Poemas (edición bilingüe)

Friederch Holderlin

Fragmento

Índice

Índice

Cubierta

Poemas

¿De qué hablan los poetas?

Introducción

Nota bibliográfica

Poemas de juventud (1793-1799)

Zornige Sehnsucht / Colérico anhelo

Hymne an die freiheit / Himno a la libertad

Griechenland / Grecia

An Herkules / A Hércules

An die Natur / A la naturaleza

Der jüngling an die klugen ratgeber / El mozo a los consejeros prudentes

Diotima

An den frühling / A la primavera

Die eichbäume / Los robles

An den äther / Al éter

Der wanderer / El viajero

Der gute glaube / La buena fe

Ihre genesung / Su curación

Ehmals und jetzt / Antes y ahora

Die kürze / La brevedad

Das unverzeihliche / Lo imperdonable

Abbitte / Plegaria

Lebenslauf / El paso de la vida

Die musse / El ocio

Die völker schwiegen, schlummerten / Las naciones calladas se adormecían

Achilleus / Aquiles

Da ich ein knabe war… / Cuando yo era niño…

An die parzen / A las parcas

Hyperions schicksalslied / Canción del destino de Hiperión

An die jungen dichter / A los jóvenes poetas

An unsre grossen dichter / A nuestros grandes poetas

Die scheinheiligen dichter / Los poetas santurrones

Der zeitgeist / El espíritu de la época

Der mensch / El hombre

Der tod fürs vaterland / La muerte por la patria

Buonaparte

Empedokles / Empédocles

Menschenbeifall / Aplauso humano

Die launischen / Los veleidosos

Abschied / Adiós

Götter wandelten einst… / Dioses anduvieron antes…

Hört ich die warnenden itzt… / Si ahora oyera a los amonestadores…

Dem sonnengott / Al dios sol

Sonnenuntergang / Puesta de sol

Des morgens / Por la mañana

Abendphantasie / Fantasía vespertina

Der Main / El Meno

Der Neckar / El Neckar

Heidelberg

Die götter / Los dioses

Meiner verehrungswürdigen grossmutter zu ihrem zweiundsiebzigsten geburtstag / A mi venerable abuela, en su septuagésimo segundo aniversario

Die entschlafenen / Los que duermen

Der prinzessin Auguste von Homburg / A la princesa Auguste de Homburg

An eine fürstin von Dessau / A una princesa de Dessau

Mein eigentum / Mi propiedad

Poemas de madurez (1800-1803)

Palinodie / Palinodia

Wohl geh’ ich täglich andere pfade… / En verdad cada día cambio de ruta…

An die hoffnung / A la esperanza

Vulkan / Vulcano

Die heimat / El país natal

Geh unter, schöne sonne / Ponte, sol hermoso

Die liebenden / Los amantes

An Eduard / A Eduard

Dichtermut / Coraje de poeta

Blödigkeit / Cortedad

Ermunterung / Ánimo

Natur und kunst oder Saturn und Jupiter / Naturaleza y arte, o Saturno y Júpiter

Das ahnenbild / El retrato del abuelo

An Landauer / A Landauer

An eine verlobte / A una prometida

Unter den Alpen gesungen / Cantado bajo los Alpes

Der gefesselte strom / El río encadenado

Der blinde sänger / El cantor ciego

Chiron / Quirón

Hälfte des lebens / Mitad de la vida

Andenken / Recuerdo

Tränen / Lágrimas

Mnemosyne / Mnemosine

Lebensalter / Edades de la vida

Der winkel von Hahrdt / El rincón de Hahrdt

Gesang des deutschen / Canto del alemán

An die deutschen / A los alemanes

Rousseau

Der frieden / La paz

Stimme des volks / Voz del pueblo

Menons klagen um Diotima / Quejas de Menón por Diotima

Der archipielagus / El archipiélago

Heimkunft / Vuelta al hogar

Der gang aufs land / Salida al campo

Stuttgart

Brot und wein / Pan y vino

Wie wenn am feiertage / Como cuando un día de fiesta

Der mutter erde / A la tierra madre

Am quell der Donau / En la fuente del Danubio

Die wanderung / La migración

Der Rhein / El Rin

Germanien / Germania

Patmos

Der Ister / El Íster

Der adler / El águila

Notas

Biografía

Créditos

¿DE QUÉ HABLAN LOS POETAS?

Aunque desde el bachillerato yo había leído la poesía con la certeza de que era una manera de escribir (una «literatura») distinta a todas y que no podía usarse con ella como con la prosa de las novelas, o la de las historias, o la de los libros de estudio (aunque tenía una imprecisa afinidad con los rezos), creo que mi primera noción concreta de la poesía en tanto que actividad soberana y sin relación con la experiencia inmediata (con el mundo de los sucesos, las actualidades y los objetos) fue cuando tropecé con Hölderlin.

Un acto puramente casual: lo compré porque era bilingüe y en aquella época trataba de aprender alemán. Se trataba de un volumen chiquito, de color verde y papel de mala calidad, editado en Argentina, y traducido por Norberto Silvetti Paz. Los poemas me impresionaron, pero más aún la convicción inmediata de que aquellos versos, aún siendo una traducción, tenían una fuerza superior a cualquier poeta vivo de los que yo leía entonces, Neruda, Aleixandre, Jiménez. ¿Cómo podía mantenerse lo poético de la poesía cuando todas y cada una de sus palabras había cambiado, la sintaxis era enteramente distinta y el mundo donde se había producido, la Alemania anterior a la existencia de Alemania, resultaba más exótico que el planeta Marte para un adolescente español del siglo XX?

Estas mismas preguntas se las hacía Marx, perplejo por el mantenido interés que las tragedias griegas despertaban en sus coetáneos. ¿Cómo podía alguien emocionarse, o cavilar sobre nuestro destino, a partir de las palabras que hace milenios concibió el extraño habitante de un lugar remoto poblado por gente que se alimentaba de queso de cabra, aceitunas negras e higos y cuya economía, por así llamarla, se sostenía con las incursiones pirata que emprendían durante el verano por el Egeo? ¿Cómo podía seguir siendo actual Sófocles?

Estaba mal planteado. No era actual sino atemporal, o mejor aún, ahistórico. La poesía es aquello que escapa de la historicidad, lo que no puede explicarse mediante un discurso histórico razonable y sin embargo mantiene su significado a través de la historia. Puede hacerse historia de la poesía, puede analizarse históricamente un poema, muchos poemas est

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