Los 15 secretos para rejuvenecer

ELSA GABRIELA VARGAS GUAJARDO

Fragmento

Título

EL GRAN
DESCUBRIMIENTO

Si no tuvieras un espejo en el cual te reflejaras todos los días por las mañanas, te seguirías sintiendo la misma persona de siempre, como si los años no pasaran, ¿cierto? Es posible que te sientas de 20, de 30 o de 40 años de edad, debido a tu percepción interior; sin embargo, también sabes que por fuera –y más si ya pasas de los 40 años– la gente empieza a verte diferente, en especial los niños o los jóvenes que te hablan de “usted”.

“¿A qué edad eres viejo?”, le preguntaron a varios niños en un documental sobre la edad realizado por la BBC de Londres. La respuesta espontánea de todos es muy graciosa: “A los 20, 27, 30 años”, contestan con las cejas levantadas como si se refirieran a una persona de más de 100 años. Lo curioso es que después vemos a cuadro a una viejita de 95 años de edad que responde estoicamente la misma pregunta: “Yo no me considero vieja...” Y nos deja pensando –al mismo tiempo que comprobamos– que la edad siempre es y será subjetiva.

Es un hecho que ahora vivimos más años que las generaciones anteriores. En los últimos 150 años, el promedio de vida se ha incrementado considerablemente; si antes se vivía hasta los 45 años de edad, ahora la media se aproxima a los 80. Claro que todos queremos vivir más, siempre y cuando tengamos vitalidad y calidad de vida.

De la misma manera sabemos que alguien puede verse 10 años más joven o más grande de su edad biológica. Asimismo, hemos aprendido que no siempre tendremos los síntomas del envejecimiento que se presentan con el paso del tiempo, pues en la actualidad es posible extender al máximo los beneficios de una vida sana y aplicar todo lo que la ciencia de nuestros días ha descubierto para vivir mejor.

¿Cómo se logra y de qué depende?

Imagina, querido lector, que en las paredes de tu casa aparecieran unas grietas. De inmediato buscarías la causa, ¿cierto? Lo que no harías sería parcharlas y pintar por encimita para que no se vieran. Pues con tu cuerpo es igual, sin importar si aún eres muy joven o ya no tan joven, si quieres vivir muchos años lleno de energía y de vitalidad, y tener una buena calidad de vida, en lugar de remediar cualquier pequeño o gran desperfecto de manera superficial, hay que ir al fondo, es decir, al nivel celular, para prevenir, fortalecer o, en su caso, remediar el daño o los daños que pueda haber.

Y lo apasionante es que la ciencia comprueba que crear el futuro que deseas está en tus manos y a tu alcance, en especial por medio de los estudios sobre epigenética –disciplina que estudia lo que influye en tu salud y bienestar más allá de los genes, como el estilo de vida– y los estudios sobre neuropsicoinmunología, que investiga la relación mente-cuerpo y el impacto que tiene en tu felicidad y calidad de vida. Para que conozcas un poco más sobre ellos, te comparto lo que se considera el descubrimiento médico más importante de los últimos tiempos:

Los telómeros y la telomerasa

Existen notables científicos como Elizabeth H. Blackburn, Carol W. Greider y Jack W. Szostak, biólogos de la Universidad de San Francisco, California, y ganadores del Premio Nobel en 2009. Ellos hicieron el gran descubrimiento médico de los últimos tiempos: la descripción molecular de los telómeros y la telomerasa, y la relación que tienen con nuestra vida, salud, edad y bienestar.

Gracias a los nuevos descubrimientos en genética, publicados en The American Journal of Clinical Nutrition, sabemos que hubo un cambio de paradigma: tenemos un enorme control sobre la manera en que transitamos por la vida, en el estado de nuestra salud, así como en el tiempo y la forma en la que envejeceremos, información que hasta fechas recientes desconocíamos.

Pero...

¿Qué son los telómeros?

Dentro de cada una de tus células hay un núcleo. Ese núcleo contiene cromosomas. En los cromosomas están los genes, tu ADN, es decir, lo que te hace ser alto, bajo, moreno o rubio. ¿Hasta aquí todo claro?

Bien, sigue conmigo.

Imagina tus cromosomas como si fueran unas agujetas. Así como las puntas tienen un recubrimiento de plástico que facilita su uso, al final de cada hebra de ADN hay una estructura arquitectónica celular maravillosa, compuesta por telómeros que funcionan como capas protectoras.

Lo increíble de los telómeros (del griego telos, “final”, y meros, “parte”) es que contienen información vital. Su longitud es un bioindicador muy efectivo de los años que tenemos y de los que nos quedan por vivir. Es como un reloj biológico interno en el que, en cada tictac, va contando el tiempo que nos queda en este planeta.

Además, estas capas protectoras son muy, muy importantes porque cada vez que una célula se divide en dos hijas para continuar viva, esas dos hijas se quedan con los telómeros un poco más cortos, pues en ese proceso estabilizan los cromosomas de la célula. Como si sacaras varias copias de un original, la tinta se diluye y la imagen cada vez se ve menos y menos clara: con cada recorte y réplica de la célula, viene un grado más de envejecimiento, lo cual, por un lado, es natural. Lo que no es natural es acelerar dicho proceso por medio del estilo de vida que decidamos llevar, tanto mental como emocional o físico.

Con el tiempo, los telómeros se vuelven demasiado cortos para proteger a los cromosomas y las células comienzan a perder su capacidad de dividirse; a ese proceso se le conoce como “el límite de Hayflick”, nombre que no tienes que recordar, pero que, en términos sencillos, es igual a tres palabras: enfermedad, envejecimiento o muerte. De hecho, todas las enfermedades de las que has escuchado tienen que ver con un acortamiento de los telómeros, al igual que todas las señales de envejecimiento que nadie desea y que aquí sobra mencionar.

La buena noticia

Investigaciones recientes muestran que los telómeros son la única parte del ADN que es flexible, y que hay algo que repara sus puntas y puede extender los telómeros ligeramente: la enzima telomerasa. Lo que esto promete es que tenemos el poder de revertir y alargar los telómeros.

Ahí radica, querido lector, toda la diferencia y mi motivación para compartir contigo a lo largo del libro este tema que me apasiona, que he estudiado y que deseo que conozcas por igual. Estoy convencida de que, finalmente, es la información la que nos mueve a hacer cualquier cambio en nuestra vida.

El origen

Primero habría que considerar que a todo efecto visible le corresponde una causa invisible; por ejemplo, para crear una escultura, escribir un libro, componer una sinfonía, o bien, organizar una revolución, antes se requiere de una idea, de un ideal con suficiente peso que sirva para mover al espíritu, a las masas o la conciencia. Esa idea o causa siempre es inmaterial y tiene una consecuencia en el mundo real o físico, ¿cierto? Pues lo mismo sucede en nuestro organismo.

Tus pensamientos y emociones son el indicador más importante de tu estado de salud. Descubrir que a partir de una causa –llámalo creencia, estilo de vida, decisión, armonía, emoción o pensamiento– podemos acelerar, impedir, retardar e incluso reponer el deterioro de los telómeros, por lo que no sólo lo físico y tangible cuenta, sino también lo impalpable. Tus creencias y pensamientos están conectados directamente con tu biología.

Cientificos de la Universidad de California afirman que los telómeros más largos se asocian con menos enfermedades y una vida más larga. Además, los telómeros se pueden alargar o acortar durante lapsos mensuales, al aumentar o disminuir los niveles de telomerasa. ¿No es maravilloso?

Esto es una gran noticia porque significa que puedes hacer de manera consciente cambios en tu estilo de vida para ser, sentirte y vivir mejor. Y no exagero al decir que tú y yo podemos intervenir para crear el futuro que deseamos, al “encender” los genes que prolongan la edad –como si se tratara de una máquina expendedora, la cual sólo te surte el café si le insertas una moneda– y “apagar” aquellos que nos envejecen tanto mental como físicamente, al reducir la velocidad de la pérdida de los telómeros.

Por eso me complace compartirte, querido lector, algunos datos que te sorprenderán tanto como a mí. Todo lo que encontrarás en estas páginas es el resultado de mucho tiempo de investigación realizada por grandes especialistas, médicos y científicos, trabajos, opiniones y análisis que he estudiado durante los últimos tres años.

En esencia, después de todo lo que he aprendido, podría resumir que hay 15 maneras que contribuyen a que los telómeros estén sanos y fuertes; que ayudan a tener mayor energía, a verte más joven pero, sobre todo y lo más importante, son 15 maneras en que te vas a sentir mejor que nunca, tanto por dentro como por fuera. Y todos buscamos eso. Pero primero veamos...

¿Qué acorta el tamaño de los telómeros?

Estudios realizados a grupos de gemelos concluyeron que hay dos razones por las que los telómeros se acortan y dejan de funcionar:

1) En un 25 por ciento, el proceso natural de envejecimiento o herencia genética.

2) El 75 por ciento restante depende de algún factor externo que interrumpe su función natural, o sea, nuestro estilo de vida.

Entre los factores externos que provocan la disminución de la longitud de los telómeros están: el estrés, la ansiedad, las emociones negativas –ira, pesimismo, envidia, miedo y demás–, la falta de sueño, la obesidad, el cigarro, el alcohol en exceso, una mala nutrición, mala calidad en las relaciones y el sedentarismo.

El deterioro a nivel celular produce efectos físicos asociados con la edad, que todos conocemos.

Lo que te digo es tan sencillo como lo siguiente: imagina que cada vez que te estresas o tienes una emoción negativa sostenida, unas tijeras cósmicas dan un tijeretazo a cada uno de tus microscópicos telómeros. Cada vez que fumas, viene otro tijeretazo; cada vez que tomas alcohol en exceso, llega otro recorte, y así nos vamos...

Con todo lo anterior, varios aspectos del envejecimiento se suman, como: la disminución de la masa muscular, las manchas y arrugas en la piel, una menor capacidad cognitiva, menor capacidad energética e inmunológica, entre otros síntomas nada agradables.

Pero no todo es malo pues, como ya mencioné, se pueden regenerar. Aunque, ojo, en ese recorte cósmico siempre corremos el riesgo de que por debilidad los telómeros muten y se vuelvan células cancerígenas. De ahí la importancia de las decisiones en nuestro estilo de vida y de estar conscientes todo el tiempo de nuestros pensamientos y emociones. Aun para la naturaleza –a quien no podemos engañar–, todo tiene un límite. Así que ahora veamos.

¿Qué contribuye a alargarlos?

Si quieres células llenas de vitalidad, nútrelas y aliméntalas de decisiones positivas, de una actitud firme hacia ti mismo y hacia tu bienestar.

Existe un interesante experimento realizado por el doctor Ronald A. DePinho, investigador y profesor en genética de la Harvard Medical School, y su equipo, publicado por Nature y Harvard Gazette. Los resultados bien podrían equipararse al hallazgo de la ancestralmente buscada fuente de la eterna juventud.

En dicho experimento, había un ratón de edad avanzada, cuyas condiciones equivalían a las de una persona vieja, con todas las señales clásicas: su cerebro era más pequeño, ya casi no veía, dejó de tener actividad sexual, no recordaba dónde estaba su comida ni podía encontrar su camino dentro del laberinto. Cuando DePinho provocó que los telómeros en sus células se alteraran, en un mes el ratón rejuveneció por completo: su piel, tejidos y órganos comenzaron a regenerarse como los de un joven. “Esto puede abrir nuevas avenidas hacia la medicina regenerativa”, comentó el investigador.

Ahora, veamos un brevísimo avance de lo que constituyen los 15 secretos que fortalecen a esas microscópicas moléculas protectoras de las puntas de nuestros cromosomas. Hablaré de ellas a fondo en cada apartado.

Los 15 secretos

1. Crea una coherencia interna

¿Qué significa esto y cómo se logra? Veremos la importancia de mantener una armonía entre tus sentimientos, tu mente y tu cuerpo, para darle el mejor alimento cuántico a tus células y cómo lograrlo. Asimismo, sabrás que al ponerlo en práctica, tu vida se puede transformar materialmente.

2. Vigila tus creencias

Si bien la herencia genética es un factor importante en nuestra salud, se ha descubierto que no incide tanto en ella como se creía. En este capítulo veremos que hay causas que impactan más la expresión de los genes como lo que desarrollaré a lo largo del libro. Me parece increíble que no sean los genes sino las creencias heredadas y estresantes las que enferman a las personas, es decir, si lo crees, lo creas; o bien, la enfermedad sobreviene cuando la creencia se vuelve biología.

3. Busca el placer

El placer es una medicina poderosa. Si bien lo sospechábamos por naturaleza, los expertos en neuropsicoinmunología lo confirman hoy. Cada vez que experimentas placer por medio de los sentidos, estimulas la síntesis de una molécula, de la cual hablaremos y que es muy importante porque desencadena una reacción de químicos en tu cuerpo que te hace sentir pleno y lleno de bienestar.

4. Superaliméntate

¿Cuáles son los mejores superalimentos para fortalecer el cuerpo y la mente? ¿Para qué sirven? ¿Cómo y de dónde obtenerlos? Veremos los ochos mitos de nutrición y cuáles son los suplementos alimenticios más importantes para tener felices a todas tus células.

5. La clave para una vida feliz: despierta

Entre menos te ubicas en el presente, más preocupación o ansiedad tienes y más cortos se vuelven tus telómeros. Vivir el presente, como veremos, significa detener el tiempo, estar en la única eternidad posible, que es, por decirlo de alguna manera, el no tiempo. Sabremos de la importancia de no permitir que el pasado o el futuro secuestren tu mente y te roben el precioso instante del ahora.

6. Refuerza tu energía

Nuestra energía se expande o se contrae todo el tiempo como si fuera un acordeón y afecta directamente nuestra calidad de vida. Cuando tu energía se expande, te sientes bien, pleno y capaz. En cambio, si se contrae, la vida pesa en todos sentidos. A primera vista este principio parecería muy obvio, ¿no? Sin embargo, te sorprenderás de las diversas e insospechadas maneras en que la energía se nos escapa.

7. Genera oxitocina

Esta hormona se produce en el cerebro y provoca que seamos más generosos, más abiertos, más empáticos y que confiemos más en los demás. Por ello, todo lo que la genere quizá sea más efectivo que cualquier medicina. Las relaciones sociales y afectivas ayudan a mantener nuestra salud física y mental; de hecho, son tan necesarias como dormir, hacer ejercicio o comer bien. Esto se afirma en The Longevity Project, un estudio realizado a lo largo de ocho décadas por los doctores y científicos Howard Friedman y Leslie Martin.

8. Ponte tus tenis

Muévete. No cabe duda de que el ejercicio es la mejor forma para rejuvenecer, además de que estar fuerte es el nuevo atractivo. Practicar ejercicios de alto impacto (brincar, escalar o salir de excursión) ayuda a construir hueso y músculo, además eleva tu ánimo y autoestima. Platicaremos sobre nuevas técnicas y descubrimientos.

9. El más simple y efectivo: duerme

Dormir mejora significativamente la calidad de vida y el semblante, además es el cambio más fácil, placentero y notorio que podemos hacer en nuestros hábitos para obtener una mejor vida. El doctor Michael Rozen, jefe de la Clínica de Cleveland para el Bienestar, comenta: “Dormir es el hábito de salud menos va

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