Yo no peleo, tú no peleas

Alejandra Stamateas

Fragmento

Capítulo uno
Los otros yo

Constantemente, nos relacionamos unos con otros. Somos seres sociales y, como tales, vivimos en medio de personas. Con algunas de ellas, establecemos una relación empática y el vínculo fluye sin dificultades, pero no siempre es así. Muchas de nuestras relaciones, debido a las características y los rasgos propios de cada persona, son, en algunos casos, muy conflictivas.

Me cuesta relacionarme con la gente

Las relaciones interpersonales suelen estar llenas de problemas que, en ocasiones, pueden llegar a transformarse en verdaderas batallas. Generalmente, esto es producto de la tensión entre dos personas que tienen puntos de vista muy diferentes acerca de un tema. Tal vez, como a mí, alguna vez te dijeron que no sabías criar a tus hijos, y eso te enojó. No estás sola, a nadie le agrada que le reprochen la manera en que actúa en ciertos aspectos de su vida.

Cuando surgen problemas dentro de una relación interpersonal, tendemos a resolverlos de tres maneras básicas:

  • Hay quienes evitan aquello que les desagrada y se encierran en sí mismas. No manifiestan lo que sienten y, aunque por dentro desean expresarle al otro sus pensamientos, callan por temor a que suceda algo peor.
  • Por el contrario, está quien, ante el más mínimo conflicto, reacciona agresivamente y expresa lo que siente sin tacto alguno.
  • Y por último, hay quienes reaccionan en forma impredecible: por momentos estallan y por momentos se refugian en sí mismas. Mientras que un día pueden pasar por alto algún conflicto, al siguiente pueden encenderse con toda su furia por ese mismo inconveniente. Al ser tan impredecibles, nunca se sabe cómo van a reaccionar.

Cuando entablamos una relación, ya sea de pareja, amistad o trabajo, deseamos que funcione. Y es por eso que, cuando surge un conflicto, tendemos a negarlo o minimizarlo. Por ejemplo, conoces a un hombre que tiene adicción al alcohol y te convences de que es un bebedor social. Así, muchas mujeres inician una relación de pareja y, a los pocos meses, descubren que él es violento o que les había mentido. Por empeñarnos en que la relación funcione a pesar de las señales de alarma, muchas veces tendemos a soportar situaciones que luego traen graves consecuencias.

El anhelo de que un vínculo que entablamos funcione lleva a que muchas personas utilicen el engaño. Crean una realidad alternativa en la que no se muestran como son, sino que venden una imagen falsa. Por ejemplo, dicen: “Tuve tanto éxito en este negocio que ahora voy a abrir una cadena”, pero en realidad les ha ido mal económicamente y las deudas los asfixian. De esa misma manera, muchos hombres se valen de las redes sociales para seducir a una mujer poniéndose una fachada con la que aparentan ser algo que en realidad no son. Otras personas, por su parte, aparentan buscar una relación de amistad cuando en el fondo lo que buscan es amor. Algunas personas esconden sus sentimientos y fingen buscar un tipo de relación para tratar de conseguir otra, por eso aparecen situaciones en las que hay una mujer celando a su amigo sin que este pueda entenderlo porque ella no ha sido sincera con él.

El hecho de poner expectativas muy altas en una relación interpersonal suele desatar grandes conflictos. Me refiero a esperar que una pareja sea la proveedora de todo o que una amistad sea indestructible o que una determinada situación económica conduzca al negocio perfecto. Cuando dichas expectativas no se cumplen, es muy probable que sobrevenga la frustración o la sensación de estafa.

Cuando estés pasando por un momento crítico en una relación interpersonal hay tres preguntas que tienes que hacerte:

  • ¿Estoy negando algo de esta relación? Pregúntate: “¿Estoy negando que mis hijos no quieren salir a trabajar y ya son adultos?”, “¿Estoy negando la adicción de mi pareja?” o “¿Estoy negando que mi empleada llega tarde siempre porque en realidad no quiere trabajar más en ese empleo?”. Ten en cuenta que aquello que estás evadiendo podría estallar en un momento inoportuno si no lo tratas a su debido tiempo.
  • ¿Son coherentes mis expectativas respecto a esta relación? Si al establecer una relación de pareja pretendes que el otro esté las veinticuatro horas del día a tu lado, tu expectativa no es coherente, pues prácticamente estarías anulando la vida de esa persona. Distinto es el caso si él trabaja, hace las actividades que le agradan y luego tú esperas que esté contigo cierta cantidad de horas. Es importante que corrobores que tus expectativas son coherentes y razonables, de lo contrario, surgirán grandes problemas.
  • ¿Estoy quitándome poder para otorgárselo al otro? Cada vez que le entregamos al otro todo el poder, nos quedamos sin saber cómo enfrentar la vida solas. Si lo hiciste, debes volver a empoderarte porque, de lo contrario, es muy probable que vuelvas a cometer el mismo error con el próximo hombre que conozcas.

Relaciones interpersonales sanas

¿Qué tiene que haber en una relación interpersonal para que sea sana? Analicemos algunas características para tener en cuenta:

1. Integridad

Es un ingrediente sumamente necesario para que una relación interpersonal funcione. Por ejemplo, no puedes pretender tener éxito en una sociedad con alguien que obtuvo el capital mediante una estafa, robo o defraudación. O esperar que una relación de pareja sea exitosa si esta se ha basado en la mentira o la traición.

Tus relaciones interpersonales tienen que servirte para aumentar y no para disminuir lo que eres.

Lamentablemente, mucha gente necesita tan desesperadamente un amigo, una pareja o alguien en quien confiar que termina entregándole todo su poder a esa relación. Así, le expresan a la otra persona: “Sin ti no soy nada” o “Cuando hablo contigo siento que vuelvo a vivir”. Estarás en desventaja cada vez que entres en una relación pensando que el otro resolverá tus problemas porque esa persona no logrará cumplir tan altas expectativas. No dejes tu vida en manos de otros, porque pueden desviarla y usarte para sus propósitos desleales. Conozco el caso de una mujer que tuvo una relación con un hombre falto de integridad que, a través de manipulación, mostrándole amor y afecto, hizo que firmara unos escritos. Le dijo que esa documentación era muy importante para su progreso y que no perjudicaría su economía. El hecho es que la mujer le creyó. Tiempo después, a causa de esos documentos, fue enjuiciada y sentenciada a prisión, perdiendo no solo su propiedad, sino también su libertad. Es sumamente importante que no dejes tus decisiones en manos de otra persona. Eso no es necesario, porque ya tienes en tu interior sabiduría y, si te unes a alguien, debe ser solo para que ambos crezcan.

2. Deudas

La mejor manera de no tener ataduras con la gente es saldar todos los tipos de deudas que existan en tu vida. Cua

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos