Con dieciséis años, Arturo Pérez-Reverte leyó un especial de «Paris Match» sobre la Guerra de los Seis Días que le encaminó hacia el periodismo. Tras ejercer como corresponsal en Televisión Española, experiencia de la que surge «Territorio comanche», en 1994 decidió dedicarse íntegramente a la escritura. En el texto que sigue, incluido en «Diccionario apasionado de la novela negra» (Salamandra), Pierre Lemaitre recorre la trayectoria de un autor al que admira («Mi simpatía por Pérez-Reverte se debe a mi predilección por los tocapelotas literarios, pero también al hecho de que compartimos algunas influencias como Hugo, Dumas o Paul Féval»), un autor cuya obra se sitúa «en la intersección de su experiencia de reportero, sus lecturas personales y su pasión por la historia».