Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes

Blanca García-Orea Haro (@blancanutri)

Fragmento

dime_que_comes_y_te_dire_que_bacterias_tienes-1

Prólogo

Ya estás aquí. En el principio de esta aventura. Gracias por unirte y por la elección del viaje. Pero sobre todo felicidades por quererte, porque aprender a cuidarte es la mejor forma de hacerlo.

Tienes en las manos un regalo, que ha sido mimado desde su concepción hasta este preciso momento en el que te has lanzado a abrirlo y empezar a sumergirte en él.

Todos los días oímos hablar de Salud desde cualquier ámbito, las más de las veces con poco rigor. Si se trata de Ciencia pasamos al extremo opuesto, donde los tecnicismos y la incomprensión son la norma.

Uno de los fines principales de la Ciencia es la divulgación y la transmisión veraz, accesible y actualizada de la información, tanto a los profesionales como a la población general, ambos cada día más ávidos de ella por el vertiginoso avance de estos tiempos tecnológicos. Para ello, se hace indispensable el uso de un lenguaje sencillo, actual y directo, clave para que llegue fácilmente y con claridad, razón de más al tratarse de información científica. Dicho de otra forma, que el mensaje cale en el lector sin que se pierda y a la vez asimile la información sin darse cuenta de que está ante un texto científico. Esto, querido lector, lo vas a ver y comprobar en estas páginas, gracias a que Blanca lo ha hecho para ti, al lograr combinar a la perfección ambas: Salud y Ciencia.

Puedes creerme cuando digo que este libro es un regalo, pues queda patente su generosidad al compartir sus conocimientos con todos nosotros en un tema tan vigente. Ella ha cribado la información, seleccionando la más rigurosa y actualizada, y nos la entrega «mascadita», lista para saborearla…, nunca mejor dicho, dado el tema que nos ocupa.

A diario nos llega información de todos los medios sobre este extenso y complejo campo. De la mano de Blanca viajarás por la microbiota y los entresijos del intestino, buceando a través de sus líneas de una forma apasionadamente amena. Estás a punto de ser conducido a través de pasajes a cada cual más interesante, y poder descubrir por ti mismo este apasionante mundo, de tal modo que términos como butirato, Bacteroidetes, probióticos o SIBO y conceptos como ayuno intermitente y eje intestino-cerebro ya no tendrán secretos para ti.

Quiero transmitiros una reflexión: no puedo sentir más que admiración por el trabajo que aquí se presenta y, sobre todo, un profundo respeto por la autora, pues el camino recorrido para llegar hasta aquí conlleva mucha dedicación: emplearse a fondo para obtener la información y elaborar este texto científico requiere de mucho tesón y una gran capacidad de trabajo. Pero por encima de todo, debo decirte que estás ante una gran muestra de generosidad, pues Blanca nos ofrece y nos comparte sus conocimientos adquiridos a lo largo de su trayectoria profesional de la mano de su buen hacer como nutricionista reconocida.

Hay un proverbio que dice: “Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría.”

Así que... ¿empezamos?

J. ABEL SALDARREAGA MARÍN

Médico especialista en Microbiología y Medicina de Familia

Compañero y amigo de la autora

dime_que_comes_y_te_dire_que_bacterias_tienes-2

Introducción

Todos sabemos que tenemos que comer bien, el problema es que pocas veces se entiende para qué sirve comer bien y cómo nos beneficia.

El propósito de este libro es explicar por qué debemos cuidar nuestra alimentación y así, desde la comprensión, nos será más fácil encontrar una motivación para llevarlo a la práctica.

Nos adentraremos en el mundo de nuestras bacterias y microorganismos, que llevan viviendo y evolucionando en nuestro interior desde que nacimos aunque hayan ido evolucionando durante los últimos milenios. Intentaremos explicar de una forma sencilla aquellos que tenemos específicamente dentro del tubo digestivo, en concreto las bacterias del intestino, que por otra parte son las mayoritarias, aunque también las tenemos en la piel, la nariz, la boca, el oído, los pulmones, la vagina, incluso en el ombligo.

Es importante saber que nuestro intestino es más que «un almacén de mierda» como todo el mundo piensa. De hecho, los microorganismos intestinales regulan el sistema inmunitario sin que nos demos cuenta. Es decir, cuando el intestino funciona bien, somos capaces de combatir las infecciones y enfermedades de forma exitosa, mientras que si no funciona de forma óptima se incrementará el riesgo de padecer enfermedades.

También se sabe que la microbiota (el conjunto de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo) regula el desarrollo y la función del cerebro, por lo que queda evidente el papel tan destacado que desempeña la microbiota en los cuadros de ansiedad, estrés e incluso en el caso de enfermedades neurodegenerativas. Así, más allá de avisarnos cuando nos toca comer, el eje cerebro-intestino influye en el estado de ánimo, en el comportamiento y, por tanto, en nuestro bienestar y en la evolución de determinadas patologías neurológicas.

El intestino alberga más de 100 billones de bacterias; ¡si pusiéramos todas nuestras bacterias en fila, darían entre 2 y 5 vueltas al mundo! Por ello es importante conocer la microbiota, saber cómo influye y funciona en el organismo, y cómo debemos nutrirla y cuidarla.

Aunque se trate de un campo de investigación muy extenso y bastante reciente, considero interesante y motivador conocer el impacto que tiene cada bocado de alimento que nos metemos en la boca, y no solo con respecto a la salud gástrica sino también a la mental, hormonal e inmunológica.

Cada bocado cuenta, y más en estos tiempos en los que somos cada vez más adictos a la comida basura y rápida, hábito que predispone a la población a una mayor exposición a enfermedades inmunes, depresión, ansiedad, etcétera. Esto ocurre porque nuestros comensales del intestino —las bacterias— esperan recibir un tipo de alimento tradicional que no llega, por lo que acaban extinguiéndose o alimentándose de algo que no toca. Por consecuencia no son capaces de desarrollar sus funciones habituales de digestión de nutrientes y entonces no pueden defendernos frente a patógenos ni generar compuestos beneficiosos para nuestra salud que nos aporten la energía que necesitamos.

Al final, nutrir a nuestras bacterias intestinales para que generen sustancias beneficiosas es una de las mejores decisiones que podemos tomar para cuidar nuestra salud. Sé que esta información difiere de lo que estamos habituados a escuchar, pero quiero que entiendas la repercusión que pueden tener tus hábitos de vida y tu alimentación sobre la salud. Te pongo un ejemplo: imagínate que tienes una enfermedad y te encuentras débil y no absorbes bien la medicación; en ese caso una buena alimentación te ayudará a sobrellevar mejor la enfermedad porque te sentirás con más energía y, por lo tanto, con mejor calidad de vida.

¿Quién no querría llevar su enfermedad lo mejor posible? ¿O quién no querría directamente no llegar a desarrollarla? La genética no lo

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos