Emmie es invisible

Terri Libenson

Fragmento

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PRÓLOGO

Hay un montón de libros sobre chicos o chicas que están o que son marginados. Creo que me los he leído todos.

Normalmente, la cosa va así:

(1) El personaje principal es raro…

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listo…

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o tiene algún tipo de incapacidad.

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(2) Todos fastidian a este personaje.

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(3) El personaje se venga…

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o le da la vuelta a la situación para que «haya una moraleja».

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(4) A lo largo de la historia, el personaje se junta con uno o dos amigos igual de frikis que él/ella para que no sienta solo/a.

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Todo genial, pero ¿qué pasa con los libros que están protagonizados por otro tipo de gente? Ya sabes, los que no son precisamente ni raros…

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ni listos…

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ni… Bueno, ni esta.

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Los que a lo mejor son… héroes al acecho.

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¿Y qué pasa si nadie se mete con el «héroe»?

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¿Qué pasa si el héroe pasa… desapercibido?

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EMMIE

Me llamo Emmie Douglass. Tengo trece años y estoy en primero de secundaria.

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Nací aquí, en Lakefront. Mis padres dicen que llegué al mundo con un «alarido que hizo añicos las ventanas». Lo dicen como si fuese la cosa más divertida del mundo.

«Ironía», lo llama mi padre.

Yo lo llamo «falsas esperanzas».

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Pues sí, por si no lo habías adivinado, soy bastante callada. He sido así desde que puedo recordar. El aullido ese de recién nacida debió de ser pura coincidencia. Por otro lado, tengo hermanos mucho más ruidosos y mayores que yo. Mi madre dice que de pequeña era más parlanchina, así que mis teorías son:

(a) Me cansé de intentar que se me oyese por encima de mis hermanos y cerré el pico o…

(b) Según iban creciendo, y estando cada vez más ocupados, me quedé sin nadie con quien hablar, excepto con los adultos. ¿Y quién quiere hablar con los adultos?

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Por cierto, el que tenga hermanos mucho mayores que yo me convierte en algo llamado «bebé por accidente». Intento no pensar en eso.

De todos modos, Brandon y Trina ya están en la universidad y lejos de casa. Mis padres trabajan, así que estoy aún más sola.

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No siempre fue así. Cuando mi hermano y mi hermana eran más pequeños, mi madre se quedó en casa para cuidarlos. Siempre traían amigos y el bullicio en casa era constante. Creo que cuando yo llegué mis padres estaban deseando escaparse. Eso significó que mi madre consiguiese un nuevo trabajo en un gimnasio y que mi padre trabajara unas 50 horas a la semana como IT manager (que no tengo ni idea de lo que es). Por lo que sea, la casa ahora está bastante en silencio.

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Antes de que empieces a sentir pena por mí, déjame que te explique las cosas como son. Mis padres no me rehúyen. Simplemente son personas ocupadas. Cuando estamos juntos, me prestan atención. Hasta tenemos contacto visual y todo.

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Me parece que, como soy la última hija en casa, mis padres necesitan su tiempo a solas. Aun así, cuando están en casa, están como merodeando a mi alrededor.

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A veces creo que lo que necesito es algo intermedio.

Mi madre es una loca de la salud y ha decidido convertirme en su «secuaz». Por eso tiene el trabajo en el gimnasio. Es recepcionista a tiempo parcial e instructora de cardio el resto del tiempo. Tiene más músculos en su dedo gordo del pie que los que tengo yo en todo mi cuerpo.

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Además del deporte, prepara comidas con cosas como «quinoa» y «frutas del bosque con trigo»…, por no hablar de la novedad mensual de fruta o verdura.

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Digamos que nuestro baño también hace ejercicio.

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Mi padre y yo nos parecemos más. Los dos somos callados, pero él es mejor con los números y las Mates. Nos sentamos juntos durante horas sin necesidad de hablar. Cualquiera diría que es incómodo.

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Vale, lo es.

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Pero

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