Mini-Repo con Magda Tagtachian
Magda Tagtachian, escritora y periodista nacida en Buenos Aires, tercera generación de armenios en Argentina. Trabajó en el diario Clarín durante veinte años y en las revistas Gente y Para Ti, de Editorial Atlántida. En 2018, recibió la distinción Hrant Dink, otorgada por el Consejo Nacional Armenio de Sudamérica, por su labor en Derechos Humanos.
En esta entrevista habla de Rojava, su nuevo libro.
¿Quién es Nané Parsehyan?
La protagonista es una mujer nacida y criada en la Armenia soviética. Desde chica se acostumbró a una vida austera y a reprimir las pasiones y sentimientos. Su vida fue marcada por la huida de su madre, Sona, que la dejó de niña al escapar de Armenia en la época de la Cortina de Hierro. Nané creció con quien creía era su padre, Jirair, y con el dolor de haber perdido a su único hermano en la guerra de Artsaj. Por si fuera poco, Nané se atrevió a vivir un romance oculto con Artin, el mejor amigo de su hermano. Se dejaron llevar por la pasión pero nada podía salir bien con un hombre que ya estaba casado. Nané “perdió el honor” con Artin y su padre la señaló por avergonzar a la familia. Ahora, a mediados de 2019, Nané sigue "soltera" y su madre Sona agoniza en un hospital de París. Llama en secreto a su hija y le confiesa que su verdadero padre se llama Bahoz Kemal y es un revolucionario kurdo que vive clandestino en Rojava, una región en el norte de Siria, administrada por los kurdos. Sona le pide a Nané que lo busque y lo traiga con ella antes de morir.
¿Cómo fue el proceso creativo y de construcción de escenarios de tu tercera novela?
En 2014 comencé a leer sobre un ejército de mujeres, “las vengadoras de Estado Islámico”. Desde entonces, no paré de investigar. Me fascinan esas mujeres kurdas y yazidíes con casaca militar y fusiles pero más aún su propósito: vengar a sus hermanas de las bestias que las quemaron vivas, que las violaron y vendieron como esclavas sexuales, que mataron a sus padres y a sus hermanos. Que cometieron el Genocidio de Sinjar en agosto de 2014. Las milicias femeninas en el norte de Siria, organizadas por estas mujeres, ya existían desde un par de años antes. Después de escribir, Nomeolvides Armenuhi y Alma Armenia, aún soñaba con escribir sobre Rojava y la cruzada de las mujeres kurdas y yazidíes en contra de Estado Islámico y del régimen de Bashar Al Asad en Siria y de Erdogan en Turquía. Cada mañana caminaba mientras meditaba sobre una historia de amor que pudiera desarrollarse en medio de tal escenario donde las pasiones del corazón quedan relegadas por la lucha armada. Una noche encontré información acerca de un combatiente armenio que se había sumado a las Unidades de Protección Popular en Rojava. Este hombre convocaba a más armenios a luchar en defensa del pueblo kurdo. Los kurdos, como los armenios, fueron y son víctimas aún hoy del avance del régimen turco en el Cáucaso Sur y en Medio Oriente.Mi cabeza dio un salto. Enseguida imaginé a Nané y a Alma que podrían reencontrarse en el norte de Siria. Todas las rutas llevaban a Rojava.
¿Por qué la cuestión armenia atraviesa tu narrativa?
Armenia es un hierro caliente en mis venas desde que nací. Pero no lo tenía consciente. Me explotó de grande en el corazón cuando descubrí la verdadera historia de mi abuela Armenuhi y cómo había salvado milagrosamente su vida, escapando de los turcos que perseguían y mataban a los armenios en 1915. Crecí en una familia que guardaba secretos y dolores. La armenidad viajaba en las delicias que preparaba mi abuela para recibirnos cada domingo. Y en las charlas sobre cultura, historia y tradiciones. Pero ni mis padres ni mis abuelos nombraban esa palabra. Genocidio. Y yo no comprendía del todo.
¿Cómo se puede abrir paso el amor con la política, la geopolítica, la religión o el contexto socio cultural adverso?
El amor es la fuerza creadora.Existe desde el primer hálito de vida hasta el último. La mayoría de las veces lo confundimos con el amor de pareja. El amor en pareja se construye. Cómo se construye el amor en una familia, entre hermanos, amigos o cualquier vínculo que decidamos tener. Pero cuando los mandatos gravitan, ¿qué hacemos con la pasión? ¿Con el deseo? ¿El amor? ¿La libertad? Todos van de la mano. Pero no son lo mismo. El amor, la pasión y la libertad pueden trenzarse como mechones, como esos peinados que lucen las combatientes en Rojava. El amor está. Es vida y la vida no se detiene mientras pisemos este mundo.