El jueves 9 de febrero de 2023, Mario Vargas Llosa se convirtió en miembro de pleno derecho de la Academia Francesa, la institución de «inmortales» que fundó hace cuatro siglos el cardenal Richelieu y que custodia y salvaguarda la lengua francesa. La presencia del autor hispanoamericano en la prestigiosa organización cultural es extraordinaria en todos los sentidos: es el primer escritor admitido que no escribe en francés y el primer Nobel de Literatura que ingresa desde 1933. Además, lo ha logrado con 86 años, once más que la edad máxima para ser aceptado. Su ingreso en la Academia, donde ya ocupa el sillón número 18, coincide con la publicación de «Un bárbaro en París: Textos sobre la cultura francesa» (Alfaguara), una selección de escritos que dan cuenta de la devoción del Nobel por el dinamismo intelectual galo. Las líneas que siguen, firmadas en París el 10 de marzo de 2005, llevan por título «El amor a Francia» y ratifican -y de qué manera- la relación de Vargas Llosa con las letras francesas, una historia de amor que viene de largo.