Sofía. Nuestra reina

Fragmento

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I
La reina cumple ochenta años

La reina Sofía cumple ochenta años, una edad más que respetable en la vida de una persona, y lo hace llena de energía, con una salud envidiable, según cuenta el equipo médico que se encarga de velar por su bienestar, con decenas de planes solidarios que pretende llevar a cabo en el futuro dentro de su objetivo vital de ser útil a los demás, y con el ánimo de disfrutar y estar muy cerca de su familia, especialmente de los ocho nietos que tiene de sus tres hijos.

Afronta esta nueva etapa de su existencia con la misma ilusión de siempre de mantenerse activa, de seguir adelante con la Fundación Reina Sofía, que le permite hacer realidad su voluntad de ayudar a quienes más lo necesitan, de continuar con la protección de los animales, el respeto del medio ambiente, el apoyo a la investigación del mal de Alzheimer y tantos otros proyectos que tiene entre manos siempre porque cree que esos son sus deberes como reina.

Doña Sofía ha sido, es y será siempre una persona cuya prioridad es, en primer lugar, la de servir a los españoles a través de la institución de la monarquía y, en segundo lugar, estar a disposición de su familia, especialmente en momentos tan difíciles como los que se han vivido en los últimos tiempos en el seno de la familia real.

A pesar de todas las dificultades, que se irán desgranando a lo largo de las páginas de este libro, la reina Sofía afronta el cambio de década de los setenta a los ochenta con grandes dosis de esperanza, entereza y también ilusión, esta última debida sobre todo a una circunstancia que le hace especialmente feliz: la mejoría sustancial de su relación con el rey Juan Carlos, su marido. Él está desde hace un par de años por la labor de recomponer la relación personal con la reina Sofía; los hemos visto juntos en los últimos meses en actividades oficiales que desempeñan en pareja, con gestos cordiales y amistosos evidentes entre ellos, incluso intercambiando frases que han provocado de nuevo la sonrisa e incluso la risa franca y sonora de ella. Hay numerosos testimonios gráficos que atestiguan ese acercamiento entre ambos, como por ejemplo la primera comunión de la infanta Sofía o la celebración del cumpleaños de los reyes noruegos, en la que una imagen desveló cómo él la protegía con un paraguas para evitar que se estropeara un elegante traje de noche que vestía ella en esa ocasión.

SE NORMALIZA LA RELACIÓN ENTRE DON JUAN CARLOS Y DOÑA SOFÍA

Personas cercanas a don Juan Carlos aseguran que él ha recapacitado sobre lo ocurrido en épocas anteriores —cuando se limitaban al mínimo las apariciones públicas de los dos juntos—, en las que cada uno miraba para un lado distinto y la tensión entre ellos era evidente para cualquiera. Don Juan Carlos se ha esforzado por arreglar las cosas entre los dos, por recomponer una relación si no a nivel sentimental, sí desde el punto de vista de compartir con cordialidad y en un buen ambiente su mutua responsabilidad como parte de la institución de la Corona.

Esa normalización de relaciones entre ellos no solo se produce en el ámbito de la vida oficial, sino que también se traduce en su vida privada. Fuentes particulares muy próximas a varios miembros de la familia real cuentan que desde hace unos meses don Juan Carlos cuenta con doña Sofía a la hora de aceptar la invitación a cenar de amigos suyos de hace años, a quienes pide que inviten también a la reina. Hace unos meses se publicaba una foto de ella saliendo de un establecimiento cercano a la capital madrileña, que más tarde abandonó el rey junto con otros amigos, después de compartir un almuerzo a base de setas, que a ella le gustan mucho.

Lo mejor de este acercamiento es que la reina Sofía está encantada con el esfuerzo que hace su marido por arreglar las cosas entre ellos, ve que él ahora la atiende, la escucha cuando quiere consultar algo con él, sabe que tiene abierta la puerta de su despacho particular, situado en la planta baja de su residencia del Palacio de la Zarzuela. Doña Sofía ha notado que su marido se preocupa de que esté informada de las cosas más importantes, porque a ella lo que le gusta es estar al tanto de lo que ocurre y que no se la deje al margen de los asuntos familiares.

La explicación que dan de esta reconciliación quienes conocen mejor al anterior jefe del Estado es que él también cumple ochenta años, se está haciendo mayor y se ha dado cuenta de que es mejor y más civilizado normalizar la relación con la reina, que ha estado muy sola durante muchos años porque, a diferencia de él, no ha tenido un círculo de amigos cercanos, personas que le siguen llamando y con los que mantiene la amistad de siempre.

La actitud de doña Sofía durante los años que la distancia entre ellos era abismal ha contribuido a que la aproximación de ahora sea factible, ya que hay que recordar que ella ha demostrado, durante todo ese tiempo de alejamiento, que era capaz de mantener el tipo sin que trascendiera su sufrimiento ni exteriorizara un mal gesto por algo que le hiciera padecer de él. La reina ha guardado las caras largas y sus penas para su intimidad con el fin de que nadie notara lo que pasaba por dentro de ella.

Personas que han trabajado dentro de la Casa de S. M. el Rey destacan que incluso en los momentos en que ellos apenas se hablaban y dejaron de viajar juntos al extranjero, don Juan Carlos siempre ha hablado públicamente con gran respeto hacia ella e igual admiración hacia la labor que ha desarrollado como consorte del rey. Esas mismas personas señalan que en el caso de doña Sofía, lo que la reina siempre ha puesto de manifiesto ha sido auténtica devoción por su marido. Nunca se ha cortado a la hora de expresar el amor que ha sentido siempre por don Juan Carlos, que le llevó a dejar su país, su familia y todo lo que la rodeaba para seguirle a él a un destino muy incierto del que no se sabía cómo iban a salir las cosas.

LOS ACTOS DE CELEBRACIÓN DE LOS OCHENTA AÑOS

Aunque la casa real española es poco aficionada a celebrar con grandes fastos los aniversarios señalados de cualquiera de sus miembros, esta vez se decidió a organizar unos actos que conmemoraran el doble cumpleaños de los reyes anteriores, el 5 de enero el de don Juan Carlos y el 2 de noviembre el de doña Sofía. Entre los dos, el quincuagésimo aniversario del rey Felipe, nacido el 30 de enero de 1968, si bien este no iba a tener la misma relevancia que los de sus padres. En principio, no se anunció con antelación por parte de la Casa de S. M. el Rey cómo se iba a celebrar ese triple aniversario en el que padres e hijo alcanzaban eso que se da en llamar una cifra redonda, por significar un cambio de década en su recorrido vital.

La celebración de la Pascua Militar, que cada 6 de enero se conmemora con un acto en el Palacio Real, marcó el inicio de esa serie de actos que han servido a lo largo del año para reconocer la labor de los anteriores reyes, algo que no se hizo en los meses posteriores a la abdicación de don Juan Carlos en 2014. Es decir, que lo que se ha hecho es que el ochenta cumpleaños de ambos haya servido de percha para rendir homenaje de alguna manera a la inmensa labor realizada por los padres del actual monarca a lo largo de sus casi cuarenta años de reinado. De ahí que don Juan Carlos y doña Sofía asistieran por primera vez desde la abdicación al acto de la Pascua Militar junto con los actuales reyes; fue una pena que el mal tiempo impidiera que se llevara a cabo una parada militar especial en honor del que fue capitán general de las Fuerzas Armadas durante treinta y nueve años.

Afortunadamente, lo que sí pudo realizarse fue el homenaje de Felipe VI a su padre en el Salón del Trono del Palacio Real, por medio de unas palabras incluidas en su discurso ante los altos mandos castrenses.

«Felicidades, Majestad; y gracias, también, por tantos años de servicio leal a España, por tu ejemplo vistiendo con honor el uniforme y siempre velando por la excelencia y el compromiso de nuestras Fuerzas Armadas con nuestra democracia, nuestra libertad y nuestra seguridad».

Don Felipe quiso en el mismo acto anticiparse al cumpleaños de su madre, a quien dedicó también unas cariñosas palabras: «Felicitamos todos también a la reina Sofía, que tanto cariño y cercanía ha demostrado siempre hacia la gran familia militar».

El día anterior, 5 de enero, fecha real del cumpleaños, don Juan Carlos reunió en el Palacio de la Zarzuela a unas setenta personas de su familia, tanto la más próxima —doña Sofía, los reyes actuales y sus hijas Leonor y Sofía, y la infanta Elena con Felipe y Victoria, sus dos hijos— como la más lejana. De esos nueve miembros de la familia real y la familia del rey, se publicó una fotografía oficial en la página web con la ausencia destacada, eso sí, de la infanta Cristina, su marido y sus cuatro hijos, que seguían apartados de la vida oficial y también de algunos eventos familiares debido a su implicación en el caso Nóos.

Posteriormente, ha habido otros actos enmarcados dentro de las actividades previstas por el octogésimo cumpleaños de don Juan Carlos, como la visita del monarca actual y su padre al buque escuela de la Armada Juan Sebastián Elcano, en el que ambos monarcas se formaron como marinos. La visita de los dos reyes marcó el inicio de los actos que van a conmemorar el quinto centenario de la primera vuelta completa al mundo que realizaron los navegantes Magallanes y Elcano.

Otro acto de homenaje importante al rey Juan Carlos fue el organizado por la Real Academia de la Historia, en el que se reconoció el importante papel que desempeñó el anterior monarca durante su largo periodo de reinado. Su intervención sirvió para renovar su compromiso con España, que, según dijo, «permanece vivo en mi corazón junto a la intensa satisfacción por el deber cumplido». El historiador y académico Juan Pablo Fusi definió a don Juan Carlos como «la persona que pilotó el cambio que permitió la construcción de un nuevo orden político en España».

EL TOISÓN PARA LEONOR EN EL QUINCUAGÉSIMO CUMPLEAÑOS DE FELIPE VI

En el caso del actual jefe del Estado, la sorpresa fue que se eligiera el quincuagésimo aniversario de su nacimiento para celebrar un acto de hondo sentido dinástico para la familia real: la imposición del Toisón de Oro por parte de don Felipe a la princesa de Asturias, Leonor de Borbón Ortiz. La tradición familiar de los Borbón manda, desde hace cinco siglos, que esa condecoración de honda raigambre histórica se entregue por los reyes a sus herederos en los primeros años de su vida. Así lo hizo el rey anterior con su hijo Felipe cuando este cumplió trece años, uno más que Leonor, aunque ella cumple este año los mismos que tenía su padre entonces. El único que no recibió la condecoración de manos de su padre fue el rey Juan Carlos, a quien le impuso el Toisón su abuelo Alfonso XIII en Roma, a los pocos días de nacer. El conde de Barcelona, su padre, no podía entregarle la distinción ya que solo pueden hacerlo los reyes y él era solo el heredero de los derechos dinásticos y príncipe de Asturias.

Dejando de lado solemnes ceremonias, bailes y cenas de gala con otros miembros de la realeza extranjera, como es costumbre en la mayoría de las monarquías europeas, el actual jefe del Estado optó por convocar a la familia real en el Salón de Columnas del Palacio Real para celebrar su medio siglo de vida con un acto lleno de simbolismo del que fue protagonista absoluta una princesa de doce años. Fue un gesto de reconocimiento del rey hacia su heredera en el que le impuso la máxima condecoración que concede la dinastía de los Borbones, pero también el momento oportuno para instruir a Leonor en los principios que deberán regir siempre su actuación.

«Te guiarás siempre por la Constitución, cumpliéndola y observándola; servirás a España con humildad y consciente de tu posición institucional y harás tuyas todas las preocupaciones y las alegrías, todos los anhelos y los sentimientos de los españoles».

Leonor demostró con su sonrisa permanente, sus gestos de respeto al hacer una reverencia a sus padres y a sus abuelos, y su actitud sencilla e impecable que ya está preparada para asumir el protagonismo que le corresponde.

Para sus abuelos don Juan Carlos y doña Sofía fue una gran satisfacción poder estar presentes en una ceremonia tan emotiva, en la que a más de uno de los presentes le brillaron más de la cuenta los ojos, aunque trataron de evitar que asomara alguna inoportuna lágrima por aquello de que a los miembros de la realeza les está vetado emocionarse en público. Pero para los anteriores reyes estar junto a la princesa de Asturias, su nieta, en un día tan importante para ella, compartir la alegría de ver a tres generaciones juntas de la familia real con el Toisón de Oro en su pecho fue la mejor de las celebraciones posibles del quincuagésimo cumpleaños de don Felipe, su querido hijo.

DOÑA SOFÍA, LA MÁS VALORADA EN LAS ENCUESTAS

Cuatro años después de la abdicación de don Juan Carlos y la proclamación de Felipe VI, es evidente que los tiempos en que la institución monárquica llegó a estar bajo mínimos y su gestión suspendía con un 3,7 se han superado completamente. La valoración de los integrantes de la familia real ha dejado atrás el suspenso y llega a ser calificada de notable para dos de sus integrantes: el rey Felipe y la reina Sofía, su madre, que está colocada a la cabeza de la lista de todos los miembros de la monarquía.

El máximo responsable de la empresa Metroscopia, José Juan Toharia, subrayaba en un artículo publicado el día del octogésimo cumpleaños del anterior monarca una buena noticia para los componentes de la Corona: «Siete de cada diez españoles evaluaron de forma favorable el modo en que Felipe VI ha desempeñado sus funciones, y esa misma proporción de encuestados consideraba que el nuevo rey ha contribuido a proyectar, hacia el exterior, la mejor imagen de nuestro país».

Toharia, en ese mismo artículo, destacaba que la excepcional dureza de los últimos tres años y medio para la sociedad española y para la Corona se había producido porque ambas habían sido puestas a prueba y tanto una como otra habían tenido que dar repetidas muestras de paciencia y resiliencia ante la incapacidad de las principales instituciones y figuras públicas del país para remediar, o paliar al menos, tanto error, daño y sufrimiento en gran parte evitable.

Al entrar en datos concretos de la valoración de cada uno de los miembros de la familia real, algo que sí han hecho otras empresas de sondeos, todas coinciden en señalar a la madre del actual jefe del Estado como la persona más valorada por la opinión pública española, seguida de su hijo, el rey Felipe.

El sondeo de opinión más reciente sobre lo que piensan los españoles sobre la familia real es el publicado en el verano de 2018 en el diario ABC, realizado los dos últimos días del mes de julio de ese año por GAD3, una solvente empresa encabezada por el sociólogo Narciso Michavila, dedicada hace años a analizar la opinión de los ciudadanos sobre temas muy diversos.

En ese estudio, en el que se preguntó a los encuestados su valoración sobre los distintos miembros de la familia real, un 76,2 por ciento aprueba la actuación de la reina Sofía por delante de todos los integrantes de la institución monárquica. El rey Felipe VI le sigue en la lista de mejor valorados por los españoles y alcanza un 75,3 por ciento de aprobación. La tercera en la encuesta de valoración de la familia real realizada por GAD3 es la reina Letizia, que alcanza un 54,7 de porcentaje por parte de las personas consultadas para el estudio, un 20,6 por ciento menos que su marido, el actual monarca reinante. El último de la lista es el Rey Juan Carlos, que se queda con un 54,7 por ciento de aprobación, una nota nada despreciable al haberse llevado a cabo el sondeo de opinión después del escándalo provocado por las declaraciones de Corinna Larsen en las que lanzaba graves acusaciones contra el anterior rey de España.

Es destacable en los resultados del sondeo de la empresa dirigida por Narciso Michavila que la franja de edad de los que otorgan la valoración más alta a los cuatro miembros de la Familia Real es la comprendida entre los 45 a los 65 años o más. Al contrario de lo que pasa a los que dan la valoración más baja que son los encuestados cuya edad oscila entre 18 a los 29 años, que sólo otorgan un aprobado a los integrantes de la institución de la Corona. Por cierto, el 86,6 por ciento de los consultados se declararon de acuerdo con la afirmación de que la reina Sofía ha desempeñado su papel institucional a lo largo de los años con profesionalidad.

Según el macrosondeo de El Español/Sociométrica, realizado en 2017, la Corona como institución es aprobada con una nota de 6,4, lo que supone un sustancial aumento respecto a los años anteriores a que se produjera el relevo en la institución monárquica.

Al ver los resultados obtenidos por cada uno de los integrantes de la monarquía, la lista está liderada por la reina Sofía, que alcanza la nada despreciable nota de 7,5; es decir, que un 73,6 por ciento de los encuestados aprueba la forma en la que ella desempeña su papel, a pesar de que ya no ocupa la primera fila en la institución, algo que ahora hace la reina Letizia. El rey Felipe es el segundo de ese ranking, con una nota de 7,3 y un 71,9 por ciento de aprobación de la forma en que ejerce su función de jefe del Estado. La tercera de la lista es doña Letizia, que alcanza una nota de 6,3 y un porcentaje de 62,3 por ciento de personas que suscriben su tarea de consorte real. Y el último de la lista es el rey Juan Carlos, que obtiene un 6,1 de nota y la aprobación del 58,1 por ciento de los encuestados.

El diario digital El Confidencial también encargó su propio sondeo sobre la familia real al Instituto DYM cuando se cumplieron los mil días de la proclamación de don Felipe como nuevo rey de España. El objetivo de esta encuesta, hecha en la primavera de 2017, es comparar la forma de ejercer de los nuevos reyes con la que desempeñaron los anteriores. En este caso, el sondeo de DYM muestra que un 36,1 por ciento de los ciudadanos españoles considera que Felipe VI ha hecho mejor trabajo que su padre en el desempeño de sus funciones de jefe del Estado, si bien un 47,4 por ciento no aprecia grandes cambios y solo un 6,6 cree que lo ha hecho peor. En el caso de la reina Letizia, los resultados varían, ya que tan solo un 10,2 por ciento cree que su labor es mejor que la de su suegra, la reina Sofía, un 56,5 piensa que lo está haciendo igual que su antecesora, pero en esta ocasión la cifra de los encuestados que creen que lo ha hecho peor que doña Sofía llega al 23,8 por ciento.

Es curioso también saber que son los votantes de Ciudadanos en su mayoría los que consideran que don Felipe desempeña el cargo mejor que su padre, seguidos de los que votan al PP y al PSOE. Y en el caso de la reina Letizia, el 31 por ciento de votantes del PP, el 25,2 del PSOE, el 15,8 de Unidos Podemos y el 27,2 de Ciudadanos cree que ella desempeña peor sus funciones de consorte que su antecesora en el cargo, la reina Sofía.

En junio de 2017, coincidiendo con el tercer aniversario de la proclamación de Felipe VI, NC Report realizó un sondeo de opinión para el diario La Razón en el que preguntó a los encuestados cuál era la nota que daba a los integrantes de la familia real. Los resultados coinciden en otorgar a la reina Sofía la mejor nota: un 7,8 sobre 10, a pesar de haber visto reducida sensiblemente su visibilidad desde la abdicación de don Juan Carlos. En segundo lugar, le sigue muy de cerca don Felipe, que obtiene un 7,4 de valoración entre los encuestados. En tercer lugar, figura la reina Letizia, con un 6,8 de nota y, por último, el rey Juan Carlos, que obtiene un 5,9 de puntuación.

La encuesta de NC Report también preguntó a los encuestados si eran partidarios de mantener la monarquía parlamentaria como sistema de Estado. El resultado fue que un 61,8 de los entrevistados rechazó la posibilidad de reformar la Carta Magna para convertir a España en una república frente a un 25,4 por ciento que sí estaría a favor de dar ese paso.

CUATRO GRANDES MUJERES QUE ADMIRAN A LA REINA

A la hora de elaborar este libro ha sido necesario indagar en la personalidad y forma de ser de doña Sofía hablando con más de veinte personas que la conocen bien y la han tratado a lo largo de su ya larga vida. Cada una de esas personas ha ofrecido en las entrevistas realizadas aspectos muy diversos de quien ha ejercido como consorte del rey durante treinta y nueve años, casi cuatro décadas. Todos y cada uno de los testimonios obtenidos han iluminado un poco mejor la imagen de una mujer que, en general, está muy bien considerada y que cuenta con la admiración de cientos de miles de personas que han tenido la oportunidad de coincidir con ella en numerosas ocasiones.

De todas esas personas, cuatro han destacado en la claridad de su exposición y en los argumentos esgrimidos para elogiar a la reina Sofía. Son, las cuatro, mujeres. Y todas ellas han sobresalido en su ámbito de actuación: la ciencia, la judicatura, la política y la cultura.

Margarita Salas, científica e investigadora

La primera de las que se mostró dispuesta a hablar de la reina Sofía fue Margarita Salas, una mujer que representa al mundo de la excelencia científica en España, de reconocido prestigio internacional como investigadora y cuyo currículo debería ser motivo de orgullo para todos los españoles y, especialmente, para todas las mujeres. Ella es marquesa de Canero —nombre del pueblo asturiano en el que nació el mismo año que doña Sofía— desde hace diez años, y el título nobiliario se lo concedió el rey Juan Carlos «por su entrega a la investigación científica sobre la biología molecular, realizada de forma intensa y rigurosa a lo largo de toda su vida profesional».

«Creo que doña Sofía ha ejercido su papel de reina consorte de modo magnífico, ha sido inmejorable, inmejorable. Siempre ha estado donde tenía que estar, ha sido una consorte del rey excelente», afirma la prestigiosa investigadora, que tiene en su haber diez nombramientos como doctora honoris causa, decenas de premios nacionales e internacionales, y es miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de la Real Academia Española y de otras academias europeas y americanas.

«Le estoy muy agradecida a la reina Sofía por haber querido acompañarme en el acto de entrada en la Real Academia Española, en el año 2003. Ella estuvo allí cuando leí el discurso de ingreso y estuvo muy cariñosa conmigo y también con mi familia, especialmente con mi madre, que vivía aún, y con el resto de familiares que estaban conmigo, a los que saludó bajando del estrado donde había presidido el acto».

Margarita Salas cuenta también que en noviembre de 2017 los reyes anteriores quisieron estar presentes cuando recibió la medalla Echegaray, un galardón creado por Santiago Ramón y Cajal en 1905, de las que solo se han entregado catorce en sus más de cien años de existencia. Ella ha sido la primera mujer en obtenerla. La científica cuenta también que mientras ella fue directora del Instituto de España, de 1995 a 2003, se ocupó de las charlas que organizaba esa entidad cada mes y a las que acudía puntualmente la reina Sofía.

«Las conferencias iban seguidas de un debate y los temas que se tocaban eran muy amplios porque a ella le interesaba todo, lo mismo la filosofía, que la ciencia o la cultura. En esas charlas, dentro del Seminario de Pensamiento y Ciencia Contemporáneos, la reina siempre aparecía con un cuaderno y un bolígrafo para tomar notas de todo lo que se hablaba allí y, además, ella siempre hacía muchas preguntas porque mostraba una gran curiosidad por los variadísimos asuntos que se trataban en la sede del Instituto, en la calle San Bernardo de la capital madrileña. He hablado con ella de ciencia e investigación a veces, aunque de forma breve y no en profundidad, pero sí he podido explicarle cómo creo yo que debería hacerse esa tarea y ella me ha escuchado atentamente».

En el plano personal, Margarita Salas ha tenido oportunidad de compartir un té con la reina en su residencia del Palacio de la Zarzuela cuando dejó la dirección del Instituto de España, organismo que agrupa a todas las reales academias de nuestro país. La investigadora piensa que la reina ha vivido épocas muy difíciles a lo largo de su vida, como por ejemplo el periodo franquista, y que no todo ha sido un camino de rosas para ella. Lo bueno, según Salas, es que «doña Sofía lo ha encarado todo siempre muy bien, ha sabido adaptarse a las circunstancias y no lo ha hecho con una voz de más, sino siempre de forma discreta y en su papel, siempre en su papel».

«Ahora, con los nietos, está encantada. Goza mucho con ellos porque ella es muy familiar, influida por sus padres, con los que eran, ella y sus hermanos, una piña. Le hubiera gustado tener una familia como la de su casa en Grecia».

Margarita Salas, un ejemplo de sencillez y humildad pese a su gran bagaje científico y su prestigio mundial, sigue en activo a sus ochenta años; es profesora ad honorem en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, sabio que fue su maestro durante muchos años. Y, por supuesto, sigue con sus publicaciones en revistas científicas nacionales e internacionales.

«Yo solo tengo buenas palabras hacia la reina Sofía, no tengo nada negativo ni malo que decir de ella. Todo es bueno: su interés por el arte, por la ciencia, por la música... A mí me entusiasma el interés que tiene ella por la música porque a mí también me gusta mucho, sobre todo la clásica y el jazz».

María Teresa Fernández de la Vega, política y jurista

La celeridad con la que María Teresa Fernández de la Vega respondió de forma positiva a la propuesta de hablar con ella sobre la reina Sofía fue un estímulo para seguir en la línea de consultar a mujeres de mucho peso en la sociedad acerca del papel desempeñado por la madre del actual monarca.

También es apabullante el currículo de la primera mujer que ocupa desde este verano el puesto de presidenta del Consejo de Estado, un órgano del que ella era miembro desde hace ocho años, cuando dejó la Vicepresidencia del Gobierno, la Portavocía y el Ministerio de la Presidencia. La función del Consejo de Estado es emitir dictámenes preceptivos en caso de reforma o elaboración de leyes orgánicas.

«Doña Sofía ha desempeñado su papel como consorte del rey de una forma impecable, ha ejercido de reina de manera absolutamente rigurosa y profesional y ha tenido un papel extraordinario. Ella ha sabido ganarse la simpatía, el afecto y el respeto de todos los españoles sin hacer distingos entre unos y otros. Y eso se hace con un ejercicio sereno, silencioso y sabiendo exactamente cuál es tu espacio, que nunca traspasó».

Fernández de la Vega, que preside actualmente la Fundación Mujeres por África, que ella creó en enero de 2012, después de dejar el Gobierno de Rodríguez Zapatero, insiste en ensalzar la forma en la que doña Sofía asumió su tarea de reina.

«Siempre es muy difícil, cuando tienes un puesto de mucho nivel, que no te salgas del papel exacto que te corresponde. Creo que esa es una de sus virtudes, el haber sabido ocupar con dignidad y honor el espacio que le correspondía sin salirse para nada del mismo.

»Ella, la reina Sofía, tiene todo mi aprecio, respeto y reconocimiento por su labor como reina consorte, que ha sido muy importante. También ha ayudado en algún momento a estabilizar la institución monárquica, algo esencial, porque no fue fácil en algunos momentos para nadie, ni para el rey Juan Carlos ni para ella, que desempeñó su papel con absoluta profesionalidad. Doña Sofía se ha comportado con una enorme elegancia, con muchísima discreción y sin salirse de su actuación en momentos recientes muy duros para ella como madre, como esposa y como consorte del rey. La procesión iba por dentro, supongo, porque ella nunca lo ha exteriorizado y siguió siendo la mujer cercana y cordial, dispuesta siempre a echar una mano».

La antigua vicepresidenta del Gobierno enumera los méritos que para ella tiene la reina Sofía en actuaciones como el Centro Alzheimer, la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción o en la Fundación Reina Sofía, de la que ella es presidenta ejecutiva. También resalta Fernández de la Vega que ella siempre se ha ocupado de los niños, ha sido una apasionada de África y desde el primer momento la apoyó en su proyecto Mujeres por un Mundo Mejor y ha estado muy interesada en promover los temas de igualdad entre hombres y mujeres.

«Los temas relativos a la igualdad de la mujer los ha defendido siempre y creo que es una mujer claramente feminista porque en todo momento la he visto volcada en los temas de promoción de las mujeres».

En el sentido en que se expresa la flamante presidenta del Consejo de Estado, nadie puede poner en duda el apoyo de la reina

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