1.ª edición: enero, 2014
© 2013 by Celia Blanco y Guillermo Hernáiz,
© Ediciones B, S. A., 2014
Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (España)
www.edicionesb.com
Depósito Legal: B. 23.213-2013
ISBN DIGITAL: 978-84-9019-633-5
Maquetación ebook: Caurina.com
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A mi familia, porque es lo que más quiero, os agradezco mi existencia y más, os agradezco el que estéis ahí para lo bueno y para lo malo.
A mi supermega Roci!!!!!!!!
A un muñeco llamado Nico, por todos esos momentos tan especiales que hemos compartido y que sin duda nunca olvidaré. Y por todos los que nos quedan..., pero sobre todo te agradezco el ser como eres.
A mi querido Toni A., un amigo incondicional al que adoro... por muchos motivos y uno de ellos el presentarme a mi querido y sexy Manu.
Al gran Carlos D., darle las gracias además de nuestra amistad por ser un gran hombre, y ahora un superpapá. Felicidades.
A Joan C., por ser un buen amigo, y a su chico Cristian C., un encanto de chico.
A Guillermo, por la bonita y cada vez más intensa amistad que tenemos, y por supuesto para la súper Mireya, por esas largas conversaciones tan profundas y constructivas que hemos mantenido.
Contenido
Portadilla
Créditos
Dedicatoria
Agradecimientos de Celia Blanco
Agradecimientos de Guillermo Hernaiz
Prólogo
Introducción
1. Los años de aprendizaje
2. En el mundo del cine X
3. Mis años con Ramiro: una relación compleja
4. En la barra del Riviera
5. Sexo con mujeres
6. Compañeros de profesión. Actores favoritos
7. Directores X
8. Qué me ha enseñado el cine X
9. Mis rodajes X
10. De promoción
11. Mis queridos fans
12. Otros proyectos y trabajos
13. Mi consultorio sexual
14. Miradas sobre Celia Blanco
Copyright de las fotos
Albúm fotográfico
Agradecimientos de Celia Blanco
A mi «chiquitina» la gran Eva, una buena amiga.
A Ramiro, por despertarme la actriz que llevo dentro.
A Antonia Peña, una tía de P. M. y una gran fotógrafa.
A Beltrán, por abrirme una puerta que no sabía que existía.
A Román G., por sus sabias palabras.
A Dani M., porque no me deja parar de reír.
A Valerie T., por ser simplemente impecable.
A María José, por entenderme.
A Juanma B., por estar a esas horas de la madrugada disponible.
A Juan R., por ese sincero y maravilloso texto.
A Sonsoles F., por nuestras emocionantes colaboraciones juntas y su espléndido texto.
A Vicente y Pau V., por lo bien que me cuidan.
A Jalif, por ser el «primero».
A Ricard, por ser como es.
A David M., por los buenos momentos.
A Ángel R., mi angelito particular.
A Óscar P., por confiar en mí.
A Vampirella, La Madrina, Agustín V., Eva R., Jordi B., Toni P., Paco G., Emilio, Andrés A., Paqui, Pablo D., Nina, Lidia R., etc., por lo que cada uno me ha aportado.
A todos mis queridos/as seguidores/as que me animan cada día con bonitos consejos y muchos piropos.
Y a todas las personas que han formado parte de mí en estos últimos años.
Agradecimientos de Guillermo Hernaiz
A Celia, por confiar en mí este proyecto tan ilusionante y sexy.
A Mireya, por creer en mí y darme ánimos y sabios consejos para abordar este trabajo.
A Manolo Valencia, ese vitriólico periodista y amigo que me ha ayudado mucho con todos los datos de películas, fechas y con sus oportunos comentarios de gran experto en la materia.
Prólogo
Tenía sus fotos sobre la mesa y no sabía quién era. Se trataba de una larga y sensual sesión al aire libre, realizada en la piscina de una torre cercana a Barcelona, para la revista en la que trabajo.
En todas las imágenes Celia aparecía sin ropa, sin estilismos... tan desnuda como llegó al mundo. Y, sin embargo, su expresión y sus poses eran tan naturales como si hubiera vivido siempre así. Su sonrisa era tan natural y cercana que apenas te fijabas en esa obvia y persistente desnudez que ofrecía en cada imagen.
Me resultó muy curioso, pues hay muy pocas actrices o modelos eróticas que carezcan de tics profesionales a la hora de posar en una sesión convencional o soft, como se las llama en el mundillo, que se sepan despojar de esas expresiones provocativas y sobreactuadas, de los clichés más manidos del cine X, para ofrecer su rostro más natural y sincero.
Fue lo primero que vi de ella antes de que me la presentaran, y debo reconocer que me agradó mucho. Esas fotos hablaban tanto de ella como una larga conversación. Me decían: esta persona no ha perdido su espontaneidad, y separa claramente su carácter y su expresividad de la imagen estereotipada de su trabajo. Es puro aire fresco y va a dar mucho que hablar.
Luego todo fue muy fácil y empático. Como la primera entrevista que, lejos de ser relajada e íntima, tuvo como espectadores-fisgones a unos compañeros de Antena 3, que filmaban el making off de la sesión de portada que ella iba a protagonizar y no nos dejaban ni a sol ni a sombra. Pese a la incomodidad de la situación ella se comportaba como si estuviéramos solos en mi despacho y respondía a todas mis preguntas con sus subrayados divertidos y esa risa contagiosa que entonces aún no presentía que acabaría escuchando tan a menudo. Se reía mucho de todo y parecía feliz, con una felicidad sin complicaciones, directa, natural.
Tras esa entrevista imaginé que íbamos a trabajar muy a menudo con ella, pues a su indudable atractivo físico unía ese punto cercano y amable de las personas con las que te gusta compartir el tiempo.
Después vinieron más reportajes, más portadas y algunas fiestas que fueron creando unos vínculos de amistad inesperados y llenos de bellos y divertidos recuerdos.
De la noche a la mañana nos hicimos amigos y nos contábamos todo: nuestras historias con nuestras parejas, nuestros gustos y disgustos. Le propuse entonces que se animara a ser la consultora sexual de la revista y, sin pensárselo dos veces, se lanzó al ruedo y consiguió un notable éxito. En la redacción enseguida nos dimos cuenta de que no íbamos a tener que corregirla mucho. Sus respuestas a los lectores eran de lo más ocurrentes, interesantes y siempre bien construidas. El editor respiró. No tendría que rescribir su sección, como pasa a menudo con los encargos a famosos de turno, con los que nos encaprichamos algunos directores y que luego resulta que no tienen ni idea de usar un ordenador.
Pasaron casi dos años y al final surgió este asunto que nos traemos entre manos.
Su fulgurante llegada al circo mediático de las televisiones sugería un aprovechamiento mayor de su experiencia que la mera participación en debates más o menos burdos o en las ya clásicas mesas sobre sexo y cotilleos de todas las cadenas.
Celia tenía una historia que contar pero, sobre todo, tenía una voz nueva para hacerlo y para ello merecía un soporte adecuado. Y así surgió la idea de escribir este libro donde pudiera contar, con su estilo franco y directo, su experiencia en el mundo del cine X y lo que ésta ha supuesto en su vida. Unas confesiones sin ánimos de escandalizar ni denunciar. Sólo con la intención de dar su exclusivo punto de vista: el de una persona que ve tan natural lo que hace como el trabajo que se realiza en una oficina.
Luego vino la idea de que fuera yo el que la ayudara a llevarlo a buen término y, claro, para mí fue un honor y un placer que confiara en mí para este cometido.
Así que espero que lo que vais a leer os guste tanto como a mí.
Guillermo Hernaiz
Introducción
Una fantasía casi real
Imagina tu más loca y desatada fantasía sexual.
Imagina que durante una bonita noche de verano llegas invitada a una fiesta que se celebra en un lujoso chalé a las afueras de la ciudad. La casa está rodeada de un hermoso y enorme jardín, lleno de árboles altos y frondosos y de todo tipo de plantas y flores de colores muy vivos.
En la puerta te ha sorprendido la cantidad de coches de lujo y deportivos que hay aparcados y piensas que los invitados deben de llevar un buen tren de vida. Al entrar al jardín tienes que bordear una gran piscina de agua azul turquesa, llena de globos y rodeada de antorchas; mientras, la suave brisa de verano se convierte en «no tan suave» y va apagando las antorchas poco a poco, aunque, la verdad, no te importa nada: todo es tan increíble...
Hay mucha gente por toda la casa. Gente joven y guapa y, sobre todo, chicas, muchas chicas. Te fijas sin remedio en una preciosa morena de pelo largo con un mini, pero mini vestido, de color azul, que lleva unos tacones de plataforma que estilizan sus bonitas piernas. Pero, enseguida, tu mirada se detiene en otra chica, esta vez rubia y con un pantaloncito negro y un top muy original que sólo tapa sus pezones. ¡Hay que ver qué sexys son todas estas niñas!
De pronto, aparecen una pelirroja y dos morenas, las tres altas, elegantes y atractivas, partiéndose de risa como si hubieran bebido algo burbujeante... ¿champán? Piensas acercarte a ellas y descubrir de qué se ríen. Dudas, bueno, quizá mejor sigues dando una vuelta a ver el resto de la casa. La fiesta promete... Ves unos chicos subiendo la escalera: humm... qué par de culitos... y esas espaldas, a ver si se dan la vuelta y les mandas un besito... je, je.
Hay chicas con antifaces y chicos con máscaras de monstruos mitológicos, diablos, lobos y hasta