Milo Manara es referencia obligada de la historia del cómic. Es fácil señalar el erotismo como exponente fundamental de su obra, pero la importancia de sus creaciones va más allá de ese género y se proyecta hasta la literatura y el cine. En el medio siglo que lleva en activo, Manara ha desarrollado su interés por el poder de los relatos, tanto los propios como los que beben de la historia (desde los Borgia hasta Caravaggio), una línea de trabajo que converge con naturalidad en su última obra, la adaptación al cómic de «El nombre de la rosa» (Lumen), de Umberto Eco.