El manifiesto comunista (Ilustrado)

Karl Marx

Fragmento

Norberto Bobbio

Derecha e izquierda

Razones y significados de una distinción política

Traducción de Alessandra Picone

TAURUS

PENSAMIENTO

Índice x x x x x x x x

El Muro cayó hacia los dos lados, por Joaquín Estefanía . 9

Introducción a la primera edición italiana ............. 27

I La distinción rebatida ........................................... 33

II Extremistas y moderados ..................................... 55

III La díada sobrevive .................................................. 69

IV En busca de un criterio de distinción ............... 81

V Otros criterios ....................................................... 89

VI Igualdad y desigualdad ......................................... 107

VII Libertad y autoridad ............................................. 123

VIII La estrella polar ................................................... 133

Apéndices

Introducción a la segunda edición italiana,

Introducción a la edición italiana de 1999. ............. 171

Notas ................................................................................ 189
Índice onomástico .......................................................... 229

I. La distinción rebatida x x x

1. «Derecha e izquierda» son dos términos antitéticos que, desde hace más de dos siglos, se emplean habitualmente para designar el conflicto entre las ideologías y los movimientos en que está dividido el universo, eminentemente conflictivo, del pensamiento y de las acciones políticas. En cuanto términos antitéticos son, respecto del universo al que se refieren, recíprocamente exclusivos y conjuntamente exhaustivos: exclusivos, en el sentido de que ninguna doctrina ni ningún movimiento pueden ser al mismo tiempo de derechas y de izquierdas; exhaustivos, porque, al menos en la acepción más rigurosa de ambos términos, tal y como iremos viendo más adelante, una doctrina o movimiento únicamente puede ser de derechas o de izquierdas.

Como a menudo he dicho, a propósito de las que he dado en llamar las «grandes dicotomías» en que está dividido cada campo del saber, incluso de la pareja de términos antitéticos, como derecha e izquierda, se puede hacer un uso descriptivo, un uso axiológico y un uso histórico: descriptivo, para dar una representación sintética de dos partes en conflicto; valorativo,

Derecha e izquierda para expresar un juicio de valor positivo o negativo sobre una de las dos partes; histórico, para marcar el paso de una fase a otra de la vida política de una nación, pudiendo ser el uso histórico a su vez descriptivo o valorativo.

La contraposición de derecha e izquierda representa una típica forma de pensar por díadas, de las que se han ofrecido las más distintas explicaciones: psicológicas, sociológicas, históricas e, incluso, biológicas. De ellas, conocemos ejemplos en todos los campos del saber. No existe disciplina que no esté dominada por alguna díada omnicomprensiva: en sociología, sociedad-comunidad; en economía, de mercado-planificada; en derecho, privado-público; en estética, clásico-romántico; en filosofía, trascendencia-inmanencia. En la esfera política, derecha-izquierda no es la única, aunque sí es cierto que podemos encontrarla en todas partes.

Existen díadas en las que los dos términos son antitéticos; otras, en las que son complementarios. Las primeras nacen de la interpretación de un universo concebido como formado por entidades divergentes que se oponen las unas a las otras; las segundas, de la interpretación de un universo armónico, integrado por entidades convergentes que tienden a encontrarse y a formar juntas una unidad superior. La dicotomía derecha-izquierda pertenece al primer tipo. Puesto que a menudo el pensamiento por tríadas nace del pensamiento por díadas y es, por decirlo de algún modo, un desarrollo de este, es diferente el paso según se parta de una díada de términos antitéticos o de una de términos complementarios. En el primer caso, el paso se produ

La distinción rebatida ce por síntesis dialéctica o por negación de la negación; en el segundo, por composición.

Las siguientes reflexiones nacen de la constatación de que en estos últimos años se ha venido diciendo repetidamente, hasta convertirlo en un lugar común, que la distinción entre derecha e izquierda que durante casi dos siglos —desde la Revolución Francesa en adelante— sirvió para dividir el universo político en dos partes opuestas ya no tiene ninguna razón de seguir siendo utilizada. En este sentido es habitual citar a Sartre, quien parece haber sido uno de los primeros en decir que derecha e izquierda son dos cajas vacías. Ya no tendrían ningún valor ni heurístico ni clasificatorio, y mucho menos estimativo. A menudo se habla de ello con un cierto malestar, como si fuera una más de las muchas trampas lingüísticas en las que cae el debate político.

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2. Las causas de esta opinión, que cada vez se va difundiendo más, y sobre la que se podrían aportar infinitos y diarios testimonios, son distintas. Veamos alguna.

En la base y en el origen de las primeras dudas sobre la desaparición, o por lo menos sobre la menor fuerza representativa de la distinción, se encontraría la llamada crisis de las ideologías. Se puede objetar tranquilamente, y de hecho se ha objetado, que las ideologías no han desaparecido en absoluto, al contrario: están más vivas que nunca. Las ideologías del pasado han sido sustituidas por otras nuevas o que pretenden ser nuevas. El árbol de las ideologías siempre está reverdeciendo. Además, no hay nada más ideológico, tal y como ha quedado demostrado mu

Derecha e izquierda chas veces, que la afirmación de la crisis de las ideologías. Así como que «izquierda» y «derecha» no indican solamente ideologías. Reducirlas a la pura expresión de pensamiento ideológico sería una injusta simplificación: indican programas contrapuestos respecto a muchos problemas cuya solución pertenece habitualmente a la acción política, contrastes no solo de ideas, sino también de intereses y de valoraciones sobre la dirección que habría que dar a la sociedad, contrastes que existen en toda sociedad, y que no parece que vayan a desaparecer. Naturalmente, se puede objetar que los contrastes existen, pero que no son los mismos que los de la época en que nació la distinción y que, durante todo el tiempo en que esta hizo fortuna, han ido cambiando tanto que han convertido en anacrónicos, y por lo tanto en equívocos, los viejos términos. Pero esto es lo que tendremos que ver más adelante.

Recientemente, se ha sostenido que, como el concepto de izquierda ha reducido drásticamente su propia capacidad connotativa hasta el punto que decir que se es de izquierdas es hoy una de las expresiones menos verificables en el vocabulario político, el viejo binomio podría ser sustituido oportunamente por este otro: progresistas-conservadores1. Sin embargo, ha habido también quien, de una manera más radical, ha rechazado cada perseverante visión dicotómica afirmando que también esta última dicotomía es una de las muchas «bobadas» existentes en el lenguaje político, de las que hay que librarse para crear de ahora en adelante nuevas uniones, no basándose en las posiciones, sino basándose en los problemas2.

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1Cfr. F. Adornato, «Si fa presto a dire sinistra», en La Repubblica, La rivoluzione italiana, 21 de abril de 1993 («La nueva revoluc

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