Chilenas al poder. historia del voto femenino

María José Cumplido

Fragmento

PRÓLOGO

Prólogo

Hace muchos años, cuando era una incipiente lectora de Virginia Woolf, llegó a mis manos su ensayo titulado Tre s guineas. En él, contestaba a un educado caballero inglés que, ante el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial, se preguntaba: ¿Qué podían hacer las mujeres para detener la guerra? Enfrentada a esta pregunta, Woolf elabora un completo ensayo y, entre otras cosas, concluye: «La respuesta a su pregunta ha de ser que lo mejor que podemos hacer para ayudarlo a impedir la guerra es no repetir sus palabras ni seguir sus métodos, sino buscar palabras nuevas y elaborar métodos nuevos».1 Esta frase es acompañada de una profunda reflexión sobre cómo las mujeres, al final, no tienen nada que ver con las guerras, puesto que en la historia no han sido ellas las que las han producido. Junto con esto me asombró darme cuenta de lo poco que conocemos la historia de las mujeres, ya sea porque no se ha contado, al menos, no lo suficiente, como porque no se ha investigado con la misma intensidad que la protagonizada por hombres.

Años después, ya estudiando Historia en la universidad, las cosas no habían cambiado tanto. La historia de las mujeres no era algo conocido ni estudiado, ni siquiera en los colegios. Menos aún se pensaba en integrarlas en la enseñanza de este ramo, no simplemente como sujetos históricos, sino también considerar su perspectiva para conocer los procesos y hechos que fueron decisivos para las mujeres.

Durante años me he preguntado, ¿por qué no se estudia el proceso que llevó a las mujeres a integrarse a la educación formal y a conseguir el derecho a voto?, y cuando se hace, ¿por qué se enseña de manera rápida y simple? Como pasándolo rapidito. De hecho, suele enmarcarse en la «historia de las mujeres», como si este proceso político de democratización de la ciudadanía no fuera elemental en la historia política de Chile. Llevamos décadas estudiando el siglo xx sin poner atención a estas etapas e hitos esenciales para las vidas de miles hasta el día de hoy.

En estos años también me he preguntado, ¿en qué impactó, por ejemplo, la Guerra del Pacífico en la vida de las mujeres? ¿Sintieron lo mismo que los hombres? ¿Hay procesos históricos más significativos que no estemos observando? Mi respuesta a esta última pregunta, aunque tiene matices, es que sí y que, quizá, desde nuestra perspectiva, la cronología de la historia de Chile y sus énfasis serían distintos a los que nos han enseñado.

Este libro es el resultado de ese interés y de una década de investigación respecto a este tema, primero como estudiante de Historia en la Pontificia Universidad Católica de Chile y, luego, como editora de Historia y Ciencias Sociales en Memoria Chilena, proyecto digital de la Biblioteca Nacional de Chile. Durante todos estos años puse especial atención a todo el material que refiriera a la primera ola feminista, proceso que, en mi opinión, comenzó a mediados del siglo xix y terminó con la aprobación del voto femenino en 1949. Es precisamente este período el que revisará este libro desde la perspectiva que me interesa: los derechos, la organización y la acción política de las mujeres de esa época.

Como la historia es un punto de vista, decidimos cambiar la posición de la cámara que la está mirando y, esta vez, enfocarla en nosotras. Este cambio de ángulo alumbrará nuevos hechos y oscurecerá otros. Es por eso que hago esta aclaración: esta no es una historia política de Chile, sino del voto femenino desde la perspectiva de las mujeres y, por supuesto, también de la mía. En ese sentido, es probable que en este texto no te encuentres con los personajes históricos que has escuchado una y otra vez, porque estos aparecerán en función de las mujeres. De allí que presidentes como Manuel Montt, Arturo Alessandri, Pedro Aguirre Cerda o Gabriel González Videla asomarán desde otra perspectiva.

El libro que tienes en tus manos no es necesariamente una tesis, sino un intento por narrar todos los hechos, discusiones y procesos relevantes que empujaron el voto femenino hasta su aprobación. Mi intención, ya hace muchos años, es trabajar para que la historia de Chile llegue a la mayor cantidad de lectores y curiosos posibles, y no solo a los expertos o académicos. Lo importante acá es divulgar, y hacer circular el conocimiento desde la perspectiva de las mujeres, para poder pensar la construcción de nuestro país desde todas las miradas posibles. Y el intento es el de poner en tus manos un conocimiento que no se ha estudiado con la intensidad ni profundidad que debiera, que fue dejado de lado como un «dato», pero que para mí y para generaciones de mujeres es un hito fundamental del siglo xx.

El derecho a voto fue mucho más que una herramienta política, fue un mecanismo para tomar decisiones y alcanzar una voz pública. No nos interesa acá solamente el resultado de esta lucha (la aprobación del voto), sino el camino. Nos adentraremos en los discursos de las mujeres, los feminismos plurales, las diferencias de clases, las otras temáticas que se discutieron en el proceso, la relación con el Estado y con la política. Veremos cómo el movimiento feminista no estuvo aislado de otros movimientos sociales y políticos y sus reivindicaciones, tales como la lucha por la educación, el movimiento obrero, el liberalismo, el socialismo, la demanda de derechos básicos, las acciones por la alimentación popular, entre tantos otros. En este entramado también revisaremos las disputas internas del movimiento. No todas las feministas fueron, ni somos, iguales. Tensiones políticas, estratégicas, ideológicas cruzarán este libro como expresión de la complejidad que tuvo este proceso. Recordemos que la historia no se escribe en blanco o negro, sino que tiene cientos de matices y eso es lo que la hace tan enriquecedora.

Y como la historia no es parte del pasado, sino del presente, la intención de recuperar este período tiene como objetivo no solo conocer que fue un proceso largo, sino entender que muchas de las demandas que se discutieron hace más de cien años siguen vigentes. Quiero que discutamos las diferencias y similitudes del feminismo de esa época con el actual. ¿Qué demandas seguimos sosteniendo? ¿Cuáles han aparecido? Pero también quiero que reflexionemos sobre cómo lo estamos haciendo, qué pasa con las organizaciones de mujeres y sus luchas, cómo nos estamos relacionando con el poder y, finalmente, que nos preguntemos cuáles son los objetivos a corto

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