Prólogo
Dani Rovira y el envés del mundo
Dicen que en la primera frase de una novela está encerrada la novela entera. La primera vez que yo vi a Dani Rovira estaba contando un cuento. Así empieza nuestra historia y creo que es sintomático. Ya sea en la tele, el cine o el teatro, ya sea como actor, narrador o escritor, Dani Rovira ha dedicado su vida a las historias.
Por eso, que tengamos entre las manos estas Agujetas en las alas no es más que una constatación de lo evidente: que es un hombre lleno de historias y que, ¡suerte la nuestra!, ha decidido compartirlas desde el lugar íntimo de la escritura.
Agujetas en las alas es una recopilación de microcuentos, historias mínimas que, como el título indica, juntan lo cotidiano con lo maravilloso, o, para hilar más fino, toman lo maravilloso como cotidiano y lo cotidiano como maravilloso. Hay en estos cuentos un mirar al mundo asombrado, como el que mira con los ojos de un niño y se sorprende ante lo que a los demás nos parece evidente.
Dani Rovira aspira, como Borges, a ordenar el caos, a darle el nombre exacto a las cosas, y para ello utiliza un ingenio tierno heredado de Gómez de la Serna, exprimiendo la poesía que la rutina a veces nos empaña y entrelazándola con el humor que le caracteriza.
Así, en su análisis minucioso de la realidad, nos va dejando píldoras de buen humor y de una inteligencia esperanzada, pues no solo crea mundos de lo real y lo imaginario, sino un mundo mucho más importante que es el de la esperanza. Dani Rovira, y es algo que cada día necesitamos más, nos propone un mundo mejor.
Agujetas en las alas es un libro para disfrutar, para dejarse ir con cada una de las breves historias que se lanzan descolocándonos y regalándonos nuevas formas de mirar las cosas, para enredarse en sus palabras que se quiebran sobre si mismas en el puro placer de jugar con el lenguaje.
Dani Rovira nos invita a una visita guiada por el envés del mundo, nos muestra el otro lado de las cosas, su parte mágica, la que no habíamos captado. Disfruten de esta otra forma de entender la vida. Déjense llevar, atrévanse a volar aunque luego sientan algunas agujetas en las alas.
Ángel Talián
Jamás consiguió ser
el primero en nada, pero
cuando logró enamorarla
consiguió ser el último.
Durante toda su vida acostumbró
a dejar miguitas de pan por el camino.
Cuando decidió volver, se encontró a
sí mismo, de niño.
Cada vez que ella nevaba, él
llovía y, así, fueron inventando
nuevas y meteorológicas formas
de expresar desamor.