Cómo fabricar un gas y otros experimentos raros que hago a veces

Gabriel León

Fragmento

Prólogo

PRÓLOGO

Llevo tres años conduciendo un programa de radio (Rockstars, en www.txsplus.com) en el que entrevisto a científicas y científicos que trabajan en las más diversas disciplinas, y que producen conocimiento nuevo en áreas como la biología molecular, ecología, física, antropología, matemáticas o sociología. Una de las cosas que siempre les pregunto es cómo se convirtieron en científicas o científicos. ¿Fue algo que siempre estuvo en sus cabezas o fue un proceso más largo, en el que lentamente descubrieron esa pasión? Las respuestas son muy variadas, pero en la mayoría de los casos es evidente que desde muy pequeñas estas personas manifestaban una enorme curiosidad sobre el mundo. Todo les llamaba la atención y querían saberlo todo. En el camino, muchas de ellas tuvieron la fortuna de encontrarse con algún tipo de guía que las ayudó a entender que su futuro podía estar asociado a contestar preguntas que todavía no tenían respuesta. Una revista, un profesor o profesora en el colegio, un libro, un pariente, alguna película... la inspiración puede estar en cualquier parte. Sin embrago, en el inicio, la curiosidad lo era todo.

La serie de libros de las preguntas raras ha sido para mí una forma de motivar la curiosidad y me ha permitido conectarme con un público inquieto, curioso y ávido por aprender. Pero no solo por aprender cosas, sino que por aprender a pensar de manera independiente, a descubrir el mundo por su cuenta y a entender que muchas veces no tener una respuesta para una pregunta no es algo malo, sino que una invitación a tratar de encontrar. Lo más interesante de esto es que incluso si no encontramos una respuesta, en el proceso usaremos nuestro cerebro para pensar, y eso ya es una gran cosa.

Este nuevo libro pretende dar un paso más allá y ofrecer un espacio novedoso para aprender a pensar desde la práctica. Este no es un libro de magia, no es un libro de efectos especiales: es un libro para pensar. Cada experimento no se acaba con su relato. Cada experimento es una invitación a seguir pensando, a encontrar nuevas explicaciones, a modificar y repensar. De paso, el trabajo experimental nos enseña a ser rigurosos, ordenados, metódicos y que al finalizar un día de trabajo hay que dejar todo limpio y ordenado.

He elegido con cuidado experimentos que sean inocuos. No hay fuego o líquidos peligrosos. Evito usar vidrio u objetos cortantes. Sin embargo, siempre es bienvenida la guía de algún adulto, alguien que nos acompañe en este viaje de descubrimientos. En ese sentido, este es un libro que aspira a ser un texto familiar, uno que nos permita explorar el mundo de manera segura y descubrir cosas nuevas, valorizando el trabajo en equipo y, sobre todo, el ejercicio de pensar. Espero que lo disfruten.

Santiago, julio de 2022

Fábrica de gases

FÁBRICA DE GASES

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