
Entrevista a Maritchu Seitún y Sofía Chas: “Hay que descubrir los tesoros escondidos que nos trae el juego”
Maritchu y Sofía, madre e hija, desde hace tiempo escriben juntas y llevan publicados varios cuentos infantiles. Acaban de lanzar “Un ratito más”, un libro inspirador en el que decidieron dirigirse a madres y padres para abordar un tema central como lo son el juego y la lectura compartida.

EQUIPO PENGUIN KIDS
Hace ya varias décadas, María Elena Walsh cantaba: "Quiero tiempo pero tiempo no apurado, tiempo de jugar, que es el mejor". En Un ratito más, ustedes afirman que "sostener el juego es proteger el tiempo de la infancia". ¿Qué las motivó a escribir un libro sobre el juego?
Nos motivó a escribir este libro esta sensación de que se está perdiendo el tiempo libre, el tiempo de ocio, el juego. Sabiendo de todo lo necesario que son para la infancia tanto el jugar como la narración de historias nos pareció importantísimo escribir este libro. Justamente María Elena Walsh hablaba del tiempo de jugar como el mejor y no hay duda, confirmamos esto al ver a los chicos jugar. La revolución digital hace que los padres creamos que los chicos son nativos digitales y que no necesitan lo que necesitábamos nosotros de chicos, cuando esto no es real, el ser humano es nativo vincular y necesita de los vínculos para vivir y desarrollarse de la mejor manera. Este vínculo se genera y fortalece entre cuentos y juegos.
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Un ratito más
En el libro hay un análisis del juego desde la mirada de la psicología, desde un lenguaje sencillo y cercano, pero está claro que también escriben desde su rol de abuela/madre/hija. ¿Cómo fue el proceso de escritura y cómo es, para ustedes, trabajar juntas?
Fue un muy lindo proceso, en un inicio empezó Maritchu que estaba con más tiempo libre. Luego Sofi fue leyendo, metiendo su impronta y siguió desarrollando la parte de cuentos. Fuimos separando temas para que arme cada una y después nos cruzábamos los textos y corregimos directamente en el archivo. Tenemos mucha afinidad de criterios y conceptos por lo que nos editábamos una a otra sin problemas. Fue fácil porque agregábamos, cambiábamos, directamente en el archivo original y el libro es un trenzado hecho entre ambas. A medida que una leía lo de la otra, se le ocurrían nuevas ideas, muchas geniales y ahí por chat cotejábamos si se aprobaba la idea la agregábamos. ¡Pensar de a dos es muy enriquecedor!
El juego es entendido como un espacio de conexión entre adultos y niños. ¿Qué recomendaciones pueden hacerle a los adultos para que recuperen la disponibilidad para jugar?
Lo primero que diríamos -porque es imposible separarlo- de esto es que para estar disponibles tenemos que tener cuerpo y alma disponible y por eso recomendamos que el celular se quede, por ese rato de juego, lejos de donde estemos. A los chicos los confunde nuestra disponibilidad/no disponibilidad que es cuando estamos pero no estamos (porque estamos con el celular). Empecemos de a poco, no podemos pretender jugar una hora entera sin parar. ¡Lo vamos a disfrutar tanto que nos vamos a entusiasmar seguro!
También está bueno volver a conectarnos con lo que nos gusta hacer, desde leer un cuento, pintar mandalas, buscar actividades que puedan acompañar a los chicos mientras juegan pero que también nos diviertan a nosotros.
Por último, que se animen a conectar con sus propios niños interiores, con las cosas que les divierten. Que se animen a descubrir que jugar no es perder el tiempo sino ganar tanto más. Hay que descubrir los tesoros escondidos que nos trae el juego que a veces cuesta ver.
Hoy se ve muy claro el valor de los cuentos para acompañar en muchísimas situaciones de la vida diaria
Ante la cultura digital contemporánea, sostienen que no pretenden eliminar la tecnología de la vida familiar -sería imposible- ni desconocer la evolución digital, pero sí advierten sobre la importancia de moderar el uso de pantallas entre los más chiquitos (y no tan chiquitos). ¿Qué propuestas ofrecen a madres y padres en ese sentido?
Proponemos más que nada, que cada familia encuentre el equilibrio personal para ellos. No traemos fórmulas secretas pero sí sabemos que, al ser adictiva para todos, necesitamos moderar su uso. Elegir momentos para no usarla y tener claro que la tecnología está constantemente llamándonos la atención y requiere mucha voluntad no mirar el teléfono cuando sonó el pling.
Algunas sugerencias pueden ser
- Dejar el celular lejos por un rato
-No usar celular en la mesa (papá y mamá menos que nadie)
- Poner horarios de uso para todos, no solo para los chicos.
- Al entrar a casa poner el teléfono en modo avión.
- Que los celulares se dejen a una hora determinada y se carguen en un lugar que no sea la habitación.
- Enseñarles a los chicos sobre los beneficios pero también los daños que pueden producir los dispositivos tecnológicos y su uso excesivo.
Crédito: Rosario Lanusse
En el libro presentan la idea de "el buen juego", ¿a qué hacen referencia con esta noción?
El bueno juego es creativo, imaginativo, flexible, permite conectarnos con otros. El buen juego sacia, no necesitamos seguir interminablemente como con las pantallas. Es placentero y no adictivo.
Además de desarrollar todos los "secretos" que guarda el juego, una parte importante del libro está dedicada a los cuentos. Allí sostienen que todos somos contadores de historias. ¿Cuál es el valor de contar cuentos y por qué recomiendan hacer "cuentos caseros"?
Porque los cuentos -a diferencia del juego que, cuando termina, desaparece- se quedan ahí y acompañan por mucho tiempo al niño que está necesitando acompañamiento en algún tema. El cuento genera una relación entre el personaje y el niño y les da la seguridad y tranquilidad de saber que lo que les pasa no les pasa solo a ellos. El cuento se cuenta en intimidad, genera lazos fuertes y abre la puerta para que pueda haber conversaciones más profundas sobre los temas que está necesitando cada chico.
El libro incluye herramientas y recursos para trabajar la creatividad y la imaginación con nuestros hijos e hijas, ¿nos adelantan algunos?
El primero es dar tiempo al no hacer nada, animarnos a hacerlo, eventualmente ofrecer materiales no específicos, hojas, lápices, muñecos o disfraces genéricos (no de personajes que ellos conocen). Algunos chicos con nuestra mirada interesada se lanzan solos, otros necesitan un poco de ayuda, pero todos lo logran y ¡cómo lo disfrutan!
Indispensable que los adultos toleremos un poco de desorden, enchastre, gritos, también, y que toleremos que pongan reglas nuevas y originales a juegos viejos…
Lo que hicimos más que nada es revisar la historia, el baúl de los recuerdos y destapar, limpiar el polvo a los viejos juegos y cuentos de crianza que son esenciales para el buen desarrollo de los chicos en todo sentido. Con el tema de los cuentos hoy se ve muy claro el valor de los cuentos para acompañar en muchísimas situaciones de la vida diaria, eso lo explicamos porque es un recurso increíble, y también enseñamos cómo hacer su propio cuento casero sin necesidad de ser ni un gran escritor ni un gran artista.