todos nuestros vecinos del Mercosur, abriéndole una oportunidad a las exportaciones industriales. En ese contexto, en el lustro que siguió a la crisis, la Argentina creció a una velocidad que no se observaba desde la época del primer centenario. Una vez superada la sorpresa por la rapidez de la recuperación, hacia fines de 2007, eran muchos los analistas que consideraban que, en el nuevo contexto, el crecimiento continuaría por muchos años.

Sin embargo si observamos la economía en 2013, las expectativas optimistas no se cumplieron. La Argentina de 2012, con inflación y bajo crecimiento, recuerda mucho a la del siglo pasado. Probablemente sería difícil explicar este cambio de escenario haciendo referencia solo al contexto internacional. Si bien la crisis en Europa y Estados Unidos tuvo efectos negativos, también lo es que gracias a la crisis la tasa de interés internacional es bajísima. Además, el crecimiento del mundo emergente continúa y la soja sigue mostrando precios récord. Un mundo de tasas bajas y precios de las commodities altos sigue representando una oportunidad única para la Argentina, como lo demuestra el hecho de que muchos de nuestros vecinos ricos en recursos naturales siguen creciendo.

En verdad, las diferencias más marcadas se dan en relación a la situación interna: los superávit gemelos que acompañaron el crecimiento en la década pasada han devenido en déficit fiscal y escasez de divisas. El fuerte superávit en la cuenta energética se convirtió en déficit. La libertad para acceder al mercado de cambios se ha visto interrumpida por los controles y ha aparecido un mercado paralelo para las divisas.

En la actualidad, el proceso de toma de decisiones es más dificultoso. ¿Cómo decidir en un escenario que presenta una combinación tan inusual de importantes oportunidades para crecer a largo plazo y desequilibrios macroeconómicos de corto plazo? ¿Apostar al futuro con la inversión confiando que finalmente los desbalances de corto plazo serán controlados? ¿O mejor adoptar una actitud de tipo defensiva hasta que aclare? ¿Cómo proteger mejor mi patrimonio y mis ingresos bajo estas circunstancias? ¿Qué variables observar en el proceso de toma de decisiones? ¿Cómo “leer” los cambios en la economía global o en nuestro socio más importante, el Brasil? ¿Dónde poner mis ahorros?

En situaciones como estas, las personas que tienen la necesidad de tomar decisiones económicas pero no son economistas necesitan de textos que las ayuden a conceptualizar y clarificar el escenario de decisiones de una manera directa, utilizando un lenguaje que evite los tecnicismos y sea comprensible para el no especialista. Este libro puede, sin dudas, ser extremadamente útil para satisfacer esa necesidad. Tomás Bulat ha realizado un esfuerzo sistemático por exponer de manera clara los conceptos y teorías básicas de la economía. Ha escrito un libro ameno y autocontenido, que el no especialista podrá utilizar con ventaja para ahondar y reforzar los conocimientos de economía que se requieren para comprender el funcionamiento de la economía argentina y tomar mejores decisiones.

El libro es muy completo y abarca todos los temas de interés: crecimiento, productividad, distribución del ingreso, rol del Estado, dinero, crédito, inflación y economía internacional. Aunque el énfasis está puesto en cuestiones macroeconómicas, se explican los conceptos microeconómicos que son necesarios y, además, se brindan ejemplos que clarifican y aplican los conceptos a situaciones cotidianas.

Sin ninguna duda, escribir un texto de economía sencillo y comprensible para todos es una tarea difícil y para la cual hay que estar entrenado. Tomás lo está. Además de su formación como economista, su trayectoria como periodista y analista de la situación económica nacional le ha permitido desarrollar su capacidad para explicar de forma simple problemas complejos.

Considero que los lectores recibirán con agrado este esfuerzo y disfrutarán del texto, lo que es decir mucho de una disciplina como la economía, que despierta tanto pasiones intelectuales duraderas como rechazos absolutos. Para los apasionados, este libro representa una oportunidad para profundizar los conocimientos. Para aquellos que perciben a la economía como una disciplina “lúgubre”, probablemente, deberían darle una nueva oportunidad leyendo este libro.

En su “otra vida” como estudiante, antes de llegar a ser un economista y periodista muy conocido, Tomás Bulat fue mi alumno en la carrera de economía de la Universidad de Buenos Aires. Siempre le he dedicado mucho tiempo a la enseñanza y creo que lo que me motivó a hacerlo fue, en primer lugar, el placer por transmitir conocimiento. Muchos años después de haberlo tenido como alumno, este libro me lleva a sospechar que Tomás también disfruta con ello. Bienvenido, entonces, este esfuerzo que seguramente contribuirá a enriquecer la comprensión de los problemas que hoy enfrenta la economía argentina y a mejorar la calidad de nuestras decisiones.

José María Fanelli

Doctor en Economía por la Universidad de Buenos Aires (UBA), especializado en macroeconomía, finanzas y problemas de crecimiento en economías emergentes. Es investigador del Conicet y del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES), profesor de Macroeconomía en la UBA y en la Universidad de San Andrés, y fue director de la carrera de Economía de la UBA.

Prólogo II

“Todas las verdades son fáciles de entender, una vez descubiertas. El caso es descubrirlas”.

Esta es una de las famosas frases de Galileo Galilei y fue lo que me vino a la mente cuando Tomás

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