Liderazgo exitoso

Bernardo Stamateas

Fragmento

1
EL LÍDER ADMINISTRA EL “PODER”
QUE LE DA LA GENTE

1. ¿POR QUÉ EXISTE EL LÍDER?

Un líder es quien gestiona el poder que el equipo le otorga y lo utiliza para que el equipo alcance el objetivo.

Pensemos en esta metáfora: En un grupo, unos quieren comer pizza y otros quieren comer empanadas; el líder organiza el “debate” y pone fin en un momento. ¿Cómo? Tomando la decisión de qué se comerá en función del grupo.

El líder existe para organizar el grupo. Todo grupo necesita un líder que lo organice. El líder “administra” el grupo, pero no es “el dueño” del grupo; él organiza, crea consenso y dirige para que el grupo no se destruya a sí mismo y alcance su objetivo. La gente, por su parte, observa que ese líder trae beneficios al grupo.

[

Si no hubiera un líder,

no podríamos manejarnos.

]

2. HAY DOS TIPOS DE AUTORIDADES:

· Formal. Cuando hay un título y alguien “es nombrado jefe”. Aquí se requiere el nombramiento para que la persona se convierta en jefe.

· Informal. Cuando la persona se gana la autoridad de la gente. En este caso, aunque no exista un título que la avale, la persona se transforma en líder. El jefe es alguien impuesto, nombrado, que afirma: “¡Acá mando yo!”. El liderazgo, en cambio, se gana, pues es un reconocimiento que otorga la gente. En otras palabras, una persona puede ser jefe y nunca ser líder, mientras que otra puede ser líder sin ser jefe. Una persona puede:

ser jefe y no ser líder

ser jefe y ser líder

no ser jefe y ser líder

no ser ni jefe ni líder

Una empresa puede nombrar a los “jefes”, pero no puede nombrar a los “líderes”; ese título hay que ganarlo, y es el grupo el que les da la autoridad informal, la verdadera. La autoridad que la gente le da al líder se construye, se gana, y lo hace ser un líder alfa, el líder de la manada. Si bien la gente le da poder para administrar y organizar el grupo, el líder puede perder ese poder si lo usa mal. La gente puede responder al cargo (el jefe) o al liderazgo. Por eso, el líder “lidera más allá de su cargo”. Por ejemplo, una vez terminada la guerra, cuando los soldados se encuentran con el que fue su coronel durante las batallas, aunque la guerra haya terminado, siguen reconociendo la autoridad de aquel que fue su jefe y su líder.

3. EL GRUPO LE OTORGA “PODER” AL LÍDER

Si el líder administra bien el poder, lo sigue teniendo; si lo administra mal, la gente le quita ese poder y emigra a otro grupo. El líder es un administrador del poder del grupo: si lo administra bien, lo conserva; pero si lo administra mal, lo pierde, junto con su rol de líder. Entender esto te hará ser un gran líder, no entenderlo te hará ser un líder aborrecible.

Desde el punto de vista antropológico, el poder es la capacidad de satisfacer necesidades, la principal característica para poder sobrevivir (a más poder, mayores posibilidades de supervivencia). Sin embargo, muchos líderes ignoran que es la gente la que les da el poder y esa misma gente es quien se lo quita. Ignorar a la gente es ignorar a quien les dio la autoridad.

4. CÓMO SE PIERDE EL PODER

Utilizar mal el poder hace que el líder deje de ser líder. El grupo siempre evalúa si ese “poder” se usa para el grupo o no, si el líder es “simpático” o “antipático”, lo que en realidad se traduce en cómo administra el poder que le otorgan.

5. EL LÍDER QUE USA EL PODER PARA SÍ MISMO

a. El líder narcisista. Usa el poder para presumir, jactarse, seducir. La gente le termina quitando el poder porque no lo reparte al equipo. Siguiendo con el ejemplo de la pizza, si en el grupo unos quieren comer pizza y otros empanadas, el líder narcisista elige pizza “porque le gusta a él”. Cuando el líder usa el poder para sí mismo, la gente se lo quita o se va del grupo. Esto es lo primero que la gente evalúa y mantiene en evaluación con el correr del tiempo. De la envidia se pasa al odio, por eso la gente disfruta viendo sufrir a los líderes orgullosos.

b. El líder que usa el poder para su familia. Pone a alguien de su familia a liderar, o distribuye beneficios entre sus familiares o amigos. Por ejemplo: si en el grupo unos quieren comer pizza y otros empanadas, el líder les pregunta a unos pocos (sus amigos) qué prefieren comer. Aquel grupo se resiente ante la injusticia, ya que la familia y los allegados del líder reciben un trato especial.

c. El líder autoritario. Usa el poder para lastimar, ya sea poniendo cara de enojado o de víctima, abusando de los demás, etc. Siguiendo el ejemplo, si el grupo no puede decidir si comer pizza o empanadas, el líder decide y da por sentado que todos quieren comer pizza. La gente siente que otra vez no puso el poder en ellos, sino que lo decidió él porque sí. El líder autoritario genera miedo y hostilidad, y la gente lo evita.

d. El líder que no usa el poder. Dice: “Elegimos todo entre todos”. De esta manera, se vuelve pasivo, aburrido. Por ejemplo, le pregunta al grupo: “¿Comemos pizza o empanadas?, ¿en qué restaurant comemos?, ¿a qué hora comemos?”. Demuestra que no propone nada y la gente dice: “Si nosotros tenemos que decidir todo, ¿para qué nos sirve él como líder?”. Este líder pierde el poder porque genera lástima, no se lo respeta. Por eso, si un líder no propone una visión nueva, es eyectado del grupo. La gente siente que ese líder llegó a su techo, al máximo de lo que él puede brindarles.

e. El líder hipersimpático. Trata de “ganarse el poder” (que en realidad ya tiene), y lo quiere mantener no por gestión sino por “simpatía”. Es el afectivo, no es el productivo del grupo.

El entorno en el que se encuentra el líder es de influencia. Cuando el lugar físico se derrumba, el grupo mira y recibe el mensaje de: “Así como está el afuera está su mundo interior”. Las paredes rotas, las cosas tiradas, el lugar sucio hacen que el grupo le quite la autoridad al líder.

El líder usa el poder para la gente. Cuando el líder cuida, sirve, enseña, ayuda, el grupo lo respeta y lo honra, ya que siente que puede confiar en él. Si el grupo observa que el líder usa el poder en beneficio del grupo, en lugar de en beneficio propio, se volverá más poderoso. Cuando este poder se coloca al servicio del grupo, le es devuelto al líder multiplicado. Pero este debe cuidarlo y hacerlo crecer. El líder debe cuidarse de que el poder no lo llene de orgullo.

Si el poder no está bien administrado, así como se recibe, puede ser quitado. El líder con una estima sana utilizará su autoridad para beneficiar a otros. En términos bíblicos, a esto se le llama humildad; en términos psicológicos, se le llama buena estima. Buena estima o humildad es saber quién soy y

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