Historia del Peronismo. La obsecuencia (1952-1955)

Hugo Gambini

Fragmento

Creditos

Diseño de portada e interior: Donagh I Matulich

Historia del Peronismo. La obsecuencia (1952-1955)

Hugo Gambini

1.ª edición: noviembre, 2016

© 2016 by Hugo Gambini

© Ediciones B Argentina S.A., 2016

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

www.edicionesb.com.ar

ISBN DIGITAL: 978-987-627-696-2

Maquetación ebook: emicaurina@gmail.com

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.

Dedicatoria

 

 

 

 

 

Para Nicolás, Mateo, Agustín y Rocío,

esta historia que escribió el abuelo.

Contenido

Contenido

Portadilla

Créditos

Dedicatoria

 

Leyenda y realidad

1. La reelección

2. La muerte de Evita

3. La inflación

4. El viraje económico

5. Príncipes, presidentes y dictadores amigos

6. La obsecuencia

7. La arbitrariedad

8. La violencia

9. El conflicto con la iglesia

10. El 16 de junio

11. La pacificación

12. La conspiración

13. La revolución

14. El derrumbe

Álbum de fotos

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Leyenda y realidad

Esta segunda parte de Historia del peronismo abarca un período breve pero muy rico en episodios, que vale la pena conocer en detalle, porque muestra la descomposición de un sistema instalado para prolongarse indefinidamente. Los tres años transcurridos desde que Juan Domingo Perón iniciara su segundo mandato (el 4 de junio de 1952) hasta su abandono del gobierno (el 20 de setiembre de 1955) quedarían registrados en la vida argentina como la más fantástica seguidilla de errores políticos cometidos por un gobernante. El afán por construir un régimen omnímodo terminó por encerrarlo en un laberinto de obsecuencias que distorsionó su visión de la realidad. Esto le hizo suponer —entre otras cosas— que podría comprar a todos los opositores. O destruirlos. Hasta llegó a fantasear con la presunción de que su carisma alcanzaría para imponer una nueva fe religiosa en la sociedad. Pero tanta acumulación de poder lo condujo al derrumbe. Y su régimen, que parecía invulnerable, estalló por saturación.

Rescatar los episodios de ese proceso y describir el clima político —de una época que la leyenda parece haber santificado— no es tarea sencilla. Con frecuencia se cae en la tentación de dejarse atrapar por la reivindicación social que trajo el peronismo y justificar así sus episodios autoritarios, sin reparar en los daños que estos ocasionarían. Fue lo que me dijo un lector del primer volumen de Historia del peronismo, agradecido por el enfoque crítico de mi investigación: “Este es un asunto cuyo tratamiento nadie encara con honestidad, porque en la dirigencia, ya sea de grupos políticos, sociales o empresarios del país, y entre los periodistas en general, predomina casi siempre un interés claramente especulativo, motivado por el liviano deseo de satisfacer, pero en especial por el temor a ser calificado de gorila o de insensible a las cuestiones sociales”. La frase, contenida en un elogioso e-mail enviado por el periodista salteño Rodolfo Plaza, me resultó una grata sorpresa, que valoro tanto como las bondadosas críticas aparecidas en los medios.

Pero mi mayor asombro fue cuando el correo electrónico me trajo la inesperada conexión con una estudiante de Historia de la Pontificia Universidade Católica de São Paulo (Marisa Montrucchio, argentina, radicada en Brasil), quien realizaba allí una maestría y analizaba mis notas de la serie Historia del peronismo —publicadas hace más de tres décadas en la revista Primera Plana— con el propósito de presentar s

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