El arte de conocerte

Alejandra Llamas

Fragmento

El Arte de Conocerte

INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

Empiezo a escribir, mi energía se torna serena, el silencio me gobierna. No se escribe cuando uno quiere sino cuando el ser se hace a un lado para que uno sea el vehículo de algo que se quiere manifestar. Así, me doy cuenta de que se abren los espacios en el día para que estas hojas sean escritas.

Como descubrirás en este libro, el autoconocimiento es el gran camino para nuestra transformación y crecimiento.

Quisiera dirigirme a todos aquellos que viven con la sensación de que algo les falta y que tienen el anhelo de una vida distinta. A quienes intuyan que el tiempo que tenemos sobre la tierra debe nacer de la responsabilidad y el derecho de crear nuestras propias vidas para experimentar profunda felicidad. Me gustaría compartir este libro con quienes piensan que sus vidas pueden ser más ricas, que tienen sueños sin realizar, aventuras por vivir, amores que esperan, apoyos que dar, ilusiones, realizaciones y éxitos encerrados en un futuro al que no saben cómo acceder.

Para construir nuestras vidas es importante entender qué está en juego a nivel consciente e inconsciente. Hay ocasiones en que no entendemos de dónde vienen algunos de nuestros comportamientos. Nos damos cuenta de que nos dañan pero, a pesar de ello, se repiten en nuestra vida y nos causan frustración y confusión.

Debemos comprender que, por ejemplo, si al cocinar un pastel no nos gusta cómo queda y al repetir la receta una y otra vez nos sorprendemos porque obtenemos el mismo resultado, será lo mismo que suceda con nuestra vida. El resultado de lo que creamos sólo puede ser diferente si cambiamos los ingredientes; si no, seguiremos haciendo el mismo pastel sin quedar satisfechos nunca con nuestro producto final. Cuando en nuestras vidas esperamos que el cambio venga de fuera, sin transformar nada dentro de nosotros, no debemos extrañarnos de que la misma vivencia se repita hasta el cansancio, sin darnos cuenta de que algo de nuestro interior es responsable de generar esa experiencia de vida.

Cuando tu anhelo es vivir con bienestar y armonía en tus relaciones interpersonales y lograr un mayor propósito en tu vida profesional, entonces debes alinear tus talentos y deseos con tus creencias y pensamientos.

El mundo de hoy requiere que despertemos para inventar vidas que resulten en un mundo de paz, de armonía y de felicidad. Es importante reconocer que somos seres poderosos, sagrados y una parte intrínseca de la belleza, de la magia de la naturaleza, de la profunda inteligencia del planeta.

El momento que vivimos requiere que exista en nosotros un mayor compromiso para entender quiénes somos y cuál es el sendero ideal para cada uno como individuo y como parte de la sociedad. Es importante que entendamos que venimos a conectarnos más allá de lo que este mundo representa a simple vista, a madurar y a entender nuestra verdadera esencia como seres humanos; por ello, debemos estar alertas de hacia dónde vamos a dar el siguiente paso como humanidad.

Cuando vemos las noticias no podemos dejar de percibir que la mente colectiva está enferma y es disfuncional. Cada uno de nosotros debe contribuir a sanar, en lo que le corresponde, esa mente, y despertar a la dimensión real de la vida en la que exista un f lorecimiento de la conciencia.

Vivimos sumergidos en nuestras pequeñas realidades. Por ello, el propósito de este libro es expandir nuestra visión del mundo para, de esta forma, construir vidas apegadas a nuestros mayores deseos, siendo conscientes en cada momento de que nada valdrá la pena si no avanzamos con la mente y el corazón en paz.

Soy mexicana y veo con tristeza que mi país atraviesa por una situación complicada…El mundo, en general, está frente a grandes retos. Al observar esto pienso que la mejor alternativa que tenemos es cambiar la conversación interna y externa; ésta es la herramienta de creación más poderosa; es a través de ella que nos alineamos con otros para crear nuevos mundos y acuerdos. Dicha conversación requiere de nuestro total compromiso con la palabra (misma que debe respaldarse con valores como la honestidad, la lealtad, la felicidad y el bienestar común) y estar dispuestos a volvernos la palabra misma. El respeto profundo de dar la palabra es lo más importante que tiene un ser humano.

Cada país, cada comunidad, cada familia y cada persona viven sumergidos en una conversación común construida por promesas, valores, creencias, acuerdos, posibilidades y declaraciones. Algunas conversaciones impulsan a la creación; en cambio, otras nos mantienen estáticos o, peor aun, enterrados en la propia miseria.

Si no hacemos consciencia de nosotros, nos consumirá el drama y la autodestrucción. La responsabilidad y la conciencia nos llevan a caminos sanos, razonables, armónicos y de paz. El simple hecho de observar cómo participamos en la vida (¿qué nos decimos acerca de nosotros, de los demás y de lo que es posible para el mundo?) crea planteamientos que abren la puerta para despertar dentro del entorno.

Vivimos dormidos sin saberlo, somos parte de grandes olvidos: quiénes somos, cuál es nuestro poder, de dónde venimos y lo que verdaderamente necesitamos.

Los que conocen mi trabajo o leyeron Una vida sin límites saben algo de mí. Mi búsqueda ha sido, desde hace años, lograr equilibrio y paz, y creer en la presencia de mi voz, además de responsabilizarme de ella y entender el poder que tiene la palabra en sí misma.

Me describiría como una persona con visión amplia pero con barreras emocionales. Desde pequeña he sido nostálgica, al punto de caer en periodos de depresión, aprensión y nerviosismo. De joven no me daba cuenta de que éstos eran mis ritmos y maneras de ser. Justificaba inconscientemente mis emociones con las circunstancias exteriores, como hacemos la gran mayoría de nosotros. En ese momento no me hacía responsable de mi sanación, ni siquiera me daba cuenta de que estaba mal. Por fin me harté de vivir en la oscuridad y en el drama de mis emociones para relacionarme con otros y con el mundo. Así, un sinnúmero de experiencias abrieron en mí la posibilidad de pulir mis respuestas emocionales y madurar el sistema nervioso.

Lo primero que reconocí es que debía tener una filosofía de vida que sostuviera de manera sólida las vivencias que se presentaran en el camino.

Recuerdo que cuando tenía alrededor de 24 años murió la hija de un amigo cercano de mi papá en un accidente. Ella tenía mi edad. Mi padre se sentía profundamente a

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