La clave está en la tiroides

Amy Myers

Fragmento

La clave está en la tiroides
images

Introducción

Hola.

Puede que estés leyendo este libro porque crees tener un problema tiroideo o porque sabes que lo tienes. De cualquier forma, probablemente tienes la sensación de que tu médico está pasando algo por alto porque insiste en que estás bien, mientras sabes que “bien” es lo que menos estás.

Quizá has subido de peso, aun cuando te apegas fielmente a tu dieta. Quizá comes y haces ejercicio de la misma forma que siempre —bien, mal o sin prestarle mucha atención—, pero solías tener un peso estable y ahora los kilos se están acumulando.

Tal vez tu problema es el opuesto: tu peso está cayendo rápidamente, aunque comes más de lo usual y sigues con hambre incluso después de terminar una comida sustanciosa. Quizá lidies con un corazón acelerado o con palpitaciones repentinas. Puede ser que estés en un estado crónico de alerta, con una ligera ansiedad que te mantiene al límite constantemente.

Es probable que tengas demasiados achaques y sólo estés en tus 20, o quizá tengas 60, pero sabes que tu cerebro debería trabajar mejor. Tal vez te sientes cansado todo el tiempo, apático o deprimido. Es posible que tus hormonas estén brincando por todas partes; que no puedas embarazarte, aunque lo hayas estado intentando durante un tiempo, o que tu libido esté desaparecida. Tal vez tengas otro molesto síntoma: indigestión, constipación, diarrea. Quizá tu ansiedad empieza a convertirse en devastadores ataques de pánico que suceden sin una razón aparente. Es posible que tu problema sean dolores en las articulaciones, manos temblorosas, músculos débiles, piel flácida. Tal vez siempre tienes frío o, lo que puede ser más perturbador, se te está cayendo el cabello.

Cualquiera de estos síntomas puede indicar un problema tiroideo, ya sea una tiroides funcionando de menos o de más (aunque los síntomas son diferentes, pueden traslaparse), y si tu médico te asegura que no tienes un problema tiroideo, que tus análisis son normales y ya te está dando la dosis correcta de suplemento hormonal, que tus problemas son causados por hormonas femeninas (si eres mujer) o baja testosterona (si eres hombre), depresión, estrés, ansiedad o por no ser lo suficientemente disciplinado con tu dieta, pues déjame decirte que, si bien parte de esto puede ser verdad, es posible que tengas un problema de tiroides de todas maneras.

Así es. Tristemente, es posible que los análisis que te estés haciendo no sean los adecuados, que tu médico esté malinterpretando los resultados, te esté medicando poco, tomes el medicamento equivocado o sufras de una mezcla de estos factores. Mientras tanto, te sientes mal, exhausto, viejo antes de tiempo y, dado que tu médico no quiere creerte, probablemente loco. Así que respira hondo y prepárate para sentirte mejor porque con este libro te darás cuenta de que tenías razón desde el principio. Algo anda mal contigo. tienes una disfunción tiroidea, sí puede tratarse y tan pronto como lo hagas te sentirás renovado.

Haz tu propia conexión con la tiroides

Es sorprendente la cantidad de síntomas —chicos, medianos y grandes— que están vinculados a tu tiroides. De hecho, casi cualquier aspecto de tu cuerpo depende del funcionamiento de la tiroides, y si tu tiroides no está trabajando como debe, tú tampoco. Sanar y atender tu tiroides es una de las formas más importantes de conectarte con tu cuerpo y una de las mejores para lograr una salud óptima.

En este libro aprenderás todo sobre tu tiroides: cómo funciona, por qué puede hacerte sentir tan miserable y qué puedes hacer para tener un diagnóstico más acertado. Aprenderás qué análisis debes realizar y qué opciones de tratamiento puedes explorar. También descubrirás cómo transformar tu salud por medio de la dieta y el estilo de vida correctos: sanar tu intestino, obtener los nutrientes necesarios para tu tiroides, evitar alimentos inflamatorios, liberar a tu cuerpo de su carga tóxica, tratar las infecciones y practicar una reducción efectiva de estrés. Hacia este fin, aprenderás qué tanto ejercicio es bueno para tu tiroides; dado que hacer mucho ejercicio o demasiado intenso en realidad puede interrumpir el funcionamiento tiroideo.

Lo mejor de todo es que descubrirás cómo deshacerte de esos síntomas, cómo disipar la niebla, cómo calmar la ansiedad y la depresión, cómo curar esas articulaciones dolorosas y las hormonas rampantes, cómo recuperar tu vida sexual, cómo perder esos kilos de más y nunca volverlos a recuperar, y sí, cómo hacer que tu cabello crezca de nuevo grueso y sano, mejor de lo que nunca lo has visto, y tener una piel brillante y un montón de energía para gastar.

Esto es lo que quiero para ti, una salud radiante por completo, y nada menos. Eso es lo que puedes esperar cuando tu tiroides funciona óptimamente y sigues la dieta y el estilo de vida que promueve una salud excelente. Sé que puedes hacerlo porque miles de pacientes lo han logrado. Si ellos pudieron llegar a su meta, tú también.

Toma el control de tu salud

Hay dos aspectos esenciales en la salud tiroidea, y el más importante depende de ti. Si sigues el plan de conexión con la tiroides del método Myers, el protocolo para una salud tiroidea completa que detallo en este libro, verás una mejoría dramática en tu salud, en tu vitalidad y en tu bienestar. Después de 10 años de usar este protocolo, tanto en mi práctica clínica como en mí misma, puedo prometerte que nada —y en verdad, nada— te hace sentir tan bien como darle a tu cuerpo lo que necesita.

El segundo aspecto de la salud tiroidea involucra trabajar en equipo con tu médico. En este libro aprenderás todo lo que necesitas saber para ello y para que puedas estar cien por ciento seguro de que estás recibiendo el diagnóstico correcto y el tratamiento más efectivo para ti. ¡Y vaya que te sentirás mejor cuando eso suceda!

¿Cómo lo sé? Porque antes de convertirme en una doctora especializada en tiroides fui una paciente de tiroides. Sé qué tan miserable puede volverse tu vida cuando tu tiroides no funciona. Especialmente sé qué tan devastador es pensar que no tienes más opciones, creer que no hay nada que puedas hacer más que resignarte a una vida de cambios de estado de ánimo, aumento de peso, ansiedad, depresión, niebla mental, fatiga y pérdida de cabello.

Lo sé porque lo viví. Cuando tenía 32 años tuve que lidiar con mi propia tiroides. Tenía un desorden espantoso que me hacía sentir como si mi cuerpo ya no fuera mío y mi mente se estuviera saliendo de control. Y aun siendo una estudiante de segundo año de medicina, capaz de comprender mejor que muchos la anatomía básica, mi propio doctor se rehusaba a creerme. “Oh —decía—, es sólo estrés. Además de que los estudiantes de medicina siempre piensan que tienen cada problema del que leen en sus libros.”

No. Tenía un desorden tiroideo genuino que mi médico se rehusó a

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos