
Un mundo de emociones
Si hay algo que caracteriza al ser humano es la capacidad de reflexionar acerca de sus propias experiencias, vivencias y sensaciones. Sin embargo, en la infancia, a veces es difícil poner todo ese mundo de emociones en palabras. ¿Cómo pueden ayudar los libros a que chicos y chicas se sientan más acompañados?

EQUIPO PENGUIN KIDS
Valentina es una niña dulce y tranquila. Pero cuando alguien le dice que no puede hacer algo que quiere hacer: agarrate. Así como el Demonio de Tasmania empezaba a girar en un remolino destructor en aquellos dibujitos animados de nuestra infancia, Valentina empieza a girar y a romper y a llorar y a patalear. "Valen, no podés comer estas galletitas a esta hora". "Valen, es hora de guardar". "Valen, vamos a la escuela". Remolino de ira, enojo y bronca, todo junto, con lágrimas en los ojos y puchero en la boca.
Desde que Manu se enteró de que iba a tener una hermanita todo su mundo cambió de pronto. Su mundo y también su manera de habitarlo. Pasó de ser un niño tranquilo a ser un niño enojado. De estar horas acostado en el piso con sus juguetes creando universos, a estar cascarrabias y quejoso. De construir edificios con ladrillitos a romper todo lo que encuentra a su paso. De sonreír a quejarse. De estar contento por la vida a estar apesadumbrado.
Primero fue la luz apagada. Después las siluetas que se formaban en la habitación a la noche con la silla de la esquina y la ropa que se acumulaba encima. Después fue el monstruo abajo de la cama. Todas estas cosas sumadas generaron el cocktail explosivo para que las noches de Juana se volvieran un momento de angustia y miedo.
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Cuentos, charlas, luces atenuadas, sillas sin ropa. El miedo de Juana les parece irracional a sus padres. Inexplicable. Hasta que se acuerdan de sus propios miedos y vuelven a recargar paciencia.
Seguramente estas escenas les resulten familiares a quienes tienen cerca a niños y niñas. El mundo de emociones que los rodea es muy grande y, frecuentemente, los adultos lo vivimos como algo que no podemos abordar fácilmente. ¿Qué hacer ante los enojos y berrinches? ¿Cómo acompañar a nuestros hijos que sienten miedo o vergüenza? ¿Cómo hacer para que no desarrollen inseguridades o una baja autoestima? En un mundo que cambia constantemente y en el que madres y padres sienten desconfianza en los modelos en los que fueron educados, es lógico que surjan los interrogantes y se busquen alternativas a los “viejos modos” de encarar estos aspectos de la crianza. Por suerte, en la actualidad, la investigación interdisciplinaria en campos como la neurociencia cognitiva y la psicología viene enriqueciendo nuestra comprensión de las emociones.
Pero, ¿cómo podemos hacer para que este conocimiento se traduzca en una mejora de nuestra vida emocional y la de nuestros hijos e hijas?
Para los adultos es un paso fundamental entender las propias emociones, de dónde vienen y qué vienen a mostrarnos. Recién a partir de eso será posible entender mejor las emociones de nuestros hijos e hijas. Pero además de entender, se trata de acompañar. Para hacerle lugar a sus emociones tenemos que ampliar el repertorio de recursos con los que criamos. Además de siempre propiciar las conversaciones sobre sus sentimientos y ayudarlos a poner en palabras aquello que sienten, es imprescindible acompañar las emociones desde su propio lenguaje, el de los cuentos y el juego. Desde hace un tiempo la literatura infantil viene haciendo aportes en este sentido: desde cuentos y relatos en los que chicos y chicas pueden sentirse fácilmente identificados y así pueden ponerle nombre a lo que sienten hasta títulos pensados específicamente para trabajar sobre el reconocimiento y gestión de ciertas emociones -que incluso incluyen herramientas y ejercicios para expresarlas y liberarlas-.
¡Disfrutá de esta selección de libros para acompañar emocionalmente a niños y niñas!

El mundo de las emociones Plim Plim (a partir de 2 años)
Los libros que tienen de protagonistas a los personajes favoritos de los dibujitos que miran chicas y chicos tienen un “plus”: seguramente lograrán engancharlos. Y eso es siempre bienvenido si buscamos encaminarlos al mundo de la lectura desde bien chiquitos. Plim Plim, un héroe del corazón es una serie de animación argentina y pasó de la pantalla a los libros con varios títulos. Uno de ellos es El mundo de las emociones de Plim Plim, ideal para compartir con chicos y chicas a partir de los 2 años, ya que a través de hermosas historias ayuda a conectar, identificar y reconocer las sensaciones que atraviesan día a día. Está escrito en colaboración con expertos en pedagogía y trae herramientas y ejercicios para hacer con los más pequeños del hogar.

El Principito - Tu libro de emociones (a partir de 4 años)
Este año un clásico de la literatura universal, El Principito, cumple 80 años. La historia del pequeño príncipe que vive en su pequeño asteroide y cuida su preciada rosa reflexiona desde una simplicidad absoluta sobre la amistad, el amor, la responsabilidad y el sentido de la vida. A los más, más chiquitos, incluso a los que todavía no saben leer, se les puede presentar este entrañable personaje a través de otros títulos. Uno de ellos, El Principito – Tu libro de emociones, toma al protagonista de la novela para ayudar a chicos y chicas a identificar y reconocer la gran cantidad de emociones que experimentan día a día. El libro incluye también una serie de ejercicios de respiración consciente que los niños pueden usar para regular sus emociones.

A Lucas se le perdió la A (a partir de 4 años)
La colección de Lucas ya tiene más de veinte años y sus historias, llenas de imaginación y fantasía, vienen acompañando a varias generaciones de lectores. La pluma de Silvia Schujer acompañada por los inconfundibles dibujos de Huadi creó un personaje adorable: Lucas, un niño soñador, tierno y algo despistado. El nacimiento de un hermanito siempre genera un revoltijo de emociones, y eso viene a contarnos Lucas en A Lucas se le perdió la A, en el que el bebé Simón vino a trastocar todo su mundo. Y, encima, empezó a perder todo: su tortuga, la almohada… ¡hasta la letra “a”! Perder una letra trae aparejados muchísimos problemas, lo que hace que Lucas pueda poner todo en perspectiva y darse cuenta de que, finalmente, tener un hermanito no es tan grave.

Federico y el tiempo (de 0 a 3 años)
Graciela Montes y sus relatos acompañan a las infancias desde hace décadas. Es autora de la serie Federico en la que, a través de sus diferentes títulos, se retratan escenas cotidianas en las que chicos y chicas pueden verse fácilmente reflejados. Enojo, miedo, tristeza, vergüenza son algunas de las sensaciones que aparecen en las breves y tiernas historias de la colección y la lectura compartida con quienes están transitando la primera infancia -esa etapa en la que todo es tan intenso, asombroso y apasionante- puede acompañar a atravesarlas. Federico está creciendo y tratando de entender el mundo, y en Federico y el tiempo da un hermoso paseo por el pasado y el futuro de la mano de su abuela..

La joya interior (a partir de 12 años)
Hace diez años el primer libro de Anna Llenas Serra, El monstruo de colores, se convirtió en una referencia de la educación emocional y tuvo una gran recepción entre el público (incluidos docentes y terapeutas). Este año, la autora publicó un nuevo título, La joya interior, en el que la intención sigue siendo profundizar en las emociones a través del arte, invitando a conectar con esa joya interior con la que todos nacemos, nuestra esencia, lo más preciado. Volver a mirar hacia adentro y detenernos en nuestras necesidades, emociones y sentimientos es la propuesta de la autora con esta historia que, además, ilustra con ese estilo tan personal y característico. Un libro sugerido para mayores de 12 años pero que es, en realidad, para todas las edades.

Cuentos para entender el mundo 2 (a partir de 7 años)
El reconocido escritor español Eloy Moreno seleccionó cuentos con los que creció; antiguos cuentos que, según sus palabras, moldearon su forma de ser y los adaptó a los tiempos actuales -modificando el lenguaje, los personajes, los escenarios. El resultado es un compilado de hermosos relatos -reunidos en dos tomos de Cuentos para entender el mundo- que, a través de sus moralejas, invitan a reflexionar sobre el mundo y la vida. Los cuentos son muy breves y vienen acompañados por bellísimas ilustraciones. Como sugiere el autor, son ideales para compartir al momento de antes de irse a dormir, uno por noche, y saborear la historia para luego, al día siguiente, intentar comprenderla y, así, entender mejor al mundo.