Stephen King es un auténtico maestro de la novela corta y el relato. Baste recordar su excepcional "Las cuatro estaciones", cuyas historias no contienen elementos sobrenaturales. Las cuatro novelas reunidas en este volumen bajo el título de la más extensa de ellas son más desiguales y sus temas y atmósferas corresponden a un King más típico, el gran creador de suspense en medio de lo cotidiano, el buscador de la oscuridad oculta."El teléfono del señor Harrigan" es la primera de ellas. Con un aire a ciertas historias de terror clásico (que King no tiene problema en admitir), el elemento central es la relación entre un millonario retirado en un pueblo como un ermitaño, el joven narrador y un teléfono móvil inteligente de primera generación que este regala al anciano. Tras la muerte del millonario, el móvil mostrará todo su valor como herramienta de comunicación. Quizá sea la narración de aire más clásico, lineal y redondo en todo el libro."La vida de Chuck", por el contrario, presenta la estructura más compleja, que se explica por ser la unión de tres relatos escritos independientemente, unidos por el autor mediante el personaje del título. La presentación de estos tres actos se hace en orden inverso al cronológico, lo cual sin duda contribuye a incrementar el interés de la lectura. Con todo, tienen un aire muy diferente. Podría decirse que pertenecen a género literarios distintos: el primero (para mi gusto, el más logrado) es apocalíptico; el segundo es una estampa realista y entrañable; el tercero nos lleva al conocido terreno del suspense sobrenatural. Si el primero es el más hechizante y sobrecogedor, el segundo desliza la clave interpretativa de la historia y el tercero superpone a esta la explicación de índole más mágico. De las cuatro, esta me ha parecido la novela más original, la que más hace pensar después de la lectura, aunque cabría debatir sobre su cohesión interna."La sangre manda", que da nombre a esta colección, es la novela más extensa que contiene. En ella, el autor retoma a los investigadores de "Finders Keepers", la agencia de detectives de las novelas de la trilogía de Bill Hodges y Mr Mercedes y de "El visitante". La dirige ahora Holly Gibney, que ya actuó como protagonista en "El visitante", y que aquí toma la voz narrativa en primera persona durante gran parte de la historia. A Holly hay que quererla: es la auténtica heroína de la literatura actual, vencedora de sus propios fantasmas interiores, enfrentada a problemas reales, sin ningún rasgo idealizado ni excepcional, llena de debilidades, y, con todo, heroína por su fina inteligencia y su bondad sin aspavientos. La extensión de esta novela, en otro autor menos prolífico con las palabras que King, podría haber dado para un volumen independiente, pero aquí aparece agrupada con las otras tres, aunque presidiendo la colección. En esta ocasión, un misterioso y sangriento atentado en una escuela y algo que a Holly no le cuadra en un presentador de noticias locales son el punto de partida de una investigación relacionada con la que realiza en "El visitante". En esta ocasión conoceremos más detalles sobre la vida familiar de Holly y veremos cómo su plan para vencer a la nueva amenaza se va desarrollando ante nuestros ojos y la preocupación de sus amigos y colegas."La rata" es la novela que cierra el conjunto, y es una buena elección para el puesto: pertenece a ese género de terror con muchos elementos psicológicos que deja un agradable mal regusto al final de la lectura, impregnando la mente del lector de las dudosas sensaciones del protagonista. Este es Drew, profesor universitario de escritura creativa y padre de una feliz familia con mujer y dos hijos, pero autor frustrado por su incapacidad para pasar del relato a la novela, para llegar a escribir una obra extensa completa. Las palabras se le resisten a Drew no por falta, sino por exceso, hasta el punto de haberle bloqueado y creado problemas psicológicos graves en el pasado. Un día, sin embargo, la esquiva inspiración para una novela le llega, y él decide, para preocupación de su esposa, que va a retirarse a una apartada cabaña por unos días para encarrilar su obra. Allí, una tormenta y el aislamiento consiguiente lo llevarán a lo que parece un pacto fáustico... La historia de "La rata", aunque narrada en tercera persona, nos introduce magistralmente en la mente del protagonista, hasta el punto de compartir su confusión y sus temores en todas las situaciones que se le presentan.
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