Pasión por vivir

Manuel Medina

Fragmento

Prólogo

Prólogo

Prologar un libro como este no es sencillo, como tampoco lo es resumir en unas líneas el pasado y el presente del autor a través de la visión de tres generaciones de su familia.

Gracias al personaje de Carmen, la auténtica heroína de esta sencilla historia de protagonistas anónimos, Manuel nos sumerge en el mundo rural de una comarca próxima al río Guadalquivir, en la provincia de Jaén. La vida de esta mujer, nacida en 1929, nunca fue fácil, en especial su infancia, pues era huérfana de madre y vivió con un padre, Manuel, que regresó de la guerra tras combatir en el bando de los perdedores cuando ella ya contaba con diez años. Eso motivó que Carmen pasara sus primeros años con sus abuelos paternos, Carmen y Francisco, en un ambiente tosco donde faltaba casi todo.

Esta obra abarca la historia de España desde la complicada vida del primer cuarto del siglo XX en Villanueva del Arzobispo, Jaén, hasta sumergirse en el «lago del terror en que nos encontramos todos los ciudadanos del mundo» como consecuencia de la pandemia.

A través de Carmen conocemos detalles de la humildad de las gentes del campo, sus costumbres, carencias y necesidades. En definitiva, cómo eran la vida y los parajes del campo andaluz durante casi todo el siglo XX, escenario compartido por el autor en su infancia, donde lo único importante era asegurarse el sustento y el sueño, pero quedaba muy lejos aprender a leer y escribir o «conocer las mínimas cuatro reglas de la enciclopedia Álvarez, la que el sistema consideraba que debía saber todo el mundo en su primer, segundo, tercer y cuarto grado».

Eran gentes de derechos mínimos y esfuerzos máximos que, como Carmen, padecieron una dura posguerra, pero fueron capaces de sobrevivir trabajando de sol a sol. «Carmen sobrevivió a varias batallas, y en todas ellas soportó y aceptó las circunstancias de la vida». Apostó por un amor romántico, desesperado, que la llevó a desligarse de su familia para casarse con el hombre de sus sueños, además de abandonar la vida del cortijo y la huerta. Aun así, supo adaptarse a los nuevos tiempos y vivir los últimos años sin importarle los convencionalismos sociales.

Pero en esta obra no solo se cuenta la historia de Carmen. Como no podía ser de otra forma al tratarse de una historia familiar, gran parte de este libro se entrelaza con la vida de su autor, Manuel: los primeros años en el campo (donde fue muy feliz), el esfuerzo por avanzar en la vida, el ingreso en la Policía Armada, el trabajo en un banco como ordenanza, los estudios en varios institutos de España, la licenciatura en Derecho y más tarde la apertura de su exitoso bufete Medina Cuadros Abogados, gracias al cual ha llegado a la cima profesional. Pero no debemos olvidar que partió del mundo rural, apoyado por sus padres, sus hermanos y su mujer, Amelia, que siempre le motivaron para alcanzar sus metas. Y entre estas metas también destacan los grandes avances y cambios que ha sufrido el mundo de la abogacía en las últimas décadas, en las que ha sabido disfrutar del maravilloso oficio de abogado sin perder la sonrisa.

Este libro, como muchos otros del autor, está plagado de recuerdos, anécdotas y agradecimientos a grandes amigos como Isidro Fainé, Isidoro Álvarez, César Alierta, José María Álvarez-Pallete o Baltasar Garzón, su «amigo del alma», con quien el autor ha compartido durante años «este calendario abreviado de la vida», esa pasión por vivir que da título a esta obra. «En la vida hay que aprender a compartir las alegrías y soportar en silencio los fracasos, como si no hubieran existido, aparentando que la vida es bella por fuera, aunque sea difícil por dentro».

Esta obra, escrita en «tiempos tristes de pandemia», limita la capacidad de abstraerse de ella, porque, como subraya el autor, «la vulnerabilidad del ser humano ha sido atacada sin ruido, sin disparos, sin fuego ni nada que presagie su ataque». En realidad, nos ha reconciliado con nosotros mismos y con los demás. «Todos hemos vuelto a sentir la mano de otra persona, haya nacido esta en el campo, en la ciudad o en la capital», y nos ha hecho experimentar un inmenso amor por las cosas pequeñas.

Con este relato, el autor, que asegura que aún le quedan muchas batallas que librar, nos transporta a emotivas historias del siglo pasado y a las realidades del presente. Pasión por vivir es un canto a la esperanza, es exponer lo imposible y ver las formas de hacerlo posible. Es repetir la máxima vital de tener «ganas de florecer donde se nos plante». En resumidas cuentas, narrar «cómo pasa el tiempo, la gente, las circunstancias y la vida misma es una forma de mantener vivos a todos los que significaron algo en mi sencillo caminar. Jamás se fueron, porque siempre los recuerdo, y nadie muere hasta que no se le olvida», como bien señala Manuel.

MARGARITA ROBLES

Ministra de Defensa

Introducción

Introducción

La pasión por vivir es un ramillete de esperanzas que brota de la propia vida y hace que nazcan el coraje, el afán, la fuerza, la ilusión, el amor propio y ajeno, la constancia, la amistad y la lealtad más sincera, dejando a un lado la envidia y el odio hacia nada ni hacia nadie. Vivir con pasión es soñar con lo imposible sin mermar valores a lo posible, es estar enamorado de todo cuanto te rodea, ver crecer las flores y las hojas, volar los pájaros, discurrir los ríos, caminar a la gente, avanzar la industria, ser hijo de tu tiempo y hacerlo tuyo para seguir empujando el carro de la vida hasta el último día con la sana ilusión de esperar que mañana, cuando ya no estés, quien te recuerde piense: «Fue una buena persona y murió en contra de su voluntad».

Pasión por vivir es una forma de ser y de pensar en la que no importan las circunstancias ni los límites de lo posible. Ante la grandeza de vivir, se impone la realidad de pensar, y ambas regulan el paso del tiempo con cierta cordura. El manantial de la vida no tiene límites que lo detengan cuando persigue un afán, un sueño o un amor imposible. El pecho estalla de gozo y la mente se cubre de proyectos. De ese modo, la vida no solo es bella, sino que además es intensa y mueve el espíritu y la imaginación buscando siempre la consecución de un ideal, sin importar esfuerzos, sacrificios ni fracasos.

La fuerza por alcanzar un ideal en todos los sentidos ampara el amor, la actividad profesional y la convi

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