Viaje al big bang

Mario Hamuy

Fragmento

Prefacio

PREFACIO

«El cosmos es todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que alguna vez será», meditaba el divulgador científico Carl Sagan, conductor de la serie Cosmos, hace algunas décadas. Esta majestuosa y elocuente frase nos recuerda que el universo es el «todo», tanto el espacio como el tiempo, así como lo que ambos contienen.

En sus doscientos mil años de presencia en el planeta Tierra, desde este rincón del universo, nuestra especie humana se ha obsesionado con explicar nada menos que el «todo» al cual aludía Sagan. Nuestros antepasados lo hicieron contemplando el cielo, inspirados por la belleza de la noche, al calor de una fogata, buscando respuestas a preguntas fundamentales con las que hemos soñado más de alguna vez: ¿de qué está hecho el universo?, ¿es infinito?, ¿ha existido siempre?, ¿cuál es su origen?, ¿cuál será su destino?, ¿estamos solos o hay vida más allá de la Tierra?

Los primeros avances astronómicos comprobados se remontan a hace unos doce mil años en el continente africano. Hace poco más de cuatro siglos, la invención del telescopio nos permitió trascender nuestra pequeñez física, expandir nuestros horizontes cósmicos y comenzar a encontrar respuestas a estas preguntas, por imposibles que parezcan de hallar. El siglo XX fue particularmente generoso en el avance del conocimiento astronómico: hace solo cien años nuestra galaxia constituía todo el universo conocido; hoy, en cambio, sabemos que la Vía Láctea es apenas una entre miles de millones de otras como ella y que el inmenso universo que conocemos emergió del estallido de una inocente burbuja, más pequeña que un átomo, hace unos catorce mil millones de años.

¿Cómo es posible que, en mucho menos de un segundo, una explosión haya dado el puntapié inicial y fijado las leyes que regirían todo lo que vendría? La idea era tan descabellada que algunos astrónomos se resistieron a aceptarla; otros, como el astrofísico inglés Fred Hoyle (19152001) la ridiculizaron, refiriéndose a ella con desprecio en un programa radial de la BBC transmitido en 1949 como el Big Bang, lo que, traducido al español, sería «gran explosión». No obstante, la evidencia científica obtenida en el siglo XX validó esta noción como la más aceptada y exitosa en relación a la génesis y posterior evolución del universo. Irónicamente, hoy debe su nombre a uno de sus mayores detractores.

Los astrónomos, de forma increíble, han logrado remontarse catorce mil millones de años al pasado y adentrarse en ese dramático segundo en el que se forjaron las condiciones iniciales de nuestro universo. Desde allí, a partir de las propias leyes universales que el Big Bang se dio, se ha podido reconstruir su biografía y, de paso, la nuestra. Es así como hoy tenemos el privilegio de ser testigos de este momento clave de la humanidad, en el cual, por primera vez luego de muchos milenios contemplando e interrogando al cielo, nuestra especie puede comenzar a responder científicamente la pregunta ¿de dónde venimos los humanos?

Como ves, y a poco andar, ya nos estamos adentrando en los misterios más íntimos que dieron origen al universo y a nuestra propia existencia. Por la importancia de lo que estamos hablando, y con justa razón, te estarás preguntando: ¿cómo podemos saber si realmente ocurrió el Big Bang? Esta es la invitación que te extiendo en las páginas siguientes, con el fin de recorrer juntos la historia de los apasionantes descubrimientos de la astronomía del siglo pasado, algunos de ellos producto de la mera casualidad, y descubrir las claves sobre las cuales se consolidó esta idea. No solo hablaremos de astronomía, sino también de los grandes héroes tras esta historia.

Tal como con cualquier otra hipótesis científica, para poder averiguar si el modelo del Big Bang tiene algo que ver con la realidad, tenemos que revisar las pruebas que lo sustentan. Cuando los científicos plantean una teoría, su tarea no solo es proponer un modelo para describir una parte de la naturaleza, sino plantear exigentes comprobaciones que lo validen. Basta con que una de las predicciones del modelo sea contradicha por los hechos para que el modelo sea cuestionado o caiga en desgracia. Como veremos en estas páginas, el modelo del Big Bang ha logrado sortear con éxito las más exigentes predicciones, situándose en la cúspide del intelecto humano.

En los primeros tres capítulos revisaremos las tres evidencias científicas fundamentales sobre las cuales descansa el Big Bang y los eventos históricos que llevaron a la instalación de esta notable construcción conceptual, que ha pasado a ser el modelo estándar de la cosmología moderna. Una vez que estemos familiarizados con esta idea, en el cuarto capítulo revisaremos la biografía del universo, desde el inicio de la expansión hasta el momento que decidiste abrir este libro. Hacia el final de este viaje al Big Bang, en el quinto capítulo, nos remontaremos en el tiempo hasta aproximarnos a la vertiginosa génesis del universo, una invitación a conocer e indagar en la intimidad del Big Bang, ese hito que Carl Sagan llamó «el más grande de los misterios».

* * *

Este libro es un pequeño tributo a Ismael Botti Rojas, joven astrónomo, profesor y divulgador científico. Un accidente en la Iglesia de Piedra ubicada en la playa de Cobquecura nos ha impedido, desde septiembre de 2021, volver a verlo, a pesar de la incansable búsqueda de su familia para que el mar entregue alguna señal de su paradero. Tuve la fortuna de compartir con Ismael su amor por el universo y su compromiso incondicional por la divulgación de la ciencia, especialmente con jóvenes y comunidades de escasos recursos. Amigo, siempre te recordaré.

1. Primera evidencia: la expansión del universo

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PRIMERA EVIDENCIA:

LA EXPANSIÓN DEL UNIVERSO

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