Álvaro Uribe por Tedi López Mills: preámbulo a un Tríptico
El 2 de marzo de 2022 falleció el escritor Álvaro Uribe, a causa del cáncer. Ya antes, en dos ocasiones, había padecido esta enfermedad. Siempre que la enfrentó llevó un diario, un registro lúcido y minucioso de sus días. «Tríptico del Cangrejo» reúne esa triple bitácora. En este texto, la poeta Tedi López Mills, esposa de Álvaro Uribe, anota algunas precisiones sobre la génesis de este libro luminoso y estremecedor, de este «consuelo doloroso y enorme».
Por Tedi López Mills
Tríptico del Cangrejo se explica solo. Sus extraordinarias cualidades literarias son las que distinguen toda la obra de Álvaro Uribe: en esencia, una prosa que compite discreta y astutamente consigo misma para ser aún mejor frase tras frase. El libro es minucioso, tajante, poco aprensivo, mordaz, irónico, valiente, lúcido, apenas sentimental. A tantas virtudes sólo puedo añadir algunas precisiones que, espero, aclaren el contexto de su triple génesis.
1.
Tan pronto se enteró Álvaro del diagnóstico de cáncer en el pulmón derecho el 7 de enero de 2008, empezó a escribir un diario, casi todos los días durante once meses en un cuaderno verde, muy elegante, que alguien le regaló en alguna lejana fiesta de Navidad. En 2009, transcribió el diario en su computadora, elaboró un prólogo y le puso al conjunto de páginas: Cuaderno de la paciencia. El propósito era publicarlo de inmediato, pues tal como lo señala él con toda claridad en su prólogo: «luego de tantos años de ejercer un oficio que comparte con el más antiguo del mundo la necesidad o el afán de desnudarse ante el prójimo, uno ya no escribe, incluso en los momentos de veras íntimos, sin pensar, aunque sea al sesgo, en un hipotético lector».
Al cabo de un tiempo, Álvaro decidió posponer de modo indefinido la publicación del libro con el argumento convincente de evitar que el cáncer ya superado se convirtiera de ahí en adelante en el único tema de su vida, digamos, pública, y con la determinación de convertir ese paréntesis dramático en materia prima de sus dos novelas próximas: Morir más de una vez y Autorretrato de familia con perro. Aunque no se esfumó el miedo razonable a que reapareciera el cáncer, Álvaro abrigó durante años la casi certeza de que ya había librado y ganado la batalla contra esa enfermedad.
El íntimo invasor
2.
Sin embargo, el 23 de marzo de 2018 hubo otro diagnóstico de cáncer, ahora en la próstata. En esos días, Álvaro estaba terminando la que resultó ser su última novela, Los que no. Comenzó a escribir un segundo diario —El árbol—, pero en esta ocasión lo incorporó a la trama de la obra en proceso. Fue el desenlace, el matiz sombrío que le recuerda al protagonista que nadie, ni siquiera aquellos que sí encuentran lo que buscan, está en realidad a salvo: sólo pasajeramente.
3.
En noviembre de 2021, Álvaro recibió de nueva cuenta un diagnóstico adverso: «tumor maligno en el pulmón izquierdo». El viernes 19 de ese mismo mes, en un cuaderno Scribe, redactó el primer párrafo de la primera entrada del diario que tituló Tres Cangrejos: «Otra vez. Para ser exacto: la tercera vez. Con más detalles: la tercera vez en poco menos de 14 años».
A partir de esa fecha y hasta el 23 de febrero de 2022, le dedicó todos los días, salvo sábados y domingos, media hora o una hora a su cuaderno. Cuando el doctor le dijo que era necesario internarlo, Álvaro prefirió no meter el diario en su portafolio por miedo a que se perdiera. La entrada del 1 de marzo de 2022 la escribió en mi libreta. Murió al día siguiente.
Álvaro quería que los tres diarios se publicaran en un volumen. Ya había pensado en el título y me lo anunció con una sonrisa en la habitación del hospital. Transcribí las páginas manuscritas del cuaderno Scribe en las semanas posteriores a su muerte. Nos reconocí viviendo esos días —que resultaron ser los finales— como si hubieran sido el principio de una época difícil, aunque transitable. Pero de repente lo posible se hizo imposible. Queda el consuelo doloroso y enorme de este testimonio.
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