Trotamundos del deporte

John Sutcliffe

Fragmento

Trotamundos del deporte

AGRADECIMIENTOS

Este libro me deja muy contento y realmente muy agradecido. Nunca olvidaré dar las gracias a quien me ha ayudado a continuar mi sueño, a continuar mi chamba que tanto me gusta y que trato de hacer con tanta pasión, con tanta adrenalina, con tanto gusto.

Habrá una nueva generación de periodistas que algún día querrá ser un reportero de cancha y dedicarse a que le paguen por leer la sección de deportes todos los días; eso es lo que trato, motivarlos, decirles que hay que prepararse, hay que estar listos. Este libro también me ayudará a presentarme y dar pláticas para contarles mis historias.

Siempre digo que mucha gente me ha ayudado, por eso trato de compartirles esta fórmula de trabajo, que es lo que a mí me ha dado resultados y me gustaría que a ustedes este granito de arena les ayude. A ese joven periodista, a esa persona que sueña con ello, este libro es para ustedes, que con base en trabajo, en preparación, en ganas, en dedicación, lo pueden lograr.

Quiero agradecer como siempre a la editorial Aguilar, de Penguin Random House porque ha creído en mí.

A la familia Slim, porque cuando tenía la locura de hacer mi primer libro me apoyaron, y ahora lo hacen de nuevo.

A mi familia, a mi mamá que tanto me apoyó, que me ayudó con la dislexia, a mis hermanos Roberto, Patie y Susy.

A mis súper amigos, al socio Rivas, de ellos comparto en estas páginas varias de las anécdotas que hemos vivido y disfrutado juntos.

Al Pecas, a Juan Domingo, a la Rana, al Quijo. También le dedico este libro a Chanoc, a nuestro querido Max Fernández que ya no está con nosotros.

Este libro me deja satisfecho, contento y motivado para seguir trabajando con las mismas ganas, con ese ímpetu que siempre he tenido.

Gracias a todos los que me han ayudado en algún momento a lo largo de mi vida.

Trotamundos del deporte

PRÓLOGO

Un insider con tacto

Heriberto Murrieta

En los años noventa, lo primero que me impresionó de John fue su perfecto inglés. Lo escuchaba en la radio pronunciando impecablemente la lengua de Shakespeare pero sin acento british, sino más bien estadounidense, él que es hijo de tejana y californiano. Doña Sarah vio la luz primera en El Paso y don Enrique, su padre al que tanto extraña, en la urbe angelina.

En 2003 nos conocimos en ESPN, cadena para la que nuestro cárdeno personaje ya trabajaba desde 1992. Pronto empezamos a realizar un programa en Radio Capital, que se transmitía simultáneamente en la pantalla del líder mundial en deportes. Habíamos llegado a las cabinas de Montes Urales gracias a su vínculo con la familia Maccise, propietaria de la emisora. John siempre ha estado muy bien conectado. Eso se le da. Enaltece el concepto de la amistad y procura a sus íntimos, que ocupan un lugar importantísimo en su noble corazón. “Los amigos son los amigos”, suele recalcar con orgullo en las redes sociales. Fomenta las relaciones y obtiene de ellas cariño e información a partes iguales. Sabe hasta dónde apretar para enterarse de datos novedosos, sin incomodar a quien se los proporciona. Es un insider con tacto. De enterarse y enterar vive el que informa. A final de cuentas, lo que el periodista quiere es conocer cosas que no se saben para hacerlas públicas. Y John, que tiene más fuentes que el Parque del Retiro, todo el tiempo está buscando la noticia. Con un elevado número de primicias y un sello inconfundible, se ha convertido en un referente del periodismo deportivo continental.

Disléxico, estilístico y único, John es ya una marca. Y su agudo grito para anunciar el ¡monday night football!, todo un clásico que revienta el decibelímetro en el primer día de la semana. Su estilo, muy suyo, es altamente imitable. Toda imitación es un reconocimiento. La que le hace Christian Ahumada “El Duende” resulta tan perfecta que parece que es el mismísimo John el que está hablando en la televisión. Sabedor de que hay tiempo para todo, se vuelca en su chamba con total dedicación y luego, cuando la ocasión lo amerita, no duda en pasarse por la garganta un tequilita sublime de las destilerías agaveñas de su amigo Juan, justo y catártico premio a una larga jornada de labores.

Después del exitoso lanzamiento de Reportero de cancha (2014), John actualiza sus vivencias e historias en este nuevo libro (con la misma intención de dignificar nuestro oficio periodístico), ahora titulado con el apodo que le puse hace algunos años: “el trotamundos de la información deportiva”. Y es que se la pasa de aquí para allá -errante pero sin errar-, acumulando millas en el espacio aéreo para llegar ahí donde está la noticia.

Sirva este trabajo de un reportero nato para que las nuevas generaciones de periodistas deportivos conozcan lo que hay detrás de la información en términos de profesionalismo, búsqueda, confirmación de la nota, fundamentación al opinar y, algo fundamental: credibilidad.

Trotamundos del deporte

INTRODUCCIÓN

Qué rápido pasa el tiempo; pareciera que fue ayer cuando estábamos en el Museo Soumaya con mi familia, con mis amigos, con mis compañeros de trabajo presentando Reportero de cancha, ese libro que dediqué a la memoria de mi padre: Enrique Sutcliffe. Ese texto que pretendía llevar un mensaje para esos jóvenes que aspiran a ser periodistas o reporteros de cancha algún día.

Ahora les presento Trotamundos del deporte. Mi gran a

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos