Me quiero, te quiero

María Esclapez

Fragmento

cap-1

Cuando pensé en escribir este libro recordé todas aquellas relaciones que viví antes de experimentar el amor. Quería escribir lo que tienes entre tus manos desde mis conocimientos profesionales, pero también desde mi propia experiencia.

Yo también pasé por numerosas relaciones tóxicas y sufrí dependencia emocional. Durante mucho tiempo ignoré aquella vocecita en mi interior que me decía que las cosas no iban bien. La realidad de aquella época es que me daba miedo mirar dentro de mí, por lo que pudiera encontrar. Así que, tristemente, fui acallando esa voz que habitaba en mí hasta hacerla desaparecer.

Silenciar aquella voz fue alimentar la de otros que pretendían anularme. Me desprecié tanto a mí misma que me convertí, por enésima vez en mi vida, en mi peor enemiga. Mientras llenaba el corazón de mis parejas, en el mío habitaba el vacío. Si pudiera decirle a Dante que añadiera un círculo más en su infierno, ese sería el sufrimiento psicológico. No tengo la menor duda.

Pero el instinto es fuerte y no se rinde tan fácilmente. Un día cualquiera esa vocecita volvió y supe que era mi momento. Tenía que hacer algo. Ya estaba bien de caer una y otra vez en las mismas trampas. Y ahí, cuando mi vida entera sufría una debacle y yo permanecía en el ojo del huracán, cogí fuerzas para comenzar mi trabajo personal.

La vida me siguió llevando por numerosos fracasos a nivel personal y profesional, pero algo empezaba a cambiar, y es que me sabían diferentes. Ya no sentía ganas de autodestruirme o boicotearme. Ahora era más consciente de las cosas.

No recuerdo el momento exacto del cambio, así que no te puedo contar dónde estaba o qué me rodeaba. Pero sí lo asocio con la etapa que viví en Madrid, la ciudad que me acogió e ilusionó, pero también la que me maltrató. Allí sufrí y disfruté la vida a partes iguales. Allí conocí a Alberto, el amor de mi vida, quien me acompañó a comprender que probablemente me enamoré muchas otras veces antes, pero que nunca había conocido el amor de verdad hasta que él llegó a mi vida.

A ti, lector/a que estás leyendo esto, te digo que te entiendo (no sabes cuánto). Sé que, al igual que me pasó a mí, es posible que dentro de ti se escondan dudas y preguntas que temes mirar a la cara. Quizás ya sospechas que las cosas no van bien y que lo que vives en tus relaciones de pareja puede no ser lo normal. Incluso puede ser todo lo anterior, y que además quieras salir de toda esa mierda, pero no sepas cómo. Estás leyendo este libro porque sé que esa vocecita de la que te hablaba antes también la oyes tú y por fin has decidido escucharla. Ojalá aquí encuentres lo que a mí me habría encantado tener en mi época de oscuridad.

Yo pretendo motivar tu introspección. Da igual en qué punto estés, nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde si la dicha es buena. Te acompañaré a mirar dentro de ti para que te escuches, reflexiones y encuentres las respuestas que buscas, sean cuales sean.

Ahora, echando la vista atrás, pienso que, si hace unos años, cuando lo único que tenía en la vida era un trabajo precario con el que no llegaba a fin de mes y varias relaciones dependientes a la espalda, me hubieran dicho que un día iba a estar como estoy ahora, no me lo habría creído. Aprendí a la fuerza a estar sola y a valorarme. Me desvinculé de todas aquellas personas que solo estaban en mi vida para sacar provecho de mí y de lo que yo era. Dejé el trabajo y, a pesar de no creer en nada ni en nadie, volví con la maleta llena de esperanzas a la tierra que me vio nacer. Decidí, en ese camino en el que empezaba de cero, simplemente confiar en mí y en mis capacidades, sin depender de nada ni de nadie. Y así lo hice, muerta de miedo, pero lo hice. Me volví a llevar un par de palos más de esos que nunca olvidas, pero me dio igual. Continué. Me decía a mí misma: «Tú a lo tuyo, tú a lo tuyo», frase que aún de vez en cuando me sigo repitiendo. Y, así, llegó un día en el que el trabajo empezó a dar sus frutos, en el que la vida me puso en el camino a gente en la que, por fin, podía confiar. La vida me mostró su segunda cara y yo acepté.

La María que soy hoy no tiene nada que ver con la María que era. Me ha costado lloros infinitos, grandes decepciones y una ansiedad con la que aún convivo. Lo he pasado mal, sí, pero tengo todo lo que siempre soñé y no puedo dejar de mirar atrás pensando en que todo, de alguna manera, me valió como aprendizaje para poner límites. De vez en cuando aún recuerdo algún episodio de mi vida al que vuelvo llorando para abrazarme fuerte. Ya nada es como antes y, aunque ahora mi vida tampoco sea maravillosa, sigo teniendo a los pilares más importantes de mi vida a mi lado: mi pareja y mi familia, a quienes dedico este libro. Gracias por haber estado siempre ahí, sois mi refugio, mi apego seguro y la estabilidad emocional que necesito cuando los fantasmas del pasado vuelven a visitarme.

NOTAS IMPORTANTES

Sobre los sucesos descritos en este libro

En este libro encontrarás descritas vivencias personales estrictamente reales de la propia autora.

Por otra parte, también podrás leer testimonios basados en hechos reales de sus pacientes. Estos últimos están ligera y moderadamente modificados con la intención de salvaguardar y respetar la identidad e intimidad de las personas implicadas.

Algunas de las situaciones plasmadas, como por ejemplo las conversaciones de WhatsApp, son ficticias y pertenecen al proyecto Radiografías de conversaciones tóxicas por WhatsApp de la misma autora. Dichas imágenes pretenden recrear situaciones que pueden darse y se dan en la vida real.

Todos los nombres utilizados en la narración son ficticios, por lo que cualquier parecido con la realidad que el lector pueda encontrar es fruto de la casualidad.

Sobre la gramática

En el libro se usa el masculino genérico para facilitar la lectura, pero este libro va dedicado a cualquier persona que desee leerlo, independientemente de su identidad y expresión de género.

cap-2

Antes de empezar a abordar conceptos más específicos de las relaciones de pareja, me gustaría hablarte acerca de la importancia de crear vínculos sanos en las relaciones con los demás y con nosotros mismos.

En la vida nacemos y, mientras crecemos, vamos descubriendo mundo y aprendiendo a relacionarnos con el entorno que nos rodea. Lo que aprendemos, y cómo lo hacemos, es lo que, más adelante, determinará en gran parte nuestra forma de procesar las cosas, de vincularnos con los demás y de responder ante los estímulos que nos rodean (por ejemplo, la forma de reaccionar ante los problemas). Por este motivo, podemos decir que nuestra historia personal marca la manera de relacionarnos, ya no

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