«Ella no lo pudo haber hecho, pero tenía que haberlo hecho». Ese es el enigma del que parte el fascinante nuevo libro de Janet Malcolm: la crónica de un juicio por asesinato en la cerrada comunidad de judíos bujaríes de Forest Hills, en el distrito neoyorquino de Queens.
La joven y atractiva doctora Mazoltuv Borujova es acusada de haber contratado a un sicario para acabar con s...
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«Ella no lo pudo haber hecho, pero tenía que haberlo hecho». Ese es el enigma del que parte el fascinante nuevo libro de Janet Malcolm: la crónica de un juicio por asesinato en la cerrada comunidad de judíos bujaríes de Forest Hills, en el distrito neoyorquino de Queens.
La joven y atractiva doctora Mazoltuv Borujova es acusada de haber contratado a un sicario para acabar con su ex marido, Daniel Malakov, un dentista respetado, en presencia de la hija de ambos, de cuatro años. El fiscal lo considera un acto de venganza: pocas semanas antes del asesinato a sangre fría de Malakov, este, inexplicablemente, había obtenido la custodia de la niña. La tragedia dickensiana del niño inocente es el hilo conductor del relato de Malcolm.
Con la precisión intelectual y emocional que la caracteriza, Malcolm contempla el juicio («una pugna entre dos relatos antagónicos») desde todos los ángulos imaginables. El abismo entre nuestros ideales de justicia y los factores humanos que influyen en su aplicación (de la habilidad de los distintos abogados a la naturaleza de la selección de los jurados, la maleabilidad de las pruebas o la predisposición del juez) quizá sea la conclusión más dura.
Reseñas:
«Tan intrigante y emocionante como una historia de detectives, con todo el interés moral e intelectual de una gran novela.»
Jeffrey Rosen
«Seca y fascinante, Ifigenia en Forest Hills provoca desde sus primeras páginas un auténtico hechizo, el tipo de hechizo al que los admiradores de Janet Malcolm nos hemos hecho adictos.»
The New York Times
«Otro logro asombroso de Janet Malcolm. Aquí, como siempre, Malcolm provoca el mejor tipo de inquietud en el lector: la obligación de pensar.»
Jeffrey Toobin
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