Del casco antiguo al Jardin Anglais pasando por la ribera del lago Lemán, Joël Dicker nos descubre otra cara de su ciudad natal en este texto publicado como complemento a su novela «El enigma de la habitación 622». A pesar de ser la cuna de la relojería, Dicker ofrece un retrato finísimo -una maravillosa guía de viaje alternativa- de un lugar en el que el tiempo parece haberse detenido.