Tengo cáncer, ¿y ahora qué?

Humberto Bautista Rodríguez

Fragmento

TENGOCANCER

Introducción

Siempre que empiezo a trabajar con un paciente y con sus familiares en el hospital, lo abordo con palabras como éstas: “Ahora que te enfrentas al cáncer, una enfermedad crónica, no encaras sólo un padecimiento o un tratamiento, vas a confrontarte incluso con preguntas sobre tu existencia: ¿cuál ha sido hasta ahora tu razón de vida?, ¿por qué quieres vivir? Te puedes preguntar ¿por qué a mí?, pero ya que la padeces es mejor que yo te diga qué es lo que debes (y puedes) hacer con la enfermedad, porque de ahora en adelante será parte de tu vida”.

Les hablo de ese modo porque me enfoco en encontrar sus motivaciones y la razón de la cercanía de cada persona a su alrededor, ¿por qué?, porque esta enfermedad no respeta posición política, social ni económica, tampoco se relaciona con el estado civil o con el color de la piel; no tiene que ver con el nivel educativo o cultural, ni con las creencias religiosas; no surge de acuerdo con la edad, la personalidad o la preferencia sexual; de hecho, el cáncer tampoco tiene nada que ver con las acciones de una persona, no importa si se asocian con el bien o con el mal, básicamente no importa lo que cada quien haya hecho para sí mismo o para la sociedad. Es decir, el cáncer es una enfermedad crónico degenerativa que afecta a cualquiera, realmente no discrimina. Ahora, el nombre de este padecimiento se compone solamente de seis letras: cáncer y, sin embargo, entraña muchos significados y distintas interpretaciones que la gente, sin darse cuenta, acuña de manera comunitaria.

A los pacientes en tratamiento les puedo decir lo siguiente: sé que tienes miedo y que llegaste aquí con innumerables preguntas, que hasta ahora no han recibido las respuestas que deseas. Ya te encaraste con la molesta costumbre del lugar común que te dice: “Échale ganas”, pero nadie te dice nunca de manera específica cómo y dónde encontrar esas ganas que tienes que echar. Sé que tienes el impulso de salir corriendo, pero sin saber el rumbo, porque crees que no puedes encontrar ningún camino. En este momento sientes mucho miedo e incertidumbre, cuando buscas respuestas sólo recibes información sobre cuestiones médicas que pueden ser rebuscadas o difíciles de entender y tampoco te ofrecen la respuesta que deseas. A veces encuentras información de “apoyo”, pero siempre está ligada a las frases más molestas e incómodas como “no te preocupes, todo saldrá bien”, que son intentos erróneos e inútiles de ofrecerte acompañamiento, y que no aportan una respuesta sobre qué debes y puedes hacer, sobre todo porque son sugerencias de personas que no tienen ningún padecimiento.

Te seré franco, si estás por leer este libro es porque te encuentras en un momento de necesidad y quieres apoyo o consuelo. Aquí lo vas a hallar, porque el libro te ayudará a centrarte en ti mismo durante tu tránsito por el cáncer o a ayudar oportunamente a quien lo padece; sobre todo, te hará reconocer a la persona más importante de tu vida, a la que podrías haber olvidado (aunque nunca es tarde para reencontrarla). Y si crees que sabes quién es esa persona, quizá te equivoques.

Muchas personas que han leído este libro me han dado las gracias, los ayudó a encontrar sus defectos, pero sobre todo a aceptar sus virtudes, porque lograron hacer una buena autocrítica y también aprendieron a escuchar y a reconocerse como individuos. Claro que otros se han enojado conmigo, debido a que les he señalado sus errores sin conocerlos y sin saber sus circunstancias, pero ése es mi trabajo.

La existencia del ser humano puede ser comparada con la de otros seres vivos, pero es diferente. Una persona tiene conciencia de su propia presencia en el mundo y, sobre todo, de su mortalidad; sin embargo, en cierta forma se olvida de esto mientras avanza su vida. Surge, pues, una pregunta: ¿eso es vida? Quizá no, quizá eso es tener una rutina establecida, un tiempo determinado por el reloj para realizar actividades cotidianas; ese modo de vivir puede hacer que perdamos el sentido mismo de la existencia para caer en la monotonía y, como resultado, acabamos por confundir la vida que sólo transcurre, con vivir realmente. Es decir, solemos enfocarnos en alcanzar metas y objetivos que nos hemos propuesto, ya sea de forma individual, como pareja o como familia, y esto incluye logros y sueños que algunas veces resultan inalcanzables, pero ¿por qué son inalcanzables? No se debe a nuestras debilidades o limitaciones, sino a que los sueños, en la mayoría de las ocasiones, justamente no dependerán de nosotros ni son para nosotros, sino que están basados en lo que deseamos para otras personas, quizá personas muy cercanas; por ejemplo, los planes que hacemos para nuestros padres, hermanos, hijos o nietos. Apunto lo anterior porque el ser humano siempre está buscando vivir mejor, alcanzar la comodidad económica, posición y reconocimiento social, pero se olvida de lo más sencillo y fundamental de la vida: ¡vivirla!

La razón de que yo escriba este libro deriva de la obligación y del deber moral que me han inculcado para apoyar a la sociedad con mi profesión. La idea es que este texto desarrolle y aporte algo en un campo que muchos no desean abordar y prefieren evitar: el trabajo en la salud mental de las personas portadoras de cáncer y sus familiares.

Este libro está dividido en tres partes. La primera aborda los errores más comunes que comete la gente cuando intenta ayudar y apoyar al paciente portador de cáncer y a su cuidador principal durante el proceso oncológico; habla también de las repercusiones que este diagnóstico va a generar en sus vidas y en su entorno.

La segunda parte se refiere a las modificaciones en el estado de ánimo del paciente y a otros aspectos de esta índole; vemos cómo se presenta el proceso de cambio en él y en su cuidador, así como las alteraciones de su entorno. Se ven cuáles serán las repercusiones más comunes en el aspecto psicológico y los procesos mentales a los que se enfrentan el enfermo y su familia; y cómo todos se convierten en pacientes e inician el proceso de integrar el cáncer a sus vidas, lo que conlleva un cambio físico y una metamorfosis psíquica, comparables al sorprendente nacimiento de una mariposa. Es decir, veremos cómo se transforma al paciente, cómo renace en un mejor ser vivo.

La tercera y última parte trata de todos los cambios psíquicos que presenta la persona cuando acepta la enfermedad en su vida; cómo llega a ese despertar y cómo encuentra de nuevo la felicidad y la capacidad de actuar con libertad.

En cada capítulo incluyo ejemplos de casos en los que he tenido la oportunidad de trabajar, palabras de personas que me han aportado y enseñado mucho, pues ellas conocen muy bien a lo que se han enfrentado para integrar el proceso del cáncer a sus vidas.

TENGOCANCER

Uno

La metamorfosis

Hay mucho que aprender de los pacientes, siempre y cuando ellos quieran aprender de sí mismos y nos enseñen lo que damos por hecho, pero que no tenemos: VIDA.

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos