Encuentra tu elemento

Sir Ken Robinson

Fragmento

 

Introducción

Hemos escrito este libro para ayudarte a encontrar tu Elemento.

Hace unos años oí un antiguo relato cuando me hallaba en Oklahoma. Dos peces jóvenes nadan corriente abajo cuando se cruzan con un adulto que avanza en dirección contraria. Este les saluda:

—Buenos días, jóvenes. ¿Cómo está el agua?

Ambos sonríen y siguen nadando. Más arriba, uno de los jóvenes se vuelve y le pregunta al otro:

—¿Qué es el agua?

Está tan acostumbrado a su elemento natural que ni siquiera sabe en qué consiste. Estar en nuestro Elemento consiste precisamente en eso, en desarrollar actividades con las que nos sentimos a gusto, que resuenan en nuestro interior de forma tan intensa que nos hacen sentir plenamente identificados con nuestra vida.

¿Y tú? ¿Estás en tu Elemento? ¿Sabes en qué consiste, o cómo encontrarlo? Hay muchas personas que viven en su propio Elemento, y piensan que están haciendo justamente aquello para lo que han nacido. Pero muchas otras no, y por tanto no disfrutan de sus vidas; solo aguantan a la espera del fin de semana.

En 2009 publicamos El Elemento. Descubrir tu pasión lo cambia todo. El libro se ocupa de la diferencia entre estos dos modos de vida. El Elemento es el punto en el que las aptitudes naturales confluyen con las pasiones personales. De entrada, significa que hacemos algo para lo que tenemos una predisposición natural, ya sea tocar la guitarra, jugar al baloncesto, cocinar, enseñar, trabajar con tecnología o con animales. Las personas que están en su elemento pueden ser profesores, diseñadores, arquitectos, actores, médicos, bomberos, artistas, trabajadores sociales, contables, administradores, bibliotecarios, agentes forestales o soldados, quién sabe. Pueden dedicarse a cualquier cosa. Hace poco hablaba con una mujer de sesenta y tantos que había trabajado siempre como contable. En la escuela se le daban bien los números, y sentía fascinación por las matemáticas. Así que lo tuvo claro. Un paso esencial en la búsqueda del Elemento es conocer las propias aptitudes.

Pero estar en nuestro Elemento es algo más que dedicarnos a lo que sabemos hacer. Mucha gente es buena en actividades a las que no concede importancia. También tiene que gustarnos. Es el caso de la contable. No solo era buena con los números; le apasionaban. Para ella, no se trataba de un trabajo, era su pasión. Tal como dijo Confucio: «Escoge un trabajo que te guste, y no trabajarás un solo día de tu vida». Confucio no había leído El Elemento, pero como si lo hubiera hecho.

El Elemento intenta animar a la gente a que piense de otro modo sobre sí misma y sobre su vida. Ha obtenido una magnífica respuesta por parte de personas de todas las edades y puntos del globo, y ha sido traducido a veintitrés idiomas. Al firmar ejemplares, o en mis charlas, algunos a menudo me dicen que compraron el libro porque querían dar un nuevo rumbo a sus vidas; otros, que lo compraron para sus hijos, parejas, amigos o familiares. Suelo preguntarles si han disfrutado con él, y espontáneamente me responden que «les encanta», mientras su rostro se ilumina. Y entonces sé que han encontrado su Elemento, al menos de momento. Otros dudan, y dicen cosas como «de momento me sirve», o «me ayuda a ganarme la vida». Y entonces comprendo que deben seguir buscando.

¿Por qué es importante encontrar el Elemento? La principal razón es de tipo personal. Es vital para comprender quiénes somos, qué somos capaces de ser y qué podemos hacer con nuestras vidas. La evidencia está en todas partes: en la cantidad de personas que no se interesan por el trabajo que desempeñan, en el creciente número de estudiantes que se sienten alienados por el sistema educativo, o en el incremento en el uso de antidepresivos, alcohol y analgésicos. Quizá la mayor evidencia sean los suicidios que se cometen cada año, especialmente entre la gente joven.

Los recursos humanos son como los recursos naturales. A menudo se ocultan bajo la superficie y hay que esforzarse por encontrarlos. Por lo general, solemos fracasar en el intento en nuestras escuelas, negocios y comunidades, y pagamos un alto precio por ello. No estoy sugiriendo que ayudar a la gente a encontrar su Elemento resuelva todos los problemas sociales, pero sin duda puede ayudar.

La tercera razón es de índole económica. Estar en nuestro Elemento no significa solo ganarnos la vida. Algunas personas no quieren ganar dinero en su Elemento, y otras simplemente no pueden. Depende de su naturaleza. Encontrar el Elemento significa encontrar el equilibrio global de nuestra propia vida. Aunque también hay razones económicas para hacerlo.

Hoy día es frecuente desempeñar diversos trabajos durante nuestra vida laboral. No hay por qué finalizar donde se ha empezado. Conocer tu propio Elemento te ofrece una mejor visión de la dirección a seguir, en lugar de saltar de un trabajo a otro. Según la edad, es el mejor modo de encontrar un trabajo que realmente satisfaga.

Si te encuentras en mitad de tu carrera laboral, quizá ya estés listo para un cambio radical y salir en busca de un trabajo que realmente concuerde con tu carácter.

Si estás en paro, es el mejor momento para mirar en tu interior y buscar un nuevo camino. En épocas de crisis económica, es aún más importante. Si conoces tu Elemento, te será más fácil encontrar un trabajo que engrane con él. Mientras tanto es de vital importancia, especialmente si escasea el dinero, que las empresas dispongan de gente que encuentre sentido en su trabajo. Una organización con empleados comprometidos tendrá muchas más probabilidades de éxito que otra en la que abunden los amargados, escépticos o faltos de inspiración.

Si estás jubilado, ¿qué mejor momento para cumplir tus propias promesas? Es cuando puedes redescubrir los antiguos entusiasmos, y explorar caminos que en su momento tuviste que abandonar.

Aunque El Elemento fue concebido para dar inspiración y ánimos, no se trata de una guía práctica. No obstante, desde que fue publicado la gente me ha preguntado a menudo cómo encontrar su propio Elemento, o cómo ayudar a los demás a hacerlo. También se interesaron por otras cuestiones, como:

• ¿Y si no tengo ningún talento especial?

• ¿Y si no tengo auténticas pasiones?

• ¿Y si me gusta algo para lo que no valgo realmente?

• ¿Y si soy bueno en algo que no me gusta?

• ¿Y si no puedo ganarme la vida con mi Elemento?

• ¿Y si tengo demasiadas responsabilidades y cosas que hacer?

• ¿Y si soy demasiado joven?

• ¿Y si soy demasiado viejo?

• ¿Solo tenemos un Elemento?

• ¿Es el mismo a lo largo de toda la vida, o puede variar?

• ¿Cómo puedo ayudar a mis hijos a encontrarlo?

Hay respuestas para tales preguntas, y, conforme aumenta el éxito del libro, me siento en la obligación de ofrecerlas. Encuentra tu Elemento es un intento general de responder a ellas. Así que, hagas lo que hagas, estés donde estés o tengas la edad que tengas, si estás buscando

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