Mira a los ojos del lobo

Mark Divine

Fragmento

¿Eres CEO o líder de una empresa y estás desesperado por multiplicar los beneficios ante los cambios en el panorama tecnológico y empresarial que han dejado obsoletas las hojas de ruta sobre cómo triunfar en tu sector? Mientras das vueltas a estas y otras cuestiones, tus equipos y tu cultura se debaten bajo el peso de los compromisos y el caos constante.

Tu departamento de Recursos Humanos erra en el tiro y fracasa porque su personal está entrenado para tratar a las personas como recursos y no como seres humanos que exigen que se los considere como tales. A esta área de la empresa le iba bien cuando su trabajo consistía en contratar, medir indicadores, ascender o despedir a empleados… quizá, incluso, cuando se encargaba de llevar a cabo encuestas e iniciar programas de formación en sensibilidad. En cambio, muestra dificultades para desarrollar líderes en terrenos que hoy día son más importantes: el emocional, el moral y el espiritual.

Tal vez tú eres uno de esos jóvenes con liderazgo que se sienten desmotivados porque notan que los tratan como un activo o, aún peor, porque quien los dirige es un incompetente. La típica macroempresa está orientada hacia una serie de procesos y tareas sin fin; en su día a día dispone de poco tiempo para edificar una cultura poderosa y, como consecuencia, acaba corriendo el peligro de quedar gravemente herida o morir.

En el nuevo campo de batalla, la energía creativa para vencer vendrá del territorio interior del poder emocional y la mentalidad. Ambas cosas exigen nuevos modelos de desarrollo para enfrentarse de modo eficaz a los cambios rápidos y a la incertidumbre. Tras la Guerra Fría, la Escuela de Guerra del Ejército de los Estados Unidos acuñó un acrónimo para referirse a la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad del mundo. El término VUCA, por sus siglas en inglés, es desde entonces familiar entre las personas con cargos ejecutivos. Para vencer en la misión dentro del entorno VUCA, los líderes necesitarán una brújula de nueva generación que los ayude a navegar por los picos y los valles con fortaleza emocional, moral y espiritual. Deberán dejar sus egos aparte y subordinar sus necesidades al equipo y a la misión. Tendrán que convertirse en «líderes integrales» que operen desde una conciencia también integrada y centrada en el mundo. Al volverse integrales y autoevolutivos, los líderes logran desarrollar una profunda conexión con sus equipos, y ello repercutirá directamente en sus empresas, que alcanzarán un éxito más significativo en un futuro que ya tenemos encima.

En el mundo en que vivimos todas estas habilidades son imprescindibles, desde ya, para quienes están a la cabeza de las empresas.

Sin embargo, con frecuencia, el lobo del miedo se interpone en sus caminos.

Este lobo del miedo es una metáfora de lo que nos bloquea emocionalmente: esos miedos tan enraizados, esos patrones reaccionarios negativos, los sesgos. ¿Qué te impide ese bloqueo? Te impide recibir al 100 % el apoyo de tu equipo. Te impide identificarte con él. Te impide ser tú mismo.

Este libro pretende ayudarte a mirar a los ojos a tu propio lobo del miedo para que logres superar los persistentes condicionantes negativos y evolucionar hasta alcanzar tu máximo. No hay otro modo de liberar tu verdadero y enorme potencial.

Este nuevo campo de batalla ya no te permitirá buscar beneficios a expensas de las personas. Ahora tu gente y tu cultura son «lo más importante». Todo lo demás está sujeto a los vientos del cambio y, a medida que esos vientos soplan, se vuelve cada vez más irrelevante.

Como líder, no eres una víctima del entorno VUCA. No puedes quejarte del mercado, de la volatilidad, de la competencia, de los inversores, de los clientes. En este nuevo escenario, en el mundo de los negocios, cambiar o morir depende de ti. Piensa en la suerte que tienes: es poco probable que te maten de verdad, un peligro que, en cambio, a mí sí me acechaba cuando estaba en los SEAL de la marina de los Estados Unidos. No puedes permitir que la volatilidad, la complejidad y la adormecedora ambigüedad te paralicen en mitad del camino.

En mi trabajo con directivos y equipos he descubierto que la mayoría de ellos experimentó la sensación de tocar techo hace más o menos cinco años. Todos se bloquearon. De un día para otro, empezaron a sentirse incompetentes. De repente, todo lo que hasta entonces les había funcionado perdió su importancia; las armas que tan bien habían manejado dejaron de hacer daño. Ahora, sus aptitudes profesionales, desarrolladas tras años en escuelas de negocios, cursos, interminables seminarios y sesiones de formación, ya no les proporcionan los resultados deseados. Aunque observan y perciben con agudeza los elementos de este nuevo campo de batalla, no saben cómo actuar.

La reacción de lucha, huida y parálisis se ha instalado entre las tropas aliadas. Se ha apoderado de ellas.

¿Dónde están los Eisenhowers y los Pattons ahora que tanto los necesitamos?

Lo siento, pero esta vez no hay salvadores por ahí. No hay líderes del cambio externos ni consultores que puedan «solucionar» esto, ni para ti ni para nadie.

El único líder del cambio eres tú.

Tú eres quien debe transformarse. Y tú debes transformar también a tu equipo.

No puedes continuar aplicando medidas que no funcionan y esperar que los resultados mejoren. Este libro no te va a proporcionar un paquete de estrategias curiosas y tácticas brillantes para resolver tus problemas. En lugar de eso, lo que te dará son perspectivas sobre cómo desarrollar tu propio carácter y el de tu equipo. Esta nueva actitud se demostrará mediante la valentía moral y espiritual, la confianza y la confiabilidad, el respeto y la respetabilidad, la excelencia a través del autoliderazgo y la adaptabilidad, el crecimiento constante, la excelencia, la resiliencia y la convergencia alrededor de un propósito, una visión y una misión comunes. Estos son los siete principios que conducirán al compromiso total del equipo.

Desarrollar tales habilidades te exigirá hacer un examen profundo para superar cualquiera de las cualidades negativas que te están impidiendo potenciar tu capacidad para sacar el máximo provecho de tu intuición, tu creatividad y tu conexión. Francamente, no puedes pretender ser el líder perfecto, no trates de reunir todas las cualidades positivas sin tener ninguna de las negativas. Ya hace tiempo que tu gente ve a través de la máscara que llevas puesta. E igualmente importante: tienes que dejar de proyectar tu sombra sobre tu equipo. Tu sombra es tu comportamiento condicionado negativo, la mayoría de las veces vinculado a experiencias emocionales traumáticas de tu juventud que ahora perjudican tus relaciones y el trabajo de tu equipo. Se muestran en forma de proyección, transferencia, comportamiento agresivo, pasivoagresivo o pasivo, o sencillamente espantosas habilidades comunicativas. Tu equipo ni confiará en ti ni te respetará mientras no hayas hecho este trabajo. Tu sombra te convie

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