Más importante que el dinero

Robert T. Kiyosaki

Fragmento

Más importante que el dinero

Prefacio

ROBERT KIYOSAKI

Muchas personas tienen ideas millonarias. Creen que su nuevo producto o servicio las hará ricas y que todos sus sueños se harán realidad. El problema es que pocas personas saben cómo convertir su idea millonaria en millones de dólares.

P: ¿Por qué las personas no pueden convertir sus ideas en millones de dólares?

R: Porque casi todas las personas fueron a la escuela para aprender a ser empleados, no emprendedores.

Por eso a casi todos se les dice: “Ve a la escuela y consigue un trabajo”. Nunca escuchas: “Ve a la escuela y aprende a crear trabajos”, justo lo que hacen los emprendedores exitosos.

La mayoría de las personas va a la escuela para aprender a trabajar por dinero, un sueldo constante. Pocas personas aprenden a crear dinero para que nunca necesiten un sueldo constante. Si leíste Padre Rico, Padre Pobre, quizá recuerdes que la lección 1 de padre rico es: “Los ricos no trabajan por dinero”. Los emprendedores entienden bien esa lección y encuentran formas de hacer que su dinero trabaje para ellos. Construyen activos que les dan tanto flujo de efectivo como capital.

DAVID, GOLIAT Y PEE WEE

Hay tres tipos distintos de emprendedores en el mundo: los Davids, los Goliats y los Pee Wee Hermans.

Los Goliats son emprendedores como Steve Jobs, fundador de Apple Inc., una de las empresas más ricas en América. Otros Goliats son Larry Ellison, fundador de Oracle; Henry Ford, fundador de Ford Motor Company; Bill Gates, fundador de Microsoft; Thomas Edison, fundador de General Electric; Richard Branson, fundador de Virgin; y Walt Disney, fundador de Walt Disney Company.

Un punto importante a tener en cuenta es que todos estos Goliats empezaron como Pee Wee Hermans.

Otro punto importante es que todos en algún momento fueron Davids —Davids que se enfrentaron a Goliats en una batalla por la cima—. La película Piratas de Silicon Valley trata sobre los jóvenes Bill Gates y Steve Jobs enfrentándose a Goliats, IBM y Xerox. La película explica cómo Bill Gates se “robó” el negocio de PCs del gigante de computadoras centrales IBM y Steve Jobs le “robó” a Xerox lo que se convertiría en el mouse y la Macintosh. Piratas de Silicon Valley es una película que los Pee Wees y Davids deben ver, pequeños hombres con el valor para enfrentarse a gigantes… y posiblemente convertirse en Goliats algún día.

La historia de Richard Branson tiene un tema similar. Branson, un emprendedor del rock and roll, se convirtió en David cuando tuvo la audacia de enfrentarse con su nueva compañía Virgin Airways al gigante de las aerolíneas mundiales, British Airways. Hoy los negocios Virgin son “matagigantes” que van tras gigantes corporativos gordos, flojos, hinchados y costosos. Por ejemplo, cuando Richard vio la “grasa” (conocida como márgenes) en el negocio de la telefonía celular creó Virgin Mobile. Hoy Virgin Mobile es la marca destacada en tiendas Walmart de toda América y se encuentra entre los principales operadores de telefonía móvil.

No todos los Davids matan a Goliats. Algunos Pee Wees se convierten en Goliats inventando productos que cambian el mundo. Por ejemplo, Thomas Edison pasó de Pee Wee a David y luego a Goliat cuando inventó la bombilla eléctrica, un invento que llevó a la creación de General Electric.

Mark Zuckerberg empezó como Pee Wee en su dormitorio de Harvard, trabajando en Facebook. Se convirtió en David cuando expandió Facebook de Harvard a otros campus universitarios y se convirtió en Goliat cuando llevó Facebook a todo el mundo.

Elon Musk pasó de Pee Wee a David y después a Goliat cuando su compañía SpaceX se enfrentó a la NASA.

Elon después se enfrentó a gigantes automovilísticos como General Motors con su compañía Tesla, haciendo autos eléctricos deportivos y sexys.

PEE WEE CAMBIA EL MUNDO

No necesitas ser un David o Goliat para cambiar el mundo. Los Pee Wees pueden cambiar el mundo siendo aletas de compensación. En mi libro Segunda oportunidad, publicado en 2015, escribí sobre el doctor R. Buckminster Fuller y cómo cambió mi vida. De no ser por el doctor Fuller, o “Bucky” como le decían, no existiría The Rich Dad Company. Probablemente seguiría en el negocio del rock and roll como Richard Branson y jamás me hubiera convertido en un maestro o emprendedor educativo.

Tuve la buena fortuna de estudiar con el doctor Fuller tres veces en los veranos de 1981, 1982 y 1983. El doctor Fuller falleció pocas semanas después de la clase que tuve con él en 1983. Su partida me inspiró a dejar el negocio del rock and roll y convertirme en aleta de compensación, un Pee Wee en el negocio de la educación. The Rich Dad Company produjo un video titulado El hombre que podía ver el futuro, un minidocumental sobre la crisis financiera sin costo para cualquiera interesado en aprender cómo ver el futuro y cómo resolver la crisis financiera por medio de la educación financiera. Para ver este documental visita: RichDad.com/RDTV.

Actualmente The Rich Dad Company se enfrenta a la vieja, anticuada, extravagante y extremadamente cara industria educativa. Nuestro trabajo no es matar a Goliat. Nuestro trabajo es ser aleta de compensación en el SS Titanic, también conocido como el sistema educativo.

P: ¿Qué es una aleta de compensación?

R: Una aleta de compensación es una superficie diminuta en el borde de salida de una superficie de control más grande de un barco o avión. Una aleta de compensación es como el timón de un barco, es como los barcos se estabilizan para mantener su curso sin que el operador deba aplicar fuerza constante para controlarlos.

Fuller solía preguntarse: “¿Qué puedo hacer? Sólo soy un pequeño hombre…” Fue entonces cuando decidió convertirse en una aleta de compensación. En lugar de convertirse en un republicano o demócrata para competir por un puesto político —esperando convertirse en el capitán de la nave— se convirtió en la aleta de compensación en la parte trasera del barco. Una fuerza pequeña pero fuerte pudo influir en la dirección y producir un cambio. En 1927 se convirtió en un Pee Wee, un tipo pequeño que cambió el mundo. En el video El hombre que podía ver el futuro podrás ver algunos de los logros en la vida de Fuller, logros tales como la cúpula geodésica en la Expo 67, la Feria Mundial de 1967 en Montreal, Canadá. Verás cómo influyó en mí para convertirme en un Pee Wee, una aleta de compensación en la educación.

The Rich Dad Company se enfrenta al sistema escolar como un “pequeño hombre”… como una aleta de compensación que puede cambiar el mundo. Eso es lo que hacen los emprendedores. Hoy en día, el juego Cashflow se usa en todo el mundo como una herramienta educativa que no utiliza al sistema escolar.

Este libro está escrito para cualquiera al que le interese convertirse en emprendedor y cambiar el mundo siendo líder empresarial rico e inteligente. Ya sea que te enfrentes a los grandes o conquistes territorio no explorado, el éxito como emprendedor no es un camino sencillo.

Se requiere fuerza, compromiso y disciplina además de visión y confianza para rodearte de un equipo de asesores inteligente, experimentado y confiable.

Creo que descubrirás, igual que yo, que tu equipo puede estar entre tus activos más grandes. Pueden ser la diferencia entre sólo tener una idea millonaria o convertirla en un negocio multimillonario.

Más importante que el dinero

Parte uno

¿Quién está
en tu equipo?

Los negocios y las inversiones son deportes de equipo.

Padre Rico

Más importante que el dinero

Introducción

ROBERT KIYOSAKI

Hace algunos meses hablaba con mi doctor, quien orgullosamente me dijo: “Soy millonario. Por fin tengo más de un millón de dólares”.

Lo felicité y, como somos amigos cercanos, me sentí cómodo preguntando: “¿Cuánto pagaste en impuestos?”

“Como 700 000 dólares”, respondió tímidamente.

“Eso es mucho dinero”, dije asfixiándome.

“Bueno, ¿tú cuánto pagas en impuestos?”, me preguntó. “Sé que ganas más que yo.”

“Pago mucho menos de 700 000”, le respondí. “Y sí gano más que tú. Bastante más… pero lo que doy al Tío Sam es mucho menor.”

“¿Qué recomiendas que haga?”, preguntó.

“Despide a tu contador.”

MALOS CONSEJOS

He tenido que despedir a muchos contadores, abogados, directores generales, presidentes y otros supuestos profesionistas a lo largo de los años. Tuve contadores y abogados de firmas renombradas y prestigiosas que no tenían remedio. Fui honesto con mi doctor cuando le dije: “Despide a tu contador”.

Si has leído mis otros libros sabes que suelo escribir sobre la importancia de tener un equipo. En este libro escucharás a mi equipo. Son realmente buenos. Los asesores de Padre Rico, junto a otros emprendedores del equipo Rich Dad, compartirán sus experiencias, además de sus éxitos, desafíos y fracasos como emprendedores.

Mi equipo es mucho más importante que el dinero porque sin ellos probablemente no tendría dinero.

En este libro mi equipo no sólo te dirá qué hace. Te dirán por qué lo que hace es importante. Por ejemplo, mi contador Tom Wheelwright explicará por qué los ricos pagan mucho menos en impuestos y cómo puedes hacer lo mismo. La razón por la cual la sabiduría de Tom es mucho más importante que el dinero es porque los consejos de Tom me ahorran millones de dólares en impuestos de forma legal. Garrett Sutton hará lo mismo en el tema de entidades corporativas y protección de activos.

Quizá digas: “No gano millones. De hecho no gano mucho dinero. ¿Me servirá este libro?” La respuesta es: por supuesto. La razón por la cual muchas personas no ganan más dinero es la misma razón por la cual pagan más impuestos de lo necesario: malos asesores y malos consejos.

LA COSA MÁS IMPORTANTE

Según muchos científicos sociales, lo más importante en la vida es la red social y profesional de una persona. En otras palabras, la gente que te rodea, tu equipo y las personas con las que trabajas. Si tienes gente pobre a tu alrededor, probablemente eres pobre. Como dice el dicho: “Dios los cría y ellos se juntan”.

El Cuadrante del flujo de dinero representa a los cuatro tipos de personas en el mundo de los negocios. Recuerda que hay emprendedores en tres de los cuatro cuadrantes: en el A, el D y el I.

E significa empleado

A significa autoempleado

D significa dueño (500 o más empleados)

I significa inversionista

Mi doctor es un emprendedor del cuadrante A… aquí también entran los especialistas, los negocios pequeños, los inteligentes y las estrellas como atletas profesionales y actores de cine.

Antes de despedir a su contador me preguntó: “¿Con quién debería hablr si despido a mi contador?”

Le di tres nombres: Tom Wheelwright, mi contador; Garrett Sutton, mi abogado; y Ken McElroy, mi socio inmobiliario.

“¿Por qué tengo que llamar a los tres?”, me preguntó.

“Porque los negocios son un deporte de equipo y todos ellos son parte de mi equipo”, le respondí. “Llevamos juntos muchos años. Hemos ganado millones juntos. Les confío mi vida.”

“¿Pero por qué tres?”, preguntó el doctor.

“Porque se requieren tres asesores diferentes para ganar dinero, proteger lo que ganamos de los impuestos y proteger nuestro dinero de depredadores. Si no fuera por ellos tres estaría igual que tú, ganando millones pero pagando demasiados impuestos y preocupándome de depredadores que quieran robar mi dinero por medio del sistema judicial.”

“¿Te refieres a demandas?”, preguntó.

Asentí con la cabeza.

“Demandas e impuestos. Verás, si planeas ser rico necesitas saber cómo protegerte, antes de ser rico.”

Mi doctor tenía otra pregunta: “¿Por qué mi contador no me dio este consejo?”

Ésa es la pregunta del millón, ¿no crees? La respuesta es que no lo sé. Mi amigo tendría que hacerle esa pregunta a su contador. Lo que sí es que mis contadores anteriores en realidad tampoco sabían cómo proteger mi riqueza. Eran inteligentes y caros. Cuando entendí que no sabían o no entendían por qué invertía en bienes raíces, los dejé ir. Cuando otra firma contable me recomendó vender todos mis bienes raíces e invertir en fondos mutuos, los despedí de inmediato. Quizá eran contadores inteligentes en el cuadrante E, pero no eran contadores inteligentes en el cuadrante I.

En este libro aprenderás de mi equipo para que puedas construir tu propio equipo. Ser emprendedor no es gran cosa. Casi cualquiera puede ser un emprendedor.

Había una joven en mi vecindario que tenía un negocio de cuidado de niños. Sus padres le permitieron usar la casa familiar para recibir niños pequeños de diferentes edades por las tardes. Los padres dejaban a sus niños y con gusto pagaban los honorarios para poder disfrutar una velada sin sus hijos. Una vez que los niños dormían, la joven emprendedora hacía su tarea mientras ganaba 10 dólares por niño cada hora. En un sábado por la noche, su noche más ocupada, ganaba 70 dólares por hora más propina. Nada mal para una niña de 15 años.

Usó sus ahorros para pagar la mayor parte de su matrícula y gastos universitarios. En otras palabras, reinvirtió su dinero, lo cual la convirtió en una emprendedora más rica. Desconozco si pagó impuestos. Eso es entre ella, la agencia de impuestos y su conciencia.

El punto es que cualquier persona puede ser un emprendedor. El problema es que muy pocas personas se convierten en emprendedores ricos.

Las estadísticas muestran que la mayoría de los empresarios no se vuelven ricos. De hecho, muchos dueños de negocios chicos ganan menos que sus empleados. Los dueños de empresas pequeñas ganan menos porque su trabajo continúa después de que los empleados llegan a sus casas y porque trabajan incluso cuando el negocio está cerrado. Cuando calculas el número de horas que el dueño de una pequeña empresa trabaja y cuánto se les paga, muchos ganan menos por hora que sus empleados.

Hace poco se escribió un artículo de noticias sobre mi amiga, una emprendedora. El periódico declaró que ganaba 80 000 dólares al mes. Estoy seguro de que muchos se quedaron sin aliento al oír esa cantidad. Más tarde, cuando tomé café con ella, le pregunté: “¿Cuánto de esos 80 000 dólares mensuales logras quedarte?” Sonrió y dijo: “Nada. Reinvierto cada centavo para crecer el negocio. Sobrevivimos con el cheque de mi esposo”.

Ser emprendedor es un trabajo de 24 horas y siete días a la semana. Incluso cuando no están físicamente trabajando, la mayoría trabaja mentalmente o se preocupa emocionalmente. Los empleados pueden irse a casa o de vacaciones. Casi ningún emprendedor puede hacerlo. He escuchado que Bill Gates no descansó un solo día en ocho años mientras iniciaba Microsoft.

Enfatizo esto porque muchos empleados creen que ser “el jefe” es fácil. Muchos empleados piensan que ellos hacen todo el trabajo y que el jefe lo tiene fácil ganando todo el dinero. Muchos empleados creen que el jefe no trabaja tan duro como ellos porque los empleados y los emprendedores realizan tipos de trabajo diferentes, trabajo que requiere habilidades diferentes.

Las estadísticas muestran que la razón por la cual nueve de cada 10 negocios pequeños quiebran en sus primeros cinco años es porque casi todos los empleados, incluso los egresados universitarios con títulos avanzados como maestrías, no poseen las habilidades esenciales para ser emprendedores. Para empeorar las cosas, de los nueve de cada 10 que sobreviven a los primeros cinco años, nueve de cada 10 quiebran a los siguientes cinco años. Lo sé, yo he sido parte de esas estadísticas. He tenido muchos más fracasos que éxitos.

Estoy bastante seguro de que la razón por la cual casi todos los empleados no se convierten en emprendedores es porque la idea de fracasar —y dejar de recibir ingreso fijo— los aterra. Si son incapaces de controlar ese miedo, lo mejor es que mantengan su trabajo normal, sus beneficios y sus vacaciones pagadas… registrando su salida a las 5 p.m., cenando, viendo televisión, disfrutando sus tres semanas de vacaciones anuales y apreciando la seguridad de ser un empleado.

¿QUÉ ES UN EMPRENDEDOR?

Emprendedor es una palabra grande que significa diferentes cosas para diferentes personas. Barrons publicó un libro titulado Manual de finanzas e inversiones que ofrece esta definición de un emprendedor:

Emprendedor: una persona que asume los riesgos de abrir un nuevo negocio. Muchos emprendedores tienen conocimientos técnicos con los cuales producen un producto viable o diseñan un nuevo servicio necesario.

Buen intento, Barrons. A primera vista su definición es acertada. Sin embargo, la palabra emprendedor significa mucho más. Como mencioné antes, casi todos los emprendedores quiebran durante los primeros cinco años porque carecen de las habilidades que un emprendedor necesita. Mi vecina, la joven niñera, tiene las habilidades técnicas para ser una niñera exitosa. Para alguien de su edad, ganó mucho dinero y pagó sus estudios. No obstante, carece de las habilidades empresariales para construir un negocio y convertirse en emprendedora rica, incluso después de recibir su título universitario. Hoy es una empleada que gana mucho dinero en una corporación médica importante.

Quienes han leído mis otros libros saben que mi discurso es que nuestras escuelas enseñan a los jóvenes a convertirse en empleados, no en emprendedores. Por eso nos entrenan para memorizar y regurgitar, igual que los perros de Pavlov fueron entrenados para salivar cada que sonaba la campana de la cena, la sentencia: “Ve a la escuela y consigue un trabajo”. No se nos entrena para decir: “Ve a la escuela para abrir negocios y crear trabajos”.

Un joven amigo recientemente se graduó con una maestría en emprendimiento. Dijo que muchos maestros pasaron bastante tiempo enseñando a su clase cómo preparar su currículum… para conseguir un empleo bien remunerado. ¿Es broma? Los verdaderos emprendedores no se enfocan en su currículum. Los verdaderos emprendedores revisan el currículum de otros y contratan empleados con credenciales y habilidades para cubrir las necesidades del equipo.

DIFERENTES EMPRENDEDORES

Los emprendedores vienen en muchos, muchos tamaños, formas y estilos. Otro de mis vecinos es un doctor que está en la práctica privada. Es un emprendedor. Otro hombre del mismo vecindario es un doctor que renunció a su trabajo en un hospital grande para convertirse en un emprendedor y trabajar en un nuevo medicamento para curar una enfermedad cerebral. Él y su esposa han tenido problemas financieros durante seis años mientras el nuevo medicamento pasa por el proceso de aprobación gubernamental. Otros tres vecinos hacen desarrollos inmobiliarios importantes. Otra vecina es una agente inmobiliaria que no construye, pero vende. Es una emprendedora y tiene una agencia inmobiliaria mediana. Otros dos vecinos son dueños de equipos deportivos profesionales, beisbol y baloncesto. Son emprendedores deportivos que contratan a atletas y entrenadores profesionales, pagando millones de dólares anuales a algunos atletas. Un par de vecinos son entrenadores de estos mismos equipos, empleados contratados por empresarios deportivos.

Los artistas suelen ser emprendedores. Muchos son pintores, músicos o activos profesionales. Los Beatles fueron emprendedores que ganaron una fortuna en el mundo de la música.

Muchos eligieron ser emprendedores porque odian ser empleados. Quieren ser sus propios jefes, hacer sus cosas y no recibir instrucciones de otros. Muchos se vuelven emprendedores porque no pueden conseguir o mantener un trabajo.

Hay muchos emprendedores llamados “emprendedores en serie”. Abren un negocio y lo venden. Abren otro negocio y lo venden. Son parecidos a los que compran y arreglan propiedades sólo para venderlas lo más rápido posible.

Y algunos emprendedores se vuelven emprendedores para cambiar el mundo. Coloco a Henry Ford, Thomas Edison, Walt Disney, Steve Jobs, Bill Gates, Oprah Winfrey, Sergey Brin, Jeff Bezos, Richard Branson y Mark Zuckerberg en esta categoría. Su impacto en el mundo durará por décadas.

En relación con este libro, es importante señalar que Henry Ford, Walt Disney, Thomas Edison, Steve Jobs, Bill Gates, Oprah Winfrey, Mark Zuckerberg y Richard Branson no terminaron la escuela. Estos emprendedores nunca terminaron sus estudios porque no querían “ir a la escuela y conseguir un trabajo”. Querían convertirse en emprendedores para cambiar el mundo y eso fue lo que hicieron.

¿NACEMOS COMO EMPRESARIOS?

La pregunta que muchos hacen es: “¿Las personas nacen emprendedoras o se hacen emprendedoras?”

Creo que todos nacemos emprendedores. Por eso empecé este capítulo con la historia de la joven de preparatoria y su negocio de cuidado de niños. Todos hemos visto a niños con sus puestos de limonada o a las Girl Scouts vendiendo galletas. Todos pueden ser emprendedores, seamos jóvenes o viejos, altamente educados o sin estudios escolares.

Durante la era agraria la mayoría de los agricultores eran emprendedores. Tenían una pequeña parcela de tierra que cultivaban, plantaban y cosechaban para alimentar a sus familias.

Vendían lo que no consumían. Después llegó la era industrial. Millones de agricultores dejaron la granja, se mudaron a las ciudades donde estaban las fábricas y se convirtieron en empleados.

Hoy en día nuestras escuelas continúan entrenando a jóvenes para ser empleados. El problema es que ahora estamos en la era de la información y la tecnología remplaza a los empleados. Cuando los empleados se van a huelga y demandan salarios más altos, los trabajos se trasladan al extranjero a países con salarios más bajos o una nueva tecnología remplaza al empleado. El rumor sobre el “ascenso de las máquinas” es real. Los supermercados actuales remplazan a los vendedores de cajas con estaciones de pago automático.

Con la idea de la seguridad laboral bajo asedio, ser un emprendedor es la nueva profesión de moda. Muchos analistas pronostican que el S&P 500 se reducirá a S&P 300 porque nuevos emprendedores harán que 200 de esas 500 compañías actuales se vuelvan obsoletas. Esto significa más desempleo para millones de empleados que encontraron trabajo en la empresa equivocada.

Quizá recuerdes que fue Steve Sasson, un empleado de Eastman Kodak, quien inventó la fotografía digital en 1974. Menos de cuatro décadas después, en 2012, Kodak —una empresa de 131 años— tramitó su protección por bancarrota. Fue su propia tecnología la que los sacó del mercado, costándoles a miles de empleados Kodak sus empleos.

Hoy el mantra de “ve a la escuela y consigue un empleo seguro” es una idea obsoleta. La competencial tecnológica y global algún día hará que todos nosotros, como empleados, seamos obsoletos. Quizá por eso muchos dormitorios universitarios son “incubadoras” para emprendedores estudiantiles que esperan crear el siguiente Facebook, la siguiente gran cosa… el próximo negocio que cambiará el mundo. El problema es que la mayoría de los emprendedores, incluso si logran que su negocio despegue, nunca serán ricos.

La realidad es que casi todos los emprendedores no son muy diferentes a un empleado que vive de cheque en cheque. El reto es convertirse en un emprendedor rico.

PREGUNTA A LOS EMPRENDEDORES

El siguiente es un pasaje de la revista Forbes sobre la importancia de una educación colegial y el ser emprendedor:

Mientras que 69% de los dueños de negocios fueron a la universidad (muy por encima del promedio nacional), sólo 68% de este grupo de egresados universitarios creía que esta educación hizo una diferencia en su éxito. Compare eso con el 86% de la población general que cree que la universidad sigue siendo una buena inversión —aunque cada vez sea más costosa. Sólo 61% de todos los dueños de negocios sentía que una educación universitaria era muy o algo importante para el éxito en la economía actual—, un número que contrasta mucho con el sentimiento del público en general sobre el valor de un título universitario.

Traducción: Si vas a ser un empleado, un doctor o un abogado autoempleado, la educación tradicional es importante.

EMPRENDEDOR DE TAXI

En 1907 Harry N. Alien, emprendedor y fundador de la Taxicab Company de Nueva York, importó 600 taxis de gas de Francia. Él fue quien acuñó la palabra taxicab con la que millones de personas se convirtieron en empresarios llamados taxistas.

Hoy Uber remplaza a la palabra taxi. Muchos emprendedores independientes se convierten en conductores de Uber.

La pregunta es, ¿cuánto tiempo pasará antes de que los conductores de taxis y los conductores de Uber se vuelvan obsoletos? ¿Cuánto antes de que las innovaciones como el auto sin chofer de Google, un carro que no requiere un conductor humano, remplace tanto a conductores Uber como a taxistas?

En 2014 asistí a una reunión de compañeros pilotos en la Infantería de Marina en Pensacola, Florida. Pensacola es donde pasamos por el entrenamiento de pilotos en los años setenta antes de ir a Vietnam, sirviendo bajo el mismo escuadrón. No es sorpresa que la discusión entre viejos pilotos y nuevos pilotos se centre en la pregunta: “¿Necesitamos pilotos?” Muchos de los nuevos pilotos aprenden a pilotear drones, no aviones.

Si el carro Google puede remplazar la necesidad de conductores Uber, ¿los drones pueden remplazar la necesidad de pilotos? Como piloto retirado sé que los pilotos de hoy cada vez vuelan menos. Hoy en día los aviones modernos pueden despegar, volar y aterrizar sin necesidad de pilotos humanos. Los pilotos humanos son pilotos de respaldo; sólo están ahí para que los pasajeros se sientan seguros o en caso de que falle la tecnología.

En el mundo de la medicina, los robots son capaces de hacer un mejor trabajo en la sala de operaciones que los cirujanos humanos.

Deberíamos de preguntarnos: ¿Qué más será remplazado?

¿POR QUÉ CONVERTIRSE EN EMPRESARIO?

Éstos son algunos ejemplos de por qué más y más personas se convierten en emprendedores. La tecnología y la competencia extranjera están haciendo obsoleta a la gente. La idea de un empleo bien pagado y un cheque de por vida es un concepto muy viejo… y obsoleto.

Hoy, millones de personas empiezan a darse cuenta de que ser un emprendedor puede ser más seguro que ser un empleado.

Andy Grove, uno de los fundadores y CEO de Intel Corporation, es conocido por su frase guía “sólo los paranoicos sobreviven”. Este libro está escrito para aquellos que están paranoicos, aquellos que se dedican a volverse más inteligentes y aquellos que quieren ser más ricos siendo emprendedores.

Durante la era industrial los emprendedores eran conocidos por crear empleos y negocios. En la era de la información los emprendedores son conocidos por destruir trabajos y negocios.

Un ejemplo es la industria de los libros. Cuando Padre Rico, Padre Pobre se publicó por primera vez en 1997, el negocio de las librerías físicas estaba en auge. Después llegó Amazon y muchas librerías de la era industrial, como Borders, desaparecieron.

Hace unos días me encontraba en el supermercado cuando una de las personas en la tienda me detuvo y me preguntó: “¿Me recuerda?” Cuando fue obvio que no lo recordaba, dijo: “Yo era el gerente de Borders cerca de su casa. Solía programar todas sus pláticas y firmas de libros”.

La conversación me rompió el corazón. Hice todo lo posible para mantenerme alegre y darle las gracias por todo lo que hizo por mis libros, mi negocio y por mí. Mientras hablábamos de los viejos tiempos, el mantra de Andy Grove —“sólo los paranoicos sobreviven”— resonaba en mi cabeza.

De nuevo, los emprendedores no crean trabajos. Hoy los emprendedores destruyen trabajos y negocios a gran velocidad.

El problema es que nuestras escuelas aún entrenan a estudiantes para ser empleados en busca de seguridad laboral en lugar de emprendedores en busca de seguridad financiera.

La buena noticia es que las escuelas ya ofrecen cursos en emprendimiento. Aunque aplaudo sus esfuerzos, me temo que las escuelas aún tienen empleados que tratan de enseñar a los estudiantes a ser emprendedores. Eso sería como aprender a surfear o jugar golf leyendo un libro. Si nunca has sido revolcado por una ola gigante, ¿cómo puedes saber lo que se siente cuando, como emprendedor, tu negocio es revolcado por la competencia?

En términos simples, los empleados ven el mundo con la mentalidad de empleados. Los emprendedores ven el mundo con un par de ojos distintos. Este libro habla sobre ver el mundo con los ojos de verdaderos empresarios.

Una de mis frases favoritas de Steve Jobs fue presentada al inicio de este libro. Es una idea poderosa que merece ser repetida:

No puedes conectar los puntos viendo hacia adelante; sólo puedes conectarlos viendo hacia atrás. Por eso tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna manera en tu futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, destino, vida, karma, lo que sea. Este enfoque nunca me ha decepcionado y ha hecho toda la diferencia en mi vida.

La mayoría no logra convertirse en emprendedor porque fue a la escuela y aprendió a manejar por la vida observando el retrovisor. Los emprendedores pueden ver el futuro.

EMPRENDEDORES REALES

Kim, mi esposa y compañera de negocios, realmente es una emprendedora en bienes raíces. Ella y nuestros asesores han contribuido a este libro, porque el equipo que hemos creado en The Rich Dad Company y nuestras inversiones personales han sido la base de nuestro éxito. Nuestros asesores son emprendedores reales que están en las trincheras. Son experimentados, exitosos y apasionados al enseñar lo que han aprendido. Kim y yo les agradecemos por su contribución a este libro.

Los emprendedores en este libro comparten sus éxitos y, quizá más importante, sus errores, y cómo esos errores se convirtieron en lecciones invaluables. Si bien una educación universitaria puede ser importante, no hay mejor maestro que la experiencia empresarial en el mundo real.

Uno de los problemas con la educación tradicional es que nuestras escuelas aún creen que cometer errores es malo. Los maestros tradicionales castigan a sus estudiantes por cometer errores, lo cual significa que la persona que comete la menor cantidad de errores es etiquetada como el estudiante más inteligente.

En el mundo real del emprendimiento, el empresario que comete más errores y aprende de sus errores gana. Por ejemplo, Thomas Edison fracasó más de 1 000 veces antes de inventar la bombilla eléctrica. Henry Ford se declaró en bancarrota cinco veces antes de que Ford Motor Company tuviera éxito. Steve Jobs fue despedido de su propia empresa, Apple, antes de regresar y rescatarla de la bancarrota. Hoy Apple es una de las compañías más ricas del mundo. Bill Gates fue acusado por el gobierno estadounidense por prácticas monopólicas y ganó. Mark Zuckerberg fue demandado por los gemelos Winklevoss, quienes afirmaban haber creado Facebook.

Menciono las pruebas y tribulaciones de estos grandes emprendedores porque por eso pasan los emprendedores reales. Pueden ser lecciones que determinen el futuro de un negocio, si buscamos la lección en cada error o fracaso.

En este libro aprenderás qué es importante, qué es valioso y qué necesitas aprender para ser un emprendedor exitoso. Y lo más importante, aprenderás que tener una “gran idea” sólo es el comienzo.

Más importante que el dinero

Código de honor del equipo

BLAIR SINGER

Lo vemos cada domingo por la tarde. Leemos sobre ello en historias increíbles de logros y valor. Nos ponemos la playera de nuestros favoritos. Es la dinámica mágica de un grupo de individuos comprometidos que se reúnen para producir algo extraordinario e incluso impredecible un día cualquiera. Lo llamamos juego de equipo de campeonato.

Para muchos es algo que sólo escuchan, pero nunca experimentan. Sin embargo, para cualquier emprendedor exitoso la habilidad de reclutar y construir un equipo de campeonato es —después de las ventas— la habilidad más importante a dominar para que su idea o sueño tenga vida y éxito.

¿Por qué es crítico? Por el mero hecho de que sólo tienes una cantidad limitada de tiempo, energía y recursos para hacer las cosas por tu cuenta. Necesitas un equipo capaz de cumplir una promesa a un público ansioso. Pero más que eso, hay una sinergia mágica que sucede en los grandes equipos cuando se da más de lo prometido y se crean resultados que exceden las expectativas una y otra vez. El doctor Buckminster Fuller definió la sinergia como sistemas enteros que son “impredecibles” por la suma de sus partes.

Construir un gran equipo de negocios no es algo que sucede por suerte. No sólo se limita a la mezcla “perfecta” de talento y química personal. Herb Brooks, el legendario entrenador del equipo olímpico de hockey de 1980, dijo a sus jóvenes jugadores que no tenían suficiente talento para ganar sólo con talento. Pese a ello vencieron a los mejores del mundo en Lake Placid ese año. Es algo que se puede crear con un liderazgo inspirado y algunos pasos muy definitivos.

Durante los últimos 25 años he construido mis propios equipos de negocio en las industrias de camiones, educación, franquicias y licencias. También he pertenecido a varios grandes equipos. He entrenado a miles de organizaciones para que construyan sus equipos. Desde compañías tan grandes como Singapore Airlines, L’Oreal, HSBC e IBM a pequeños negocios de cinco a 10 personas. En todos los casos, los principios de los equipos exitosos siguen siendo los mismos.

El primer paso es asegurarte de tener clara tu definición de “equipo”. Para algunos, la familia es un equipo; para otros, es un grupo que asume un objetivo en común; para otros implica un nivel de transparencia y honestidad que muchos ni siquiera experimentan en sus relaciones primarias. No hay una definición correcta o incorrecta. Sin embargo, es importante que todos los miembros estén en la misma página.

Para simplificar esto, reduzcámoslo a algunos pasos clave:

RECLUTAMIENTO

El reclutamiento es la promesa que atrae a los jugadores al equipo. Para hacer eso hay un primer paso importante: ser claro con la misión. ¿Qué es lo que tratas de lograr… y por qué? Probablemente el porqué es lo más importante. Hace años Robert me presentó a uno de sus amigos, un general retirado del Cuerpo de Marines.

Era fascinante hablar con él, especialmente porque había estado a cargo del reclutamiento de marines.

Hizo hincapié en una de las cosas más importante sobre la construcción de equipos. Dijo que la escala salarial del Cuerpo de Marines era muy baja. Claramente los reclutas no llegaban por dinero. Dijo que la gente se enlista por quienes esperan llegar a ser en el proceso de convertirse en marines. Dijo que los jóvenes reclutas quieren ser parte de algo más grande que ellos mismos.

Ahora piensa en eso por un momento. No hay promesas de dinero, sólo el deseo de crecer y SER parte de algo significativo.

Como dueño de negocio, ¿puedo hacer la misma oferta? Por eso digo que tu habilidad número uno es la habilidad de vender. Sin eso te será difícil inspirar a personas para que trabajen contigo o para ti por las razones correctas. Piensa en una franquicia. Los franquiciados de hecho pagan por ser parte de un equipo.

Cuando era estudiante de la Universidad Estatal de Ohio tuve el privilegio de ser alumno administrador del equipo de futbol americano —los Ohio State Buckeyes bajo el liderazgo del legendario entrenador Woody Hayes. Fue ahí donde aprendí la importancia de la disciplina, el trabajo duro, trabajar desinteresadamente por el equipo y jugar por algo más grande que un trofeo. La mayoría de los jugadores en el equipo sabían que no llegarían a jugar a nivel profesional, pero querían ser “parte de algo”.

En mi primero negocio de camiones no éramos los empleadores que mejor pagaban, pero tuvimos baja rotación de personal y un gran equipo que sacaba al negocio de desastres inminentes una y otra vez. Nos ayudaron a convertirnos, en ese entonces, en una de las operaciones camioneras para transporte de carga aérea de mayor crecimiento.

Cuando era capitán del equipo de campo traviesa de una preparatoria que competía por un campeonato estatal, nuestro mantra era “permanezcamos juntos e impulsémonos entre nosotros”. Si conoces algo sobre el campo traviesa, sabes que una o dos superestrellas no te harán ganar. Nos enorgullecíamos de correr juntos cerca de la delantera. Así es como ganamos. Cada día nos preguntábamos: “¿Qué clase de equipo tendríamos que ser para correr en campeonatos estatales?”

EL CÓDIGO

Aprendí hace mucho tiempo tras ver al coach Hayes que todos los grandes equipos tienen una cosa en común. De hecho, esto es cierto en cualquier negocio, religión, civilización o familia.

Los que duran y tienen éxito tienen reglas. Una serie de reglas simples y entendibles que llamamos un código de honor.

Son una serie de reglas que toman los valores centrales de cualquier grupo, como el trabajo duro, la honestidad, la rendición de cuentas, el trabajo en equipo… y los protegen con estas reglas. Piensa en los Diez Mandamientos.

Ése es un código de honor clásico. Fue diseñado para tomar a un grupo de israelíes vagabundos y mantenerlos unidos y fuertes como cultura.

En un negocio o matrimonio, cuando las reglas son ignoradas o no se aplican, el caos y el desorden no tardan en aparecen. El coach Hayes explotaba de coraje si un jugador rompía el toque de queda, llegaba tarde a prácticas, decía groserías en el campo de práctica, faltaba el respeto a un entrenador o reprobaba una clase. El código los mantenía unidos. Cada jugador quería ser su mejor versión y el coach Hayes prometía que si seguías sus reglas te convertirías en tu mejor versión.

Lo primero que hacemos cuando iniciamos o entrenamos a una compañía es establecer un código de honor. ¿Por qué? Porque ante la falta de reglas, la gente inventa las propias.

Cuando el calor sube, las personas regresan a sus patrones de comportamiento instintivos… y eso rara vez es bueno para el equipo. No es porque sean malas personas, sino porque todos tienen sus propias experiencias, antecedentes y condicionamiento.

En la escuela nos enseñaron a hacer las cosas por nuestra cuenta. Esto no es bueno para el trabajo en equipo. La cooperación en la escuela se considera trampa, pero la colaboración empresarial suele ser la clave del éxito. Se me enseñó a ser un individuo fuerte y alguien que no tenía que pedir ayuda o apoyo. Eso no funcionará si intentas que todo un grupo trabaje junto. Es por eso que debes tener reglas.

En el equipo de asesores de Padre Rico, tenemos un código de honor al que nos suscribimos todos. En nuestros negocios individuales tenemos reglas diferentes porque tenemos equipos diferentes. Mi esposa y yo tenemos un código. Tenemos un código para nuestros hijos y familia. Tengo un código conmigo mismo. ¿Por qué?

En 2012 mi hijo de 12 años y yo fuimos a Tanzania para escalar el monte Kilimanjaro. La primera noche en la montaña mi hijo se enfermó mucho. Al día siguiente, aunque trató de moverse, empeoró. Ya no podía retener alimentos en su sistema. Estaba claro que tenía que descender y encontrar un doctor. Me enfrenté a una decisión. Bajar o dejar que uno de los porteadores lo bajara.

¡Me moría por escalar esa montaña! El oxígeno era bajo, mi emoción era alta y mi inteligencia es baja. Ésa es una mala combinación, pero no es diferente a muchas situaciones que enfrentamos en los negocios y en las relaciones.

Sin embargo, en medio de esa decisión, un pensamiento se cruzó por mi mente. Fue: “¡Escribí un libro sobre esto!” Se llama Código de honor del equipo. La primera regla que él y yo creamos antes de emprender el viaje fue: “Empezamos juntos, terminamos juntos”. Nuestro código era claro: nunca abandones a un compañero que necesite ayuda. Decisión tomada; bajé con él.

Sin esas reglas, podría haber tomado una decisión catastróficamente mala a 10 000 pies de altura. ¡Actúo conforme a un código para protegerme de mí mismo! Tras un descenso de ocho horas, estuve a su lado en una dudosa clínica de tercer mundo hasta que se recuperó. Cimentó nuestra relación padre-hijo para siempre. Tan fue así que decidimos regresar al año siguiente y el 3 de julio de 2013, a las 11:27 de una mañana gloriosa, él y yo llegamos a la cima del Kili juntos. Le entregué un llavero con un colgante que había cargado conmigo todo ese tiempo, el cual decía:

Empezamos juntos, terminamos juntos.

Cuenta conmigo siempre.

Papá

Aprendí que hay algo más grande y más poderoso que una montaña. Se llama amor. Por fortuna creamos una regla para protegerlo. Lo creas o no, otras familias en otras expediciones no tomaron esas decisiones y las llevó a separarse.

DESEMPEÑO

Una de las reglas de los equipos es ésta: mientras más rendimiento haya, más estrictas son las tolerancias… y las reglas. Los equipos de campeonato son de disciplina fuerte. Dejan poco margen para evadir responsabilidades. Una vez que se establece

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