El País del Hielo (Serie Ulysses Moore 10)

Pierdomenico Baccalario

Fragmento

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021271/images/9788484416951_CAP00101-00.jpg 1181x982 (pixels)

Capítulo 1

El NÁUFRAGO

No había más que mar a la vista. Una extensa planicie, gris y helada como la hoja de un cuchillo. Pero no tan rígida. El mar oscilaba con un movimiento rítmico, sin fin. Arriba y abajo, arriba y abajo…

La monotonía de aquella escena quedó interrumpida por un movimiento rápido e inesperado. Algo blanco. Una gaviota. El graznido estridente, las alas desplegadas para aprovechar las corrientes de aire. Después el ruido sordo de la zambullida: la gaviota se había lanzado en picado, traspasando la superficie del agua para apresar un pez de reflejos plateados. El cielo se quedó inmóvil. Gris y celeste. La pálida luz diurna se filtraba por entre los gruesos desgarrones del

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021271/images/9788484416951_CAP00101-01.jpg 1254x84 (pixels)

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021271/images/9788484416951_CAP00102-01.jpg 1233x130 (pixels)

manto de nubes como a través de las vidrieras de una catedral. Tommaso Ranieri Strambi tardó algunos minutos en darse cuenta de que no estaba observando aquella escena desde el exterior.

Estaba dentro de ella.

En el mar gélido y gris.

Entre las olas, que lo arrullaban lenta y suavemente, arriba y abajo.

Oyó de nuevo aquel chillido estridente, esta vez más distante, y vio la gaviota, que se alejaba volando con un pez en el pico. Después se despertó bruscamente de aquella especie de sueño algodonado y las imágenes que lo rodeaban se rompieron, como una placa de hielo hecha pedazos de repente.

Tommaso se encontró bajo el agua.

El cielo fue sustituido por una masa líquida de un intenso verde oscuro. La ropa empapada y pesada lo estaba arrastrando hacia abajo.

Como paralizado por el mordisco de aquel hielo líquido que le oprimía las sienes, alzó la mirada. Y vio una serie de minúsculas islas que flotaban en la superficie del mar. Libros. Una maleta. Una mecedora. Una mesita. Vio que se hacían pequeñas, mientras él se hundía cada vez más.

Un pez se deslizó a pocos metros de él y bajó en picado a las profundidades del océano. Solo que quizá no era un pez. Era demasiado voluminoso para ser un pez. Parecía… ¿un piano de cola? ¿En medio del mar?

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021271/images/9788484416951_CAP00102-02.jpg 1254x84 (pixels)

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021271/images/9788484416951_CAP00103-00.jpg 1233x130 (pixels)

El NÁUFRAGO

Los recuerdos se sucedían uno tras otro, como descargas eléctricas. Tommaso volvió a ver la riada de barro que lo arrollaba en la librería de Calypso. Una montaña de agua que lo arrastraba hacia fuera. Un momento antes estaba intentando convencer a los Flint de que no usaran la llave de la ballena. Inútilmente.

Decidió tratar de mover los brazos. Con un golpe de riñones consiguió ascender medio metro hacia la superficie. Los objetos que flotaban en aquella sutil película móvil suspendida sobre su cabeza dejaron de empequeñecerse durante un momento.

Dio otra brazada a la vez que se impulsaba con las piernas. Repitió aquel gesto, al principio de forma torpe y mecánica, después con un movimiento cada vez más ágil. Necesitaba llenar de nuevo los pulmones de aire urgentemente.

Mientras nadaba, recordó que el agua lo había levantado del suelo y lo había arrastrado rodando. Recordó un remolino de manos y piernas, y recordó que no estaba solo en aquella confusión. También estaban los primos Flint. Y la chica que servía en la barra. ¿Cómo se llamaba? No había leído nunca su nombre en los libros de Ulysses Moore.

Lentamente, empezó a subir hacia la superficie y vio los rayos del sol que se filtraban a través del agua, aunque todavía no podía sentir su calor. Los pulmones, ahora, le ardían, y tenía los ojos doloridos.

¿Cómo había llegado mar adentro?

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021271/images/9788484416951_CAP00103-01.jpg 1254x84 (pixels)

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021271/images/9788484416951_CAP00104-01.jpg 1233x130 (pixels)

Como mucho podía imaginárselo: la riada debía de haberlo arrastrado por las calles de Kilmore Cove junto con los objetos que veía flotar por encima de él. A medida que se acercaba, fue reconociendo las mesas del chiringuito de la playa, las sillas, las sombrillas. Pero también cosas más extravagantes: varios paraguas, un bombín, dos mesillas de noche, una lámpara, armazones de muebles, toldos.

Tommaso Ranieri Strambi salió a la superficie emitiendo algo parecido a un grito. Abrió la boca de par en par y, por fin, respiró ávidamente, con furia. Después se quedó flotando, haciéndose el muerto, con la frente vuelta hacia el sol. Por último, cuando estuvo seguro de que seguía con vida, rompió a reír.

Miró a su alrededor y no vio más que mar. Ninguna línea de costa, ni siquiera una barca en el horizonte, nada de nada. A pocos metros, sin embargo, distinguió una enorme maleta de piel que flotaba como una boya, un poco por encima y un poco por debajo de la superficie del agua.

Le pareció reconocerla. Se acordó de que, en la oscuridad de los últimos instantes, se había aferrado a algo blando y sólido a la vez que lo protegió de los golpes mientras lo mantenía a flote cuando todas las demás fuerzas intentaban arrastrarlo hacia el fondo.

Dio un par de brazadas y alcanzó el objeto que probablemente le había salvado la vida. Era más o menos tan grande como él. Se subió encima. La maleta se hundió unos centímetros y se estabilizó de nuevo en el agua, sujetándolo.

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021271/images/9788484416951_CAP00104-02.jpg 1254x84 (pixels)

https://fragmentos.megustaleer.com/MES-021271/images/9788484416951_CAP00105-00.jpg 1233x130 (pixels)

El NÁUFRAGO

«Qué desastre», pensó Tommaso, contemplando desolado los restos esparcidos en la superficie. Tras observar el color del agua, logró establecer en qué dirección podría hallarse la costa: donde estaba más sucia y llena de cosas a la deriva. También intentó averiguar qué hora era a partir de la posi

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos