Historia de la mafia

John Dickie

Fragmento

cap

 

DOTI

Los «dones» (o rangos) que marcan el estatus de un ‘ndranghetista.

También reciben el nombre de fiori («flores»)

Padrino

Los miembros de la ‘Ndrangheta deben obtener estas «flores» para optar a los cargos superiores dentro de la organización.

Quartino

Trequartino

Vangelista

Los ‘ndranghetisti tienen que obtener los dones para pasar a ser dirigentes de la «sociedad Mayor».

Santista

Camorrista di sgarro («camorrista para peleas», sgarrista)

Los ‘ndranghetisti de estos rangos pertenecen a la Sociedad Menor.

Camorrista

Picciotto («chaval»)

Giovane d’onore («joven honorable»)

Los giovani d’onore aún se están preparando para entrar en la organización.

RANGOS DENTRO DE LA ‘NDRANGHETA

cap-1

PRIMERA PARTE

HERMANDADES DE SANGRE

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cap-1

Prólogo

Hace mucho tiempo, tres caballeros españoles desembarcaron en la isla de Favignana, ubicada justo delante del extremo occidental de Sicilia. Se llamaban Osso, Mastrosso y Carcagnosso y los tres eran prófugos de la justicia. Una de sus hermanas había sido violada por un altivo miembro de la nobleza local y habían tenido que huir de España después de haber limpiado la afrenta con la sangre del violador.

En algún resquicio entre las muchas cuevas y grutas de Favignana, Osso, Mastrosso y Carcagnosso encontraron refugio. Asimismo, encontraron un lugar donde encauzar su sentido de la justicia, dando pie a un nuevo código de conducta y una nueva forma de hermandad. Durante los siguientes veintinueve años, crearon y refinaron las reglas de la «honorable sociedad». Entonces asumieron al fin la misión que les estaba encomendada en el resto del mundo.

Osso se hizo devoto de san Jorge y cruzó a la cercana Sicilia, donde fundó la rama de la sociedad que llegaría a ser conocida como la Mafia.

Mastrosso escogió a la Madonna como su guía y navegó hacia Nápoles, donde fundó otra rama: la Camorra.

Carcagnosso se hizo devoto del arcángel Miguel y cruzó el estrecho que separa Sicilia de la Italia continental para llegar a Calabria. Allí fundó la ‘Ndrangheta.

Hermandades de sangre, la primera parte de este volumen, es la historia de los orígenes y el desarrollo temprano de las tres organizaciones criminales, o mafias, más temidas de Italia, aunque ningún historiador debiera ufanarse de ser el primero en haberse sentido atraído por el enigma de cómo se originaron la Mafia siciliana, la Camorra napolitana y la ‘Ndrangheta calabresa. Los primeros en relatar esos orígenes fueron los propios mafiosi, y cada una de las principales cofradías del inframundo italiano cuenta con su propio mito fundacional. Por ejemplo, la historia de Osso, Mastrosso y Carcagnosso (nombres que vendrían a significar algo así como «hueso», «hueso maestro» y «hueso del talón») es el relato oficial que la ‘Ndrangheta da sobre su propio nacimiento: una historia contada a los nuevos reclutas calabreses cuando se preparan para unirse al clan local y embarcarse en una vida de asesinatos, extorsión y contrabando.

En cuanto a su valor histórico, los tres caballeros españoles tienen tanta solidez como los tres ositos del cuento. Es una leyenda. Pero a la vez es algo serio, una leyenda de índole sacramental. El estudio de los nacionalismos proporciona ejemplos suficientes al respecto: se puede cometer un sinnúmero de atrocidades en nombre de las fábulas sobre el pasado de una comunidad.

El mero hecho de que las mafias valoren tanto su propia historia delata la magnitud escandalosa de sus ambiciones. Como contrapartida, los gángsteres habituales no tienen esas pretensiones. En el curso de los últimos ciento cincuenta años, las hermandades delictivas a menudo han oscurecido la verdad, imponiendo su propia narrativa de los hechos: con demasiada frecuencia, la versión oficial de la historia resulta ser la versión de las mafias.

La historia de las mafias está llena de otras cuestiones escandalosas. Los principales cabecillas de Sicilia, Nápoles y Calabria gozan de riqueza, estatus e influencia. Son, además, hombres proclives a una violencia inmutable, y lo han sido desde el principio. Pero a la vez son mucho más que brutales delincuentes. El verdadero escándalo de las mafias italianas no es la cifra incontable de vidas humanas que han sido cruelmente segadas por su culpa; entre ellas, con suma frecuencia las de los propios mafiosi. Ni lo son tampoco las vías de sustento arrasadas, los recursos dilapidados, los paisajes de incalculable valor asolados. El verdadero escándalo estriba en que los mafiosos forman una clase gobernante paralela en la Italia meridional. Las mafias se infiltran en la policía, la judicatura, los concejos locales, los ministerios y la economía. También disfrutan de cierto apoyo público. Desde que Italia se creara a mediados del siglo XIX, el crimen organizado cada vez ha ocupado más porciones del territorio que el Estado italiano reclama, en teoría, como suyo. Se hace necesaria una explicación histórica de este escándalo, una explicación enraizada en los hechos.

Escribir la historia de la mafia es un campo reciente dentro de la investigación académica y una herencia de la ferocidad exhibida por la mafia en los años

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