Índice
Cubierta
Poemas
¿De qué hablan los poetas?
Introducción
Nota bibliográfica
Poemas de juventud (1793-1799)
Zornige Sehnsucht / Colérico anhelo
Hymne an die freiheit / Himno a la libertad
Griechenland / Grecia
An Herkules / A Hércules
An die Natur / A la naturaleza
Der jüngling an die klugen ratgeber / El mozo a los consejeros prudentes
Diotima
An den frühling / A la primavera
Die eichbäume / Los robles
An den äther / Al éter
Der wanderer / El viajero
Der gute glaube / La buena fe
Ihre genesung / Su curación
Ehmals und jetzt / Antes y ahora
Die kürze / La brevedad
Das unverzeihliche / Lo imperdonable
Abbitte / Plegaria
Lebenslauf / El paso de la vida
Die musse / El ocio
Die völker schwiegen, schlummerten / Las naciones calladas se adormecían
Achilleus / Aquiles
Da ich ein knabe war… / Cuando yo era niño…
An die parzen / A las parcas
Hyperions schicksalslied / Canción del destino de Hiperión
An die jungen dichter / A los jóvenes poetas
An unsre grossen dichter / A nuestros grandes poetas
Die scheinheiligen dichter / Los poetas santurrones
Der zeitgeist / El espíritu de la época
Der mensch / El hombre
Der tod fürs vaterland / La muerte por la patria
Buonaparte
Empedokles / Empédocles
Menschenbeifall / Aplauso humano
Die launischen / Los veleidosos
Abschied / Adiós
Götter wandelten einst… / Dioses anduvieron antes…
Hört ich die warnenden itzt… / Si ahora oyera a los amonestadores…
Dem sonnengott / Al dios sol
Sonnenuntergang / Puesta de sol
Des morgens / Por la mañana
Abendphantasie / Fantasía vespertina
Der Main / El Meno
Der Neckar / El Neckar
Heidelberg
Die götter / Los dioses
Meiner verehrungswürdigen grossmutter zu ihrem zweiundsiebzigsten geburtstag / A mi venerable abuela, en su septuagésimo segundo aniversario
Die entschlafenen / Los que duermen
Der prinzessin Auguste von Homburg / A la princesa Auguste de Homburg
An eine fürstin von Dessau / A una princesa de Dessau
Mein eigentum / Mi propiedad
Poemas de madurez (1800-1803)
Palinodie / Palinodia
Wohl geh’ ich täglich andere pfade… / En verdad cada día cambio de ruta…
An die hoffnung / A la esperanza
Vulkan / Vulcano
Die heimat / El país natal
Geh unter, schöne sonne / Ponte, sol hermoso
Die liebenden / Los amantes
An Eduard / A Eduard
Dichtermut / Coraje de poeta
Blödigkeit / Cortedad
Ermunterung / Ánimo
Natur und kunst oder Saturn und Jupiter / Naturaleza y arte, o Saturno y Júpiter
Das ahnenbild / El retrato del abuelo
An Landauer / A Landauer
An eine verlobte / A una prometida
Unter den Alpen gesungen / Cantado bajo los Alpes
Der gefesselte strom / El río encadenado
Der blinde sänger / El cantor ciego
Chiron / Quirón
Hälfte des lebens / Mitad de la vida
Andenken / Recuerdo
Tränen / Lágrimas
Mnemosyne / Mnemosine
Lebensalter / Edades de la vida
Der winkel von Hahrdt / El rincón de Hahrdt
Gesang des deutschen / Canto del alemán
An die deutschen / A los alemanes
Rousseau
Der frieden / La paz
Stimme des volks / Voz del pueblo
Menons klagen um Diotima / Quejas de Menón por Diotima
Der archipielagus / El archipiélago
Heimkunft / Vuelta al hogar
Der gang aufs land / Salida al campo
Stuttgart
Brot und wein / Pan y vino
Wie wenn am feiertage / Como cuando un día de fiesta
Der mutter erde / A la tierra madre
Am quell der Donau / En la fuente del Danubio
Die wanderung / La migración
Der Rhein / El Rin
Germanien / Germania
Patmos
Der Ister / El Íster
Der adler / El águila
Notas
Biografía
Créditos
¿DE QUÉ HABLAN LOS POETAS?
Aunque desde el bachillerato yo había leído la poesía con la certeza de que era una manera de escribir (una «literatura») distinta a todas y que no podía usarse con ella como con la prosa de las novelas, o la de las historias, o la de los libros de estudio (aunque tenía una imprecisa afinidad con los rezos), creo que mi primera noción concreta de la poesía en tanto que actividad soberana y sin relación con la experiencia inmediata (con el mundo de los sucesos, las actualidades y los objetos) fue cuando tropecé con Hölderlin.
Un acto puramente casual: lo compré porque era bilingüe y en aquella época trataba de aprender alemán. Se trataba de un volumen chiquito, de color verde y papel de mala calidad, editado en Argentina, y traducido por Norberto Silvetti Paz. Los poemas me impresionaron, pero más aún la convicción inmediata de que aquellos versos, aún siendo una traducción, tenían una fuerza superior a cualquier poeta vivo de los que yo leía entonces, Neruda, Aleixandre, Jiménez. ¿Cómo podía mantenerse lo poético de la poesía cuando todas y cada una de sus palabras había cambiado, la sintaxis era enteramente distinta y el mundo donde se había producido, la Alemania anterior a la existencia de Alemania, resultaba más exótico que el planeta Marte para un adolescente español del siglo XX?
Estas mismas preguntas se las hacía Marx, perplejo por el mantenido interés que las tragedias griegas despertaban en sus coetáneos. ¿Cómo podía alguien emocionarse, o cavilar sobre nuestro destino, a partir de las palabras que hace milenios concibió el extraño habitante de un lugar remoto poblado por gente que se alimentaba de queso de cabra, aceitunas negras e higos y cuya economía, por así llamarla, se sostenía con las incursiones pirata que emprendían durante el verano por el Egeo? ¿Cómo podía seguir siendo actual Sófocles?
Estaba mal planteado. No era actual sino atemporal, o mejor aún, ahistórico. La poesía es aquello que escapa de la historicidad, lo que no puede explicarse mediante un discurso histórico razonable y sin embargo mantiene su significado a través de la historia. Puede hacerse historia de la poesía, puede analizarse históricamente un poema, muchos poemas est