Créditos
Título original: A Taste for Death
Traducción: Esteban Riambau Saurí
1.ª edición: marzo 2006
© P. D. James, 1986
© Ediciones B, S. A., 2016
Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (España)
www.edicionesb.com
ISBN DIGITAL: 978-84-9069-472-5
Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidasen el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.
Contenido
Portadilla
Créditos
Dedicatoria
Nota de la autora
Cita bibliográfica
PRIMERA PARTE. MUERTE DE UN BARONET
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
SEGUNDA PARTE. EL PARIENTE MÁS PRÓXIMO
1
2
3
4
5
6
7
8
9
TERCERA PARTE. AYUDANDO EN LA INVESTIGACIÓN
1
2
3
4
5
6
7
CUARTA PARTE. TRETAS Y DESEOS
1
2
3
4
5
6
7
8
QUINTA PARTE. RH POSITIVO
1
2
3
4
5
6
7
8
SEXTA PARTE. CONSECUENCIAS MORTALES
1
2
3
4
5
6
7
8
9
SÉPTIMA PARTE. COLOFÓN
1
2
3
NOTAS
Dedicatoria
A mis hijas Clare y Jane,
y en recuerdo de su padre,
Connor Bantry White
Nota de la autora
Nota de la autora
Presento mis excusas a los habitantes de Campden Hill Square por mi atrevimiento al erigir allí una casa de sir John Soane y romper con ello la simetría de sus terrazas, y a la Diócesis de Londres por introducir, a modo de aportación a las necesidades pastorales, una basílica de sir Arthur Blomfield, con su campanario, en las orillas del canal Grand Union. Otros lugares descritos son identificables como parte de Londres. Por consiguiente, tiene especial importancia manifestar que todos los acontecimientos descritos en la novela son ficticios, y que todos sus personajes, vivos y muertos, son imaginarios.
Expreso mi agradecimiento al director y empleados del Laboratorio de Ciencia Forense de la Policía Metropolitana, por su generosa ayuda en cuanto a los detalles científicos.
Cita bibliográfica
Algunos pueden mirar sin mareo
Pero yo jamás aprendería el juego
Digamos pues que sangre y respiración
Hacen que a la muerte se cobre afición.
A. E. Housman
PRIMERA PARTE. MUERTE DE UN BARONET
PRIMERA PARTE
MUERTE DE UN BARONET
1
1
Los cadáveres fueron descubiertos a las nueve menos cuarto de la mañana del miércoles, dieciocho de septiembre, por la señorita Emily Wharton, una solterona de sesenta y cinco años perteneciente a la parroquia de Saint Matthew de Paddington, Londres, y por Darren Wilkes, de diez años de edad, sin parroquia en particular, que él supiera. Esta pareja inusual había abandonado el piso de la señorita Wharton en Crowhurst Gardens, poco antes de las ocho y media, para recorrer a pie el medio kilómetro que separaba el canal Grand Union de la iglesia de Saint Matthew. Una vez allí, la señorita Wharton, como hacía todos los miércoles y viernes, tenía que retirar las flores marchitas del jarro