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Una llamada inesperada

Slime, slime, baby... tará-tará-taratara.
Slime, sli...
Estaba entonando mi mantra preferido, ese que hago imitando la canción de Vanilla Ice cada vez que termino algunas de mis creaciones, cuando mi madre irrumpió en mi taller terminando con mi paz y también con el hermoso cupcacke que acababa de hacer inspirado en la película Luca de Pixar.
—¿Con Sofía? —gritó abriendo la puerta de una patada y haciéndome arruinar la cabeza de Luca por el susto—. Sí, sí, Sofía Vera, soy su madre, pero no le escucho bien, lo siento... Sí, SÍ, ¡la misma!, la tengo aquí a mi lado, pero no ent...
Mi padre entró en el taller detrás de ella y, haciendo un gesto con las manos, le pidió que pusiera el altavoz.
—Nice to meet you, Angélica, me disculpa que mi español no está bueno. Soy Regina Morgan, directora esecutiva de programa Most Famous Slimers of the World. Mi llamado es para avisar que Sofía es seleccionado para representar Chile en nuestro programa concurso y...
Me agarró un ataque de nervios, le arrebaté el celular a mi madre y corté la llamada.
Los tres nos quedamos mirando, escuchando el tut, tut, tut, y yo fingí indiferencia.
—De seguro era una broma, mamá —dije poniendo los ojos en blanco—. Most Famous Slimers of the World? ¿El programa de Estados Unidos? ¿Qué clase de ilusa creen que soy? Estúpidos haters...
—Ey, ey, no digas malas palabras —intervino mi padre—. Además, ¿desde cuándo tan desconfiada? ¡A mí no me extrañaría que te llamen de un programa internacional! Después de todo, eres la mej...
El celular de mi madre volvió a sonar y los tres dimos un respingo. Mi padre apoyó el teléfono en una mesa, deslizó para contestar y puso altavoz otra vez.
—¿Sí? ¿Buenas tardes?

—¡Hola! Perdón, se nos cortó la llamada. Soy Gastón Novela, el representante de Most Famous Slimers of the World para Iberoamérica. Estoy con Regina Morgan a mi lado. Dice que siente no haber podido comunicarse mejor, pero su español no es muy bueno.
—Apologieeesss!!! —dijo ella en un tono que me recordó a las series gringas, y luego soltó una risita de ardilla.
—Bueno, yo soy colombiano, así que podremos entendernos perfectamente ahora —aclaró Gastón—. Quiero que sepan que esta conversación es muy importante para nosotros. Estuvimos intentando contactar a Sofía durante días... ¡y por fin lo logramos! Sofía, ¿estás ahí?
—Eeeh... eeehh... —No logré articular palabras.
—¡Sí, aquí está! —dijo mi madre—. Estamos los tres en altavoz. Sofi, Gerardo y yo.
—¡Qué gusto saludarlos!
—Es un gusto también para nosotros, Gastón y Regina. Gracias por llamar —dijo mi padre en un tono relajado.
—No, no, gracias a ustedes por atender. Saben a qué se debe esta llamada, ¿cierto?
—Bueno... —respondieron los dos a coro y yo solo me mantuve en silencio.
—Como les adelantó Reg, Sofía ha sido seleccionada para ser parte de la competencia de slime más vista de todos los tiempos. Solo tendremos tres concursantes y, pues, ¡qué les puedo decir! ¡Sofía será uno de ellos! ¡Enhorabuena, familia! ¡Arriba, Chile! ¡Chi, chi, chi – le, le, le!
—¡Viva CHI-LE! —respondieron los dos al unísono y rieron, pero yo me mantuve al margen y decidí poner fin a la farsa.
—Bueno, tan ingenuos no somos, ¿sabe? Si esto se trata de una broma, pues...
—¡Sofía!, ¡qué gusto oírte! —dijo Gastón—. ¿Una broma? ¿Qué dices?
—Que ya no tengo nueve años, señor. Si quiere inventarle sueños a una niña puede busc...
—Okey, Sofi, tienes razón, lo siento. Esta noticia puede ser muy impactante, y hasta puede parecer un engaño dicho de esta manera, pero así nos gusta proceder. Nos encanta dar la noticia por teléfono, porque la mayoría de los convocados grita y llora y, bueno, ¡es lindo escuchar su emoción! Pero entiendo que a ti pueda generarte desconfianza.
—No, no —dijo mi madre—. ¡Estamos muy felices! Sofitambién lo está —aseguró haciéndome un gesto para que me comportara—. Es solo que a veces le cuesta celebrar sus logros.
—Sí —agreg