Las respuestas de mi pediatra

Mar López

Fragmento

cap

A todas las familias e me acompañáis con cariño.

Hay mucho de vosotras en este libro: ideas, dudas, descubrimientos...

Espero que os acompañe y os dé luz en el camino

A mi hija,

por todo lo que me ha enseñado,

por lo maravilloso y también lo difícil de la maternidad.

Sin ella, yo no sería hoy quien soy y este libro no existiría

A mi marido,

que siempre me anima a continuar y confía en mí.

Por su amor cuando todo es fácil y también cuando no lo es

A mis padres,

por estar siempre a mi lado,

por enseñarme que lo importante es saber quién eres y qué te hace feliz

A mis amigas,

porque son mi grupo de madres, por sus ánimos,

por las risas y también los llantos compartidos

A mi editora,

por toda su paciencia (mucha),

por su empatía como madre,

por haber pensado en mí

cap-1

Introducción

¡Hola!

Soy Mar.

Soy mamá y pediatra.

Si tienes este libro en tus manos, puede que sea porque necesites respuestas, ayuda o acompañamiento en el camino de la ma/paternidad. Pero, antes de contarte qué tipo de libro es este y qué encontrarás en él, creo que es importante que me conozcas.

Como decía, soy pediatra, pero ¿qué tipo de pediatra soy? Las familias me dicen que cercana y sensible, y así es como me siento a gusto como pediatra, no podría hacerlo de otra forma. Creo que es muy importante que mi trabajo sea vocacional y que, si lo es, el resto viene solo.

A los 5 años ya lo tenía claro: quería curar a niños. Una parte de mí pensaba que sería muy divertido trabajar rodeada de niños, y no me equivocaba. Cada día es distinto, cada consulta, también. Además, el mío es uno de los pocos trabajos en los que puedes cantar o leer cuentos durante el horario laboral... ¡Genial!

Fui creciendo y seguí con la idea de ser pediatra, algo que sorprendió a mis padres. Para mí fue fácil escoger carrera a los 18 años: quería estudiar Medicina. Y volvió a ser fácil elegir en el MIR: quería ser pediatra. Cuando volé a Madrid para elegir mi plaza y ser médico interno residente de pediatría en Mallorca, ¡no me lo podía creer! Después de tantos años, ¡mi sueño se iba a hacer realidad!

Después de cuatro años en el hospital haciendo la residencia, me dieron el título y también lo tuve clarísimo: solicité atención primaria; siempre había querido ser «la pediatra de la familia», la que acompaña a los padres y ve crecer al niño hasta que cumple los 14... ¡La de veces que me lo había imaginado!

Durante los años que trabajé en atención primaria, fueron muchas las ocasiones que pensé en abrir una cuenta en redes sociales para que, desde casa, mis pacientes pudieran consultarme y resolver algunas dudas de manera rápida y fácil: repasar cómo hacer un lavado nasal, cómo administrar el salbutamol en cámara o cuándo es necesario consultar al médico en caso de que el bebé tenga fiebre...

Cuando mi hija tenía 4 meses y empezó a dormir algo más (siempre encima de mí, por supuesto), creí que era el momento de ir subiendo, poco a poco, algunos contenidos en un perfil de Instagram. Dos semanas después del primer post, ¡llegó la pandemia y nos confinaron! Y, de repente, empecé a recibir muchísimos mensajes con preguntas y dudas sobre si había que consultar al pediatra o no, acudir a urgencias... Sentí que era mi forma de aportar o de ayudar a las familias, móvil en mano, y así la cuenta fue creciendo más de lo esperado.

Aunque siempre he procurado ser una profesional empática, tras ser mamá las gafas con las que veía mi profesión cambiaron y se dulcificaron más. Me di cuenta de que no era lo mismo vivirlo como pediatra que como madre.

Mi hija tenía solo 4 días cuando aprendí la primera lección. Estaba esperando el resultado de una analítica (le midieron la bilirrubina porque se había puesto amarilla; tenía ictericia) y, en esos momentos, únicamente podía pensar: ¿qué voy a hacer si ingresa? ¿Cómo le daré el pecho? ¿Cómo voy a estar con ella el día entero? ¿Cómo voy a sobrevivir durmiendo en un sofá con lo que me cuesta a mí quedarme dormida en mi propia cama?... Al final, no ingresó por un punto, ¡un punto! Cuando sentí ese alivio, pensé: «La de veces que he ingresado yo a bebés con ictericia y así de mal se debían sentir sus mamás y papás cuando se lo comunicaba». ¡Qué importante es cómo decirlo! ¡Qué importante es explicar no solo qué le pasa al bebé, sino que mamá o papá podrán acompañarlo en todo momento! ¡Cuántas emociones y qué delicados son estos momentos!...

Cuando mi hija cumplió 1 año de vida, aprendí otra lección. Si a tu hija le sabe mal un jarabe, ese jarabe te va a hacer la vida muy difícil. Más vale encontrar una alternativa que te facilite las cosas... De esta manera, me di cuenta de que no solamente importa la receta del medicamento, sino también cómo es el niño, qué sabores le gustan y cuáles no, si prefiere jeringa, cuchara o vaso a la hora de tomarlo... Desde entonces nunca he recetado nada sin preguntar antes muchas más cosas, porque, para una familia, tomar algo cada 8 horas puede ser un suplicio y les resulta más sencillo hacerlo cada 12 horas pero en mayor cantidad, mientras que, para otra, poquita cantidad, pero más veces al día se ajusta más.

Otra de mis pasiones desde muy pequeña ha sido la lectura. A los 10 años leí mi primer libro «de mayores» —Tarzán de los monos— y no he podido parar de devorarlos desde entonces. Recuerdo a mis padres llamándome para cenar ya enfadados después de varios intentos... y yo seguir leyendo en el sofá o en mi habitación sin apenas enterarme.

Así que, cuando contactó conmigo Irene, mi editora, con la idea de que escribiera un libro para las familias, ¡sentí que se cumplía otro de mis sueños! Siempre había querido escribir un libro, era algo que también de pequeña les decía a mis amigas: «Yo sé que algún día escribiré un libro». (Realmente, cuando lo decía, pensaba que sería una novela, ¡pero la vida me ha llevado por otro camino!)

¿Y qué libro he escrito?

Pues es una guía fácil de consulta rápida para familias. Un libro donde está todo lo que puedas necesitar saber sobre la salud de tu hijo durante los 3 primeros años de vida (o un poquito más), para que consigas disfrutar más y dudar menos, para quitarte carga, para poder consultar esos «¿Es normal que no camine?», «¿... que no se le vaya la manchita de nacimiento?», «¿... que ya tenga rabietas?» o «¿... que aún lleve pañal?», «¿... que tenga fiebre?», «¿... que no se le vaya esa tos?»...

Estructurado por edades —en general, de 6 meses en 6 meses—, este libro está pensado para que puedas leer solo un trocito, el que te interese en un momento determinado para una consulta muy concreta, o puedas leerlo de corrido, como tú prefieras. En cada uno de los capítulos encontrarás un aparta

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos