El comité de la noche

Belén Gopegui

Fragmento

cap-1

 

Los documentos durmientes, como los agentes, permanecen a la espera de ser activados cuando la organización los necesite. Hoy activamos, poniéndolos en circulación, dos documentos de extensión y origen distintos y una carta, incluida en el segundo; los tres guardan relación entre sí. Se escribieron para ser divulgados y fueron a parar a una máquina conectada a la red. La organización podía acceder a la máquina desde cualquier punto mediante secure shell, un intérprete de órdenes seguro, si bien nos gusta más el sigilo que evocan sus siglas inglesas: ssh…

Aquí los tienes ahora: descifrados, publicados. No hallarás datos operacionales, contraseñas o listas de nombres. Son documentos narrativos. Aunque la decisión de activarlos ha sido tomada por unanimidad, la discusión fue reñida, cosa que no sucedió, en cambio, cuando se acordó retenerlos y convertirlos en durmientes. El hecho de que hayamos aprobado su activación no significa que las dudas se hayan disipado. Pues si el poder de una historia tiende a ser ínfimo, lo cierto es que también resulta incontrolable.

Cuentan, es sabido, que en los días gélidos los erizos1 sienten la necesidad de juntarse para darse calor y no morir. Cuando se aproximan mucho, las púas de los otros erizos les causan dolor. Sin embargo, alejarse comporta un frío insoportable.

A diferencia de los erizos, nos acercamos no sólo a otros erizos sino a la causa de estos días helados. El peligro y la moderación nos mantienen a una distancia adecuada para subsistir. Pero, a veces, nos seguimos acercando.

DE ÁLEX

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